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La Caixa, a través de su banco CaixaBank, está estudiando la posible compra de Banca Cívica, tal y como ha informado en exclusiva El Confidencial. Esta operación se realizaría sin un Esquema de Protección de Activos (EPA), según han explicado fuentes financieras, en línea con el resto de integraciones que ha llevado a cabo la entidad que preside Isidre Fainé.Hoy CaixaBank ha comunicado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que está llevando a cabo una due dilligence de las cuatro cajas que integran la fusión fría de Banca Cívica –Cajasol, Caja Canaria, Caja Navarra y Caja Burgos-.En el comunicado CaixaBank reconoce que "están analizando diferentes operaciones de integración, entre las que se encuentran, en proceso de 'due diligence', la de Banca Cívica. Las operaciones se encuentran en fase de estudio, sin que se haya llegado a ninguna concreción, especialmente en cuanto a la valoración de las compañías, y sin que se haya tomado decisión alguna al respecto por los respectivos órganos de gobierno".Portavoces de La Caixa han declinado hacer cualquier declaración más allá del comunicado a la CNMV. Sin embargo fuentes financieras conocedoras del proceso, han desvelado que los primeros resultados ofrecen un resultado heterogéneo de los diferentes miembros de Banca Cívica, siendo Caja Navarra y Caja Burgos las entidades más saneadas.Cívica se dispara en bolsaLas acciones de Banca Cívica se han disparado casi un 4% esta mañana hasta los 2,4 euros, mientras que las de CaixaBank restan un 0,3% hasta los 3,25 euros, tras la información de compra. Ayer el grupo liderado por Caja Navarra se anotó otro 5,74% y en el año acumula una subida del 6%. Hoy se han negociado casi medio millón de acciones antes de las 11 de la mañana. CaixaBank está estudiando la operación de Banca Cívica sin descartar otras dos alternativas que también están en la cartera de planes de la entidad para participar en la nueva oleada de fusiones.En el caso de Banca Cívica, la intención de La Caixa pasaría por hacer la operación sin ayudas públicas, en línea con el resto de operaciones de absorción que ha llevado a cabo en los últimos dos años. En mayo de 2010 se hizo cargo de Caixa Girona, con activos por valor de 7.800 millones, mientras que la segunda tuvo lugar en septiembre del 2011, fecha en la que se hizo con Bankpyme, con activos sólo por valor de 500 millones. En ambos casos, por su pequeño volumen, las absorciones se realizaron sin ayudas públicas y ocurrieron todavía bajo el anterior gobierno, antes de que Luis de Guindos llegara a la cartera del Ministerio de Economía.En caso de sustanciarse el interés por Banca Cívica, la operación sería de más calado que las anteriores, dado que el grupo financiero liderado por Cajasol y Caja Navarra representa un balance de 70.000 millones de euros activos, con unos beneficios de 183 millones de euros al cierre de 2011. A pesar de su tamaño, la entidad ha reconocido que podría tener problemas este año para hacer frente a las nuevas exigencias de saneamiento del Gobierno, lo que la convierte en candidato para una operación corporativa.Es esta situación lo que hace que diversas entidades se hayan aproximado a Banca Cívica para explorar posibles vías de cooperación. Entre ellas, además de CaixaBank, estarían KutxaBank, que aglutina las tres cajas vascas; Ibercaja, que pretende redondear la fusión que ya ha anunciado con Caja3 después de haber perdido la subasta de Unnim; o incluso Unicaja.Veto políticoAlgunas de estas alternativas toparían con vetos políticos como es el caso del de la actual presidente de Navarra, Yolanda Barcina (UPN), reticente a que la SIP de Banca Cívica entrase en la órbita de las cajas vascas.En paralelo con la due dilligence se han producido contactos entre Isidre Fainé y los copresidentes de Banca Cívica Antonio Pulido (Carasol) y Enrique Goñi (Caja Navarra) para sondear qué papel jugarían en la entidad resultante de esta absorción.
El Gobierno tiene sobre la mesa la intervención de Bankia. Rodrigo Rato insiste en que puede seguir en solitario y que la medida será imposible porque cumplen los ratios de solvenciaBankia está en el punto de mira del Gobierno. Y la intervención de la entidad se encuentra encima de la mesa del ministro Luis de Guindos. De momento, es solo una opción que se baraja en el seno del Ejecutivo, mientras en el banco siguen trabajando en su proyecto en solitario y responden que la intervención será imposible si cumplen los ratios de solvencia.Según ha podido saber El Confidencial Digital de fuentes del Gobierno, en el entorno de la Moncloa se considera que el banco que preside Rodrigo Rato tendrá que plantear una fusión en las próximas semanas para asegurar su viabilidad futura. Es más. Están convencidos de que deberá acometer una operación antes de final de mes.De acuerdo con esas fuentes, el Gobierno tiene encima de la mesa una intervención de Bankia, como una de las opciones para la viabilidad de la entidad.En solitario, noEl Gobierno no cree en el proyecto en el que Rodrigo Rato y su equipo están trabajando ahora, en la línea de que el banco siga su andadura en solitario, sin fusiones de ningún tipo.Al contrario, el Ejecutivo es partidario de que Bankia participe en el ‘baile’ de entidades para cerrar ya el mapa del sector financiero en España. Pero Rato se resiste a una absorción por fusión.Las fuentes gubernamentales consultadas por ECD explican que en el equipo de Luis de Guindos tienen una cosa clara: los inversores van a medir la viabilidad y seriedad de la reforma financiera española por lo que ocurra con Bankia. Y España –concluyen- no se puede permitir errores en este proceso porque la confianza y la credibilidad del país están en juego.La consigna del ministro De Guindos es que la entidad tiene que salir adelante a toda costa. Tiene presente su alta exposición al sector inmobiliario y no ve otra salida a su futuro que una operación de fusión.Rato no va a cambiar de ideaLa apuesta de Rodrigo Rato, de una solución en solitario, va a contracorriente a la que está promoviendo el Gobierno. Y ahí está el choque.Fuentes cercanas a Bankia, consultadas por ECD, insisten en que su presidente no tiene la menor intención de modificar su plan. Su diseño pasa por acogerse a la excepción que la nueva ley recoge para que entidades con dinero del FROB puedan adquirir a otras.Todo ello, a pesar de que el Gobierno ha pretendido trasladar que esa excepción no ha sido hecha a la medida de Bankia, ya que altos cargos del Ejecutivo recelan, todavía en privado, del papel del grupo financiero liderado por Caja Madrid y Bancaja como comprador, sobre todo, si se trata de entidades intervenidas por el Banco de España.En el entorno de Rato se piensa que esa postura responde a que para el Gobierno todo habría quedado mejor resuelto con una fusión Bankia-La Caixa.Según fuentes financieras, Rato no entiende que el Ejecutivo siga ‘presionándoles’ para que participen en nuevos procesos de integración.Y se apoya en tres razones. Bankia ha realizado casi el 25% del ajuste del sector financiero -muy por encima del que ha hecho el resto de la competencia-, ha superado las dos últimas pruebas de estrés a la banca, y consiguió cumplir con el decreto de recapitalización bancaria impulsado por Elena Salgado.No hay motivos para la intervenciónSegún las fuentes consultadas, Bankia defiende que el Banco de España no podrá intervenir la entidad, siempre y cuando no se incumplan los ratios de solvencia que exige la Unión Europea.Las entidades sistémicas (Santander, BBVA, Caixabank, Bankia y Popular) tienen que alcanzar antes del 30 de junio próximo un ‘core capital’, o capital de máxima calidad, del 9% para cumplir con los requerimientos de la Autoridad Bancaria Europea (EBA) establecidos el pasado mes de diciembre para hacer frente a la crisis de deuda.Bankia considera que cumplirá las exigencias sin problemas. Y, por tanto, concluye que para nada está próxima a una situación de insolvencia que obligue al Estado a tomar cartas en el asunto. Consideran que no puede llegarse a ese extremo, ni siquiera en el caso de que Bankia no sea absorbida por otra entidad.
Aumentan las posibilidades de que CatalunyaCaixa acabe en manos de BotínEl Banco de España ve con buenos ojos que el Santander, que aún no ha sustanciado ninguna subasta del Frob, asuma el control de la franquicia catalana. Catalunya es la mayor plaza española en la que el banco no aparece entre las tres mayores entidades financierasPor Ismael García Villarejo11 Comentarios23/03/2012 00:40Las posibilidades de que CatalunyaCaixa acabe en manos de Emilio Botín están incrementándose a medida que se acerca la subasta de la última caja catalana.Los analistas del presidente del Santander estudian “muy atentamente” los números de CatalunyaCaixa. Y tienen motivos: el mercado catalán es de los más débiles para el banco, donde no figura entre las tres primeras posiciones, y su máximo competidor, el BBVA acaba de pasarles la mano adjudicándose Unnim.El Banco de España ve con buenos ojos la operación por dos razones. En primer lugar, el Santander aún no ha asumido el control de ninguna de las cajas subastadas a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (Frob) y Miguel Ángel Fernández Ordóñez (Mafo) entiende que Botín debería participar en la reestructuración del sistema financiero.En segundo lugar, la subasta de CatalunyaCaixa necesitará la participación de interesados con el suficiente músculo financiero como para presentar ofertas atractivas.El gobernador del Banco de España, intentará evitar la concentración que supondría que el BBVA adquiriera también CatalunyaCaixa en un mercado donde ya ha anunciado 1.200 despidos derivados de la digestión de la absorción de Unnim.El esquema de TodóY mientras tanto, el presidente de la última caja catalana, Adolf Todó, se deja querer. Sus viajes a Madrid se han incrementado y días atrás habría mantenido reuniones con representantes de Botín para sondear el interés real del mayor banco español hasta que el BBVA compró Unnim.CatalunyaCaixa tiene un esquema de futuro que intentará aplicar: mantener la independencia como franquicia --con visibilidad propia-- integrada en un gran grupo financiero. El marco relacional existente entre Banesto y Santander es la idea que seduce a Todó.En clave interna, el presidente de CatalunyaCaixa podría mantener cierta cuota de poder, aunque la de su actual equipo quedaría diluida. De cara a la opinión pública catalana, CatalunyaCaixa preservaría la catalanidad. El arraigo al territorio es un factor al que los gestores de la CAM y de Unnim han tenido que renunciar.