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Billionaire Ray Dalio: ‘I’m worried about something worse than a recession’Bridgewater founder Ray Dalio said on Sunday that he is worried that the turmoil resulting from President Donald Trump’s tariff and economic policies will threaten the global economy.“Right now we are at a decision-making point and very close to a recession,” Dalio said on NBC News’ “Meet the Press.” “And I’m worried about something worse than a recession if this isn’t handled well.”The hedge fund billionaire said he’s more concerned about trade disruptions, mounting U.S. debt and emerging world powers bringing down the international economic and geopolitical structure that has been in place since the end of World War II.“We are going from multilateralism, which is largely an American world order type of thing, to a unilateral world order in which there’s great conflict,” he said.Dalio said five forces drive history: the economy, internal political conflict, the international order, technology and acts of nature such as floods and pandemics. Trump’s tariffs have understandable goals, Dalio said, but they are being implemented in a “very disruptive” way that creates global conflict.The president’s rapidly changing tariff policies have upended international trade. Trump on Wednesday announced a 90-day pause on his “reciprocal tariffs,” but he stood firm on 10% baseline duties and 145% reciprocal tariffs on China.Then, U.S. Customs and Border Protection announced an exemption from the reciprocal tariffs for Chinese-made consumer electronics like smartphones, computers and semiconductors late Friday, though the products remain subject to a 20% tariff imposed earlier in the year. But Commerce Secretary Howard Lutnick backtracked on Sunday and said the exemption was not permanent.In a Wednesday post on X, Dalio called for the U.S. to negotiate a “win-win” trade agreement with China that would appreciate the yuan against the dollar. He also called for both countries to address their growing debts.Dalio on “Meet the Press” said on Sunday that Congress should reduce the federal deficit to 3% of gross domestic product, echoing comments he made at CNBC’s CONVERGE LIVE event in March.“If they don’t, we’re going to have a supply-demand problem for debt at the same time as we have these other problems, and the results of that will be worse than a normal recession,” Dalio said.The very value of money is at stake, Dalio said. A breakdown in the bond market, combined with events like internal and international conflict, could be an even more severe shock to the monetary system than President Richard Nixon’s cancellation of the gold standard in 1971 and the global financial crisis in 2008.That change is avoidable, Dalio said, if lawmakers work together to trim the deficit and the U.S. discourages conflict and inefficient policy on the global stage.
U.S. Housing 2025: The Bubble to End All BubblesThe U.S. housing market is in a massive, unsustainable bubble that has overshot every measure of fundamental value. Home prices have soared far beyond what wages or rents can justify, mortgage rates have rocketed, and inflation is roaring alongside Trump’s 2025 tariff policies. In this expanded breakdown, we will cover the key data points exposing this bubble — price-to-wage, price-to-rent, affordability, inflation expectations, and, now, a look at the yield curve via the 10Y–2Y spread.If you’re not paying attention now, you risk being caught off guard when a 35–40% market correction shatters your assumptions about home prices forever. Don’t be left in the dark when the bubble bursts. Subscribe for exclusive, unfiltered analysis that cuts through the fluff and prepares you for the inevitable reset. Your financial future depends on understanding these warning signs before it’s too late.Figure 1: House Price/Wage Ratio (1991–2024)This historical chart shows how many years of median income are required to purchase a median-priced U.S. home. The ratio was roughly 8 to 9 years in the early 1990s. It jumped to about 13 years at the peak of the 2000s housing bubble. Today, we see an even higher 15 years, a stark sign that housing prices have detached from the reality of American incomes.When it takes 15 years of your wage to afford a home, you have a recipe for a massive correction. History shows that once valuations drift too far from incomes, the market eventually snaps back, often violently.(...)
[Dios mío de mi vida, ¿cómo hemos podido acertar tanto con el cronograma del popularcapitalismo durante tantos años? ¡Que llevamos con 2025 como 'dies ad quem' desde el siglo pasado! Y sin magia. Solo con análisis racionales.]
El sector inmobiliario de Baleares ha solicitado este viernes al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que aplique «medidas de pedagogía social para que se entienda la vivienda como un derecho, y no como un bien de especulación», con el objetivo de desincentivar este tipo de operaciones sin que ello frene «la inversión responsable y la oferta de vivienda». La Asociación Balear Inmobiliaria Nacional e Internacional (Abini) y los Agentes de la Propiedad Inmobiliaria de Baleares han enviado una carta a Sánchez aprovechando que este sábado visitará Palma con motivo del congreso del PSIB.En la misiva, ambas entidades destacan que «la crisis habitacional se ha descontrolado por completo» y que la falta de consenso político ha convertido este problema «en un arma arrojadiza entre partidos y administraciones, mientras las soluciones reales siguen sin llegar». Una crítica velada a Vox, que esta semana ha vetado el decreto del Govern para liberalizar suelo urbano y facilitar la construcción a medio plazo de hasta 20.000 viviendas, la mitad de las cuales tendrían que ser a un precio asequible. Una propuesta reclamada por promotores y sector inmobiliario.«La vivienda no puede seguir siendo utilizada como un campo de batalla político. Mientras las distintas formaciones se acusan mutuamente de inacción, las familias ven cómo se les escapa la posibilidad de tener un hogar en su propia tierra. Nosotros hablamos desde nuestro sector, pero este sentimiento es compartido por toda la sociedad balear. Es una preocupación que afecta a trabajadores, empresarios, jóvenes, familias y mayores, porque el derecho a una vivienda digna se ha convertido en un lujo inalcanzable para muchos», señalan al presidente Sánchez.«Si no se toman medidas urgentes, nuestra sociedad estará condenada a expulsar a sus propios ciudadanos por la imposibilidad de encontrar un hogar», insisten en la carta, donde consideran que la visita del presidente «puede marcar un punto de inflexión para empezar a construir los cimientos del entendimiento entre las distintas fuerzas políticas, dejando a un lado las diferencias y priorizando el bienestar de los mallorquines y de quienes han elegido nuestras islas para vivir».Las dos entidades también solicitan otras medidas que se vienen reclamando desde hace tiempo, como la agilización de trámites y reducción de burocracia para facilitar la construcción de vivienda asequible o más incentivos fiscales y ayudas reales para residentes, en especial para los jóvenes y las familias que no pueden acceder a una vivienda digna. Asimismo, solicitan una política de vivienda estable, sin cambios cada nueva legislatura, y que genere seguridad jurídica y confianza, así como consenso inmediato entre Gobierno central, autonómico y local para abordar la crisis de la vivienda en Baleares.«Somos una tierra de luchadores, que defendemos lo nuestro y a los nuestros, pero también una tierra de acogida, elegida por muchas personas que ven en nuestras islas un lugar maravilloso donde vivir. Sin embargo, mientras tantos llegan con la ilusión de establecerse aquí, muchas familias mallorquinas sufren la realidad de una vivienda inaccesible e indigna. No podemos seguir esperando mientras la situación se agrava», insisten las dos entidades inmobiliarias.
"Llegó un momento que era imposible pagar un alquiler en Madrid", empieza su historia Iván. Él es un gruista de 50 años que tomó la decisión de mudarse a Tarancón, en Cuenca, con su familia hace una década, pese a seguir manteniendo el trabajo en la capital.La razón: el bajo salario en el sector de la construcción que hay en la región, que no va en correlación con su alto nivel de vida. Precisamente, ha sido Comisiones Obreras (CCOO) los que han alertado en su informe 'Comparativa salarial del sector de la construcción' de este problema.En dicho documento han expuesto que en la Comunidad de Madrid los salarios en este sector son 201 euros menos que la media nacional. En relación con las 52 provincias, la región madrileña ocupa la posición número 26 de España en sueldos, cuando es "el tercer territorio más caro para vivir"."Es una situación insostenible para los trabajadores", lo define David Juan Pérez, responsable de Construcción de CCOO del Hábitat de Madrid. Y es que, según los datos del sindicato, un técnico superior dedica el 69% al coste de vida y un administrativo -una de las categorías más comunes- supera el 100%."El salario medio anual son en torno a 24.000 euros en Madrid, en Barcelona en torno a los 30.000 y en Baleares en torno a los 28.000", dice comparando con provincias de nivel de vida similar.Éxodo fuera de MadridPérez explica que esta situación se debe a dos factores: la imposibilidad de negociar con la patronal y las empresas para cambiar el convenio y, directamente relacionada con la primera, la falta de mano de obra cualificada que hace que se recurra a personas sin experiencia ni preparación en este ámbito que no puedan exigir un aumento en sus sueldos. "Hay muy pocos trabajadores que estén por encima del convenio", afirma.De esta manera, el sindicato considera que el sector "no es atractivo", lo que está traduciéndose en un éxodo de empleados a otras regiones o provincias, como Andalucía o Badajoz. Son tanto personas que han ido a trabajar buscando mejores condiciones, como otras que han continuado con sus oficios de siempre, aunque viviendo fuera de Madrid.Iván es el segundo caso. Y es que, aunque ahora tenga que hacerse al menos una hora de trayecto cada día en coche o en transporte público, asegura que le compensa. "La calidad de vida que tengo no es comparable. Todo es mucho más barato que en Madrid: la comida, los impuestos, las extraescolares de los niños... Ya solo lo rentabilizo con lo que me ahorro de hipoteca: ahora pago 180 euros y allí serían unos 500 euros. No llegas a gastar esa diferencia en gasolina", comenta.El gruista tomó la decisión definitiva al ver que los gastos aumentaban, pero los ingresos seguían siendo los mismos. Además, quería dejar de vivir de alquiler y los precios para comprarse una vivienda no podía permitírselos. "Íbamos muy justos a final de mes. En el momento en que pasara cualquier cosa, como una avería en el coche o un imprevisto de ese tipo, ya no llegábamos".Aunque valoró la posibilidad de cambiar también su trabajo, finalmente optó por mantenerse en su puesto de siempre. "Soy operador de grúas y no sé hacer otra cosa. El 90% de mi trabajo está en Madrid, porque fuera es difícil que haya obras que requieran de estas herramientas. Y meterme en otro empleo como un almacén sería un retroceso, ya que estaría en el cargo más bajo", explica.A esta última salida ha terminado llegando Antonio, un oficial de primera en albañilería de edad similar a la de Iván -la media en este ámbito-: "Me han ofrecido un puesto como encargado en una empresa fuera de Madrid y lo estoy considerando. Creo que es una decisión que voy a acabar tomando". Y es que explica que, además de dedicarse a la construcción, también ejerce como maquinista.Esta resolución no es la primera que toma; antes ya tuvo que mudarse desde el centro de la región madrileña a los alrededores en la periferia. Concretamente a Talamanca del Jarama, un pueblo a 40 kilómetros de la capital que limita con Guadalajara. "Es imposible vivir con un salario de 1.300 euros. En Madrid el alquiler está en torno a los mil euros y aquí pago 500 euros. Ahora, al menos, puedo sobrevivir", aclara.Pérez insiste en que la precariedad del sector no solo viene dada por los sueldos, también por las condiciones laborales relativas a los horarios y las horas extra "para compensar el déficit de las tablas salariales". "Se acaba trabajando entre ocho y doce horas, además de los fines de semana y festivos, para contrarrestar la falta de mano de obra", cuenta."¿Cómo va a ser el sector atractivo si trabajando en el Mercadona ganas más? Y encima te quitas de complicaciones de horarios o de climatología, como las heladas en invierno o los 40 grados en verano", exclama Antonio en conversación con este periódico.Pérez afirma que esto está dando lugar a un incremento de la siniestralidad: "Han aumentado en torno a un 30% los accidentes laborales mortales en la construcción". Recuerda, como ejemplo, la muerte de un obrero de 73 años el pasado mes de febrero en el Barrio del Pilar. No es un hecho aislado, ya que según el sindicato en enero fallecieron ocho trabajadores y el año pasado, de los 89.233 accidentes laborales totales en la Comunidad de Madrid, 85 fueron con resultado de muerte.Ante esto, el responsable desde CCOO menciona que están negociando el convenio colectivo del año 2025. "Estamos en contacto permanente con la patronal y las empresas. Hemos solicitado que los salarios se equiparen con el coste de vida de Madrid. Además, queremos que se creen complementos específicos de cada categoría profesional: cualificados, especializados o especialistas".En este sentido, también asegura que no descartan que pueda haber movilizaciones u otro tipo de acciones si no son capaces de conseguir la subida salarial y las condiciones dignas de trabajo.
Vivir entre tres metros cuadrados no es para todo el mundo. Pasar la noche en un albergue compartiendo litera con un desconocido y otros 10 extraños en la misma habituación es una opción que la mayoría rechaza a la hora de viajar. Este tipo de pensiones a bajo coste suelen estar pensadas para una o dos noches, emergencias o viajes de gente de corta edad o ingresos y turistas con poco presupuesto pero muchas ganas de patearse la ciudad. Los casos más extremos son los hoteles cápsula, que en los últimos años se han ido asentando en Madrid. El huésped apenas tiene para sí una cama encapsulada en la que, por su diminuto tamaño, no puede hacerse más que dormir.Y la sorpresa es que entre sus clientes no solo hay aventureros: profesores, enfermeros, médicos residentes u otros funcionarios interinos que viajan por estancias indefinidas a la capital han visto en ellos una opción para surfear la crisis de la vivienda o la temporalidad de sus contratos. Una condición que, en ocasiones, les hace imposible compaginar un alquiler convencional –es decir, arrendar como inquilino una vivienda individual o compartida– en la que habitar los meses que dure su desempeño laboral allí.Los albergues de literas y ahora también los hoteles cápsula, donde los precios son más asequibles, están en la mira de los trabajadores de la administración pública, cuyo sueldo puede rondar los 2.000 o 2.500 euros. Para el segundo caso no existe una regulación específica, aunque hace poco uno de estos negocios hizo saltar las alarmas en el Ayuntamiento. El alcalde de ciudad, José Luis Martínez-Almeida, pedía esta misma semana ejecutar “de inmediato” la orden de cierre que pesa sobre el Gallery Hostel Madrid, uno de estos espacios con habitáculos y algunas zonas comunes.Aquí el problema no era tanto su condición como la manera en que operaba: se promocionaban como residencia para estudiantes sin tener licencia para ello ni suscribir convenios con ninguna universidad. Esto es lo que sostiene el consistorio madrileño, que ahora inicia un pulso administrativo con sus propietarios a través de la ADA, la Agencia de Actividades en la ciudad. Para precintar la zona y clausurar el negocio, la Policía necesita luz verde una vez concluya todo el proceso.Este mismo órgano municipal ya declaró ineficaz la actividad del negocio en el número 20 de la calle de La Solana en Opañel hace meses, a principios de este otoño. Desde que trascendió en la última semana que el establecimiento aún funcionaba como residencia estudiantil, miembros de la Policía Municipal indicaron a este periódico que el dueño del local había recurrido la orden de cierre y por eso aún no habían podido hacer nada. Los plazos en adelante tampoco parecen claros.Fuentes del Área de Urbanismo aclaran a Somos Madrid que el Gallery Hostel de Opañel “no tenía un convenio suscrito con el Ayuntamiento” para operar como albergue para estudiantes y que es por eso –y no por su condición de hotel cápsula, una forma de infravivienda– que determinaron en su día la necesidad de paralizarlo. En caso de que sus propietarios no acaten la resolución final de la Agencia de Actividades de Madrid, desde la concejalía estiman que las sanciones podrían rondar los 3.000 euros.El precio medio de una cápsula en Carabanchel se mueve alrededor de los 25 o 30 euros la noche según clientes consultados. Se paga más si se adquiere una cama doble. En la página web, donde este viernes ya no podía leerse la información relativa a su función como residencia de estudiantes –aparecía como “página en construcción”–, no se ofertan plazas por menos de 50 euros.Este periódico ha intentado ponerse en contacto con la propiedad del Gallery Hostel Madrid en varias ocasiones. Una de ellas el mismo miércoles en el que trascendió la noticia y el alcalde valoró los hechos, a través de todas las vías de contacto disponibles. La otra ha sido este viernes, cuando una trabajadora del hotel cápsula ha reconocido al otro lado del teléfono que en las últimas horas están recibiendo “muchas solicitudes de medios”, y ha elevado la petición. Al momento de publicarse este artículo no se ha obtenido una respuesta por parte de los dueños.Una de las funcionarias que pasó por sus instalaciones es Gema, que desde octubre cubre una sustitución como profesora en Madrid. Hace unos seis meses tuvo que buscar a prisas una residencia temporal en la ciudad, sin saber cuándo se reincorporaría el titular –a día de hoy, aún lo desconoce– o por cuánto viviría en aquella casa. La mayoría de opciones que encontró no alquilaban por menos de un año completo, así que se decantó precisamente por el hotel cápsula que ahora en la mira de Almeida: el Gallery Hostel de Opañel. Gema es un nombre ficticio, pues la persona que ofrece este testimonio ha pedido no ser identificada para que no influya en su trayectoria en la administración público.Profesoras de universidad o docentes para sustitucionesYa no vive allí, y desde hace un tiempo reside en un hostal por el que paga unos 50 euros la noche. Le impide ahorrar, pero admite que el vivir más de unos días recluido en un espacio tan pequeño no es sostenible. “Llega un momento en el que te cansas, como me pasó a mi, y empiezas a buscar un lugar en el que al menos puedas tener tu propia zona de confort y un baño privado. Es lo mínimo”, razona a raíz de la experiencia. Asegura que en su paso por la calle de La Solana de Opañel “nunca” supo que al hostal “le faltaba alguna licencia”, y el que proceso de admisión era como el de cualquier otro albergue: presentar tus documentos, rellenar un formulario y pagar.El lugar no le disgustaba del todo. “Los baños estaban limpios y las zonas comunes también se veían en muy buen estado. Al final hay un trasiego de jóvenes o turistas constante”, apunta Gema. Eso, al final, tambien termina desgastando por las diferencias entre el ritmo de vida de unos u otros. No tiene claro hasta qué punto el dormir dentro de una cápsula para poder estar en Madrid es algo habitual entre los suyos. De momento, en el Gallery Hostel coincidió con otros dos docentes, un profesor como ella y otra mujer que daba clase en la universidad. Esta última no la impartía todos los días de la semana y solo necesita quedarse en la ciudad veces contadas, así que los contó su decisión de permanecer allí las noches justas y necesarias.
Si a fin de año el mantra es que ya no se vende a los precios de ahora sino que están bajando, y Bernardos sale diciendo que es un pequeño inpasse y que luego subirán vertiginosamente y que no seamos terrorbajistas, y que los vecinos del quinto han tenido que rebajar un 30 por ciento su tesoro porque si no no había manera, y que el hermano de Marujita, que tenía tres pisos alquilados por habitaciones compartidas, se los está comiendo con patatas y las hipotecas en las que se metió para comprarlos ya no se pagan solas, etc .., en ese caso empezaré a creerme que realmente esto empieza a cambiar sustancialmente - que es la única forma de cambio posible -. Si no, lo siento, pero el discurso aquí dominante sería pura retórica y manipulación de hechos y de fechas para mantener la ilusión de que se ha acertado.Perdónenme la crudeza y no se sienta nadie ofendido por ella pero creo que, después de veinte años, tenemos derecho a, al menos, poner en duda lo acertado del análisis en ausencia del hecho clave que originó el comienzo del mismo, allá en los foros de Idealista - si mal no me acuerdo fue allí donde empezó, ¿o fue en Meneame?... ya estoy mayor y no me acuerdo bien-.
[...]La palabra clave es, probablemente, diversificar. Se trata quizás de estimular otros sectores productivos, y de este modo aligerar la dependencia que nuestro país tiene del turismo, y en general del sector servicios, responsable de alrededor del 70% del PIB español, con una enorme ventaja sobre el sector industrial o el sector manufacturero. Y, dentro del ámbito turístico, se trata de diversificar la clientela. Mercados turísticos como el chino, el japonés, el coreano o el indio, por citar tan solo algunos, tienen todavía por delante un largo recorrido. Es cuestión de cultivarlos, desplegando las estrategias adecuadas. En la presente coyuntura, un buen trabajo así orientado contribuiría seguramente a relajar la inquietud causada en el sector turístico por las desmedidas políticas arancelarias de Trump.
https://www.ultimahora.es/noticias/local/2025/03/21/2350539/vivienda-baleares-inmobiliarias-piden-sanchez-aplique-medidas-para-frenar-especulacion.htmlSOS de las inmobiliarias a Pedro Sánchez: «Si no se toman medidas, nuestra sociedad está condenada a expulsar a sus ciudadanos»CitarEl sector inmobiliario de Baleares ha solicitado este viernes al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que aplique «medidas de pedagogía social para que se entienda la vivienda como un derecho, y no como un bien de especulación», con el objetivo de desincentivar este tipo de operaciones sin que ello frene «la inversión responsable y la oferta de vivienda». La Asociación Balear Inmobiliaria Nacional e Internacional (Abini) y los Agentes de la Propiedad Inmobiliaria de Baleares han enviado una carta a Sánchez aprovechando que este sábado visitará Palma con motivo del congreso del PSIB.[...]
El sector inmobiliario de Baleares ha solicitado este viernes al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que aplique «medidas de pedagogía social para que se entienda la vivienda como un derecho, y no como un bien de especulación», con el objetivo de desincentivar este tipo de operaciones sin que ello frene «la inversión responsable y la oferta de vivienda». La Asociación Balear Inmobiliaria Nacional e Internacional (Abini) y los Agentes de la Propiedad Inmobiliaria de Baleares han enviado una carta a Sánchez aprovechando que este sábado visitará Palma con motivo del congreso del PSIB.[...]