Una vez más nos encontramos una buena parte de los ingrdientes que se repiten una y otra vez: políticos, empresarios, judicatura, corrupción urbanística, sobornos, redes familares, narcotraficantes, compra de voluntades y de favores judiciales, anulación de condenas... Todo bien mezcladito y tenemos el cóctel que nos zampamos casi sin darnos cuenta todos los días.
Mafia, pura mafia.