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Abro mi libro y puntualizo. El explosivo desarrollo tecnológico y el fin del trabajo humano que lleva asociado son fenómelos que ocurren durante la estancia de una generación en el poder, pero no por ello sus consecuencias fueron planificadas ni son gestionadas por ésta*.Veamos los hechos:- Hay un excedente de oferta de trabajo brutal, y que posiblemente jamás remita- Ello provoca una caída drástica del valor del trabajo, que lleva asociada una caída drástica del precio del trabajo (salarios)- Los jóvenes lo perciben, de algún modo. Ya no hay tarta salarial, y si la hay, no se reparte por el mérito, sino por el clientelismo. Llega el vacío de paradigma. En estos momentos no saben (nadie lo sabemos) qué valores son los que hay que cultivar para labrarse un futuro próspero, pero sobre todo no sabemos cómo aplicarlos.Sería injusto achacarle a una generación toda la responsabilidad en esto que los jóvenes -y algunos menos jóvenes - estamos notando. Eso no quiere decir que los viejos no tengan responsabilidad, la tienen. La tienen en tanto en cuanto son conscientes de que están haciendo todo lo posible por no repartir la poca tarta que queda de la manera más justa y equitativa posible. Y las pensiones y los pisitos son la prueba del algodón en esto.Sin embargo, la debacle a la que asistimos tiene unas causas finales más profundas y sistémicas, en mi opinión.
Eso no quiere decir que los viejos no tengan responsabilidad, la tienen. La tienen en tanto en cuanto son conscientes de que están haciendo todo lo posible por no repartir la poca tarta que queda de la manera más justa y equitativa posible. Y las pensiones y los pisitos son la prueba del algodón en esto.Sin embargo, la debacle a la que asistimos tiene unas causas finales más profundas y sistémicas, en mi opinión.
Lo que está sucediendo es que nos están sometiendo a un proceso de *saqueo* CALCADO, a los procesos neoliberales que practicaron con latinoamérica con la excusa de la "crisis de la deuda" desde los 70, 80 y 90
Cita de: obcad en Septiembre 19, 2013, 17:11:41 pm Eso no quiere decir que los viejos no tengan responsabilidad, la tienen. La tienen en tanto en cuanto son conscientes de que están haciendo todo lo posible por no repartir la poca tarta que queda de la manera más justa y equitativa posible. Y las pensiones y los pisitos son la prueba del algodón en esto.Sin embargo, la debacle a la que asistimos tiene unas causas finales más profundas y sistémicas, en mi opinión.Vamos acercando posturas.Pero veo una premisa como base para su razonamiento y le cito; "La tienen en tanto en cuanto son conscientes de que están haciendo todo lo posible por no repartir la poca tarta que queda de la manera más justa y equitativa posible."Yo eso no me lo creo. Y hablo sin particularizar, bajo un prisma sociológico.Las hostias deberían volar hacia los del puro (que son muchos) y no entre la ciudadanía.Divide y vencerás.
Cita de: Маркс en Septiembre 19, 2013, 17:24:37 pmCita de: obcad en Septiembre 19, 2013, 17:11:41 pm Eso no quiere decir que los viejos no tengan responsabilidad, la tienen. La tienen en tanto en cuanto son conscientes de que están haciendo todo lo posible por no repartir la poca tarta que queda de la manera más justa y equitativa posible. Y las pensiones y los pisitos son la prueba del algodón en esto.Sin embargo, la debacle a la que asistimos tiene unas causas finales más profundas y sistémicas, en mi opinión.Vamos acercando posturas.Pero veo una premisa como base para su razonamiento y le cito; "La tienen en tanto en cuanto son conscientes de que están haciendo todo lo posible por no repartir la poca tarta que queda de la manera más justa y equitativa posible."Yo eso no me lo creo. Y hablo sin particularizar, bajo un prisma sociológico.Las hostias deberían volar hacia los del puro (que son muchos) y no entre la ciudadanía.Divide y vencerás.No estoy de acuerdo, pero no es necesario estarlo, para eso está el debate.Yo me limito a señalar lo que llevo diciendo desde el siempre aquí, con mayor o menor fortuna: que ante la imposibilidad de que haya mucho para todos, esta generación -si, generación- elige activamente con su voto, o sea, conscientemente y adrede, lo que les conviene a ellos, no a la sociedad ni al futuro del país, ni al de sus hijos. A ellos.La lucha de clases y la oligarquía existe de toda la vida, para esos cojones no necesito yo alforjas.
Ya he dicho muchas veces que la transición estructural es jodida, especialmente cuando toca mirarse al espejo o le afecta a uno (AKA "los ahorrillos" o "la pensioncilla"). Y en esos temas, la verdad, se nota. Vaya si se nota.Y en este sentido, el reconocimiento de donde nos jode la TE, es donde yo creo que pega este tema en la transición personal. Porque esta genial hablar de como expandimos la mente, y de como somos felices con menos, y de que bello es el campo y plantar tomates, y chuparnos místicamente las pollas un rato de buen rollo total y un punto de misticismo zen......pero también es parte importante de la transición personal el reconocer donde se enfrenta nuestra ecuación de intereses con aquellos puntos por donde puede pasar la TE, y como influye eso en nuestras opinones. Porque muchas veces parece que cagamos flores, y que somos perfectas entelequias sociopolíticas de ética y mroal intachables...... pero yo por mi ahorrillos mato, ¿Eh? Ma-to.
CitarLos robots-masa Heterodoxia 19/09/2013 Mis estimados lectores:No hay que ser un observador muy avezado para percibir cómo hoy día vivimos en el mundo al revés. Los gobiernos en lugar liberar oprimen, indignan y angustian, las finanzas en lugar de crear riqueza la destruyen, los bancos roban, el complejo médico-farmaceútico en lugar de curar enferma, los ciudadanos son meros consumidores, la comida en lugar de alimentar hace daño, la producción de objetos materiales en lugar de satisfacer necesidades enferma las mentes y produce montañas de desperdicios, las religiones en lugar de fomentar la espiritualidad fomentan el dogmatismo y la violencia, la educación hace a las personas ignorantes, la justicia imparte injusticia, los medios de información desinforman y manipulan y la vida de la gran mayoría en el mundo occidental se ha reducido a trabajar en empleos que no les satisfacen para comprar cosas que no necesitan y dormir.Poco a poco hemos entrado en una época de barbarismo donde hasta el arte ha dejado atrás la sensibilidad para convertirse en algo violento, tosco, en un reclamo sexual puramente genital donde el amor parece circunscribirse exclusivamente a esa esfera. Inclusive se intenta imponer un modelo de relaciones hombre-mujer meramente genital, animal, mecánico, más parecido a una película porno o a la época de apareamiento de ciertas especies que a una pareja que intenta cuidarse mutuamente, que intenta ayudarse a vivir la vida y donde el amor y el cariño brillan por su ausencia. Modelo que curiosamente sigue las mismas premisas de una fábrica donde lo importante es maximizar la producción, en este caso el número de coitos sin importar lo demás .….coitos sin objetivos de vida…producción sin objetivos vitales.Desde hace décadas importantes e ignorados pensadores nos han venido advirtiendo contra el fenómeno. Uno de los primeros fue José Ortega y Gasset quien predijo en los años treinta la aparición del “hombre masa” que lo destruiría todo. El hombre masa, ese ser producto de la superespecialización quien porque sabe muchísimo de una pequeña cosa se cree que lo sabe todo y en base a sus angostos y profundos conocimientos se pone a tomar decisiones sobre esto y aquello sin tomar en cuenta más nada ni a más nadie que salga de su angosto campo de conocimiento y que no duda en atribuir los desastres que provoca a imprevistos, “externalidades”, a la mano de dios o a los mercados.El hombre masa, producto de la especialización que el industrialismo impone lo acabará por destruir todo, y quien no ha visto al hombre masa en acción. Solo hay que ver la gran empresa donde la generación anterior de directores más generalistas, hechos a base de experiencia práctica, con un campo de visión menos profundo pero más amplio y humano ha sido substituido por hordas de hombres masa. Especialistas engominados provenientes de escuelas de negocios y otros centros de hiperespecialización y que como principal herramienta para tratar de entender al mundo utilizan el Excel y el Powerpoint. La destrucción de riqueza a manos de estos bárbaros modernos mediante fusiones, adquisiciones, negocios fallidos, destrucción de culturas empresariales que han tomado décadas en construirse, pelotazos, stock options, pérdida de know-how y destrucción de empresas ha sido incalculable en el mundo industrial desarrollado. El resultado está a la vista: cordilleras enteras de montañas de créditos que no pueden ser devueltos.Otro que nos previno por allá por los años cincuenta fue Erich Fromm, quien predijo que el modo de producción industrial convertiría al hombre en un ser alienado, en un robot, en alguien que no sabe ni quién es y que vive ocupando el interior de un cascarón vacío dentro del cual la sociedad maquinista le embute y como un robot teledirigido va y viene simulando y creyéndose él mismo autónomo, que tiene vida y que es feliz. Hace ciento cincuenta años la mayoría de los negocios existentes eran pequeños negocios dirigidos por su propio dueño, cuando salía a vender era EL quien vendía, cuando discutía y acordaba cosas con sus empleados eran ELLOS-PERSONAS quienes discutían, cuando ganaba o perdía dinero era EL quien lo ganaba o perdía, cuando tomaba buenas o malas decisiones era EL quien triunfaba o sufría. Hoy día la mayoría de las personas en el mundo industrial son empleados de empresas con centenares o miles de empleados. Los directores simulan ser los propietarios, los vendedores simulan vender “sus” productos, los empleados discuten y acuerdan cosas con un abstracto departamento de recursos humanos donde su director simula ser el propietario de la empresa pero solo en ese aspecto. Cuando los directores lo hacen “mal” quienes sufren son unos anónimos y lejanos accionistas que nadie conoce quienes también simulan ser propietarios aunque no se involucren en la operación, virtudes o desmanes de su supuesta empresa. Los suministradores hablan con un abstracto departamento de compras que recibe requerimientos de otro abstracto departamento de producción. Nadie, ni directores, empleados, accionistas, suministradores ve ni entiende el proceso completo de producción, solo saben hacer su pequeña parte ya que simplemente son engranajes de la inmensa maquinaria.Al ser todos engranajes sin nadie humano al timón, entonces la maquina cobra vida propia, nadie la dirige hacia un fin humano y específico, la inercia es quien manda. Y así como el hombre-máquina trabaja, así consume, así vota, así ama y así muere. Las actividades humanas cuando se las despoja de un fin comprensible por las personas, tal como ha sucedido con el complejo industrial occidental pierden su sentido y si hacen algún bien es por pura casualidad. Lo más probable es que comiencen a hacer daño porque no existe ningún ser humano que las dirija con criterios humanos, que diga que esto no lo vamos a hacer porque es una barbaridad, o que aquello si porque es lo que hace falta y que se arriesgue y pelee por lo que considera que es ético porque si no lo es le entra una indignación que no la soporta. Eso y solamente eso es ser “humano” y estar vivo. Los hombres robots alienados no pueden hacer estas cosas…y mucho menos alcanzar esa cumbre humana que es amar.Los hombres robots alienados simulan que son alguien, no tienen opiniones, son superficialmente agradables, no causan problemas, son buenos team-players, viven confortablemente dentro de su caparazón de robot. Solo que al llegar a casa necesitan embotar la mente con la tele, el alcohol, las compras compulsivas, el nuevo coche o cualquier otra evasión que les permita olvidar que dentro de esa caparazón de robot existe un ser humano. Hombres disfrazados de robots que están solos en medio de la multitud.Os recomiendo encarecidamente leer:“La rebelión de las masas” de José Ortega y Gasset.“Psiconálisis de la sociedad contemporanea” de Erich FrommYo allí conseguí muchas respuestas, respuestas desagradables pero respuestas al fin y al cabo. Si estáis mal de tiempo o ganas, leeros el segundo ya que el primero es un poco…digamos indigesto. Es una verdadera lástima que Ortega y Gasset fuese tan brillante y a la vez tan antipático: odiaba a muerte a todo el que no fuese un genio como él y así lo deja ver entrelineas en sus escritos.Un saludohttp://www.heterodoxia.info/?p=2143_______________Un saludo a todos y gracias por sus aportaciones.
Los robots-masa Heterodoxia 19/09/2013 Mis estimados lectores:No hay que ser un observador muy avezado para percibir cómo hoy día vivimos en el mundo al revés. Los gobiernos en lugar liberar oprimen, indignan y angustian, las finanzas en lugar de crear riqueza la destruyen, los bancos roban, el complejo médico-farmaceútico en lugar de curar enferma, los ciudadanos son meros consumidores, la comida en lugar de alimentar hace daño, la producción de objetos materiales en lugar de satisfacer necesidades enferma las mentes y produce montañas de desperdicios, las religiones en lugar de fomentar la espiritualidad fomentan el dogmatismo y la violencia, la educación hace a las personas ignorantes, la justicia imparte injusticia, los medios de información desinforman y manipulan y la vida de la gran mayoría en el mundo occidental se ha reducido a trabajar en empleos que no les satisfacen para comprar cosas que no necesitan y dormir.Poco a poco hemos entrado en una época de barbarismo donde hasta el arte ha dejado atrás la sensibilidad para convertirse en algo violento, tosco, en un reclamo sexual puramente genital donde el amor parece circunscribirse exclusivamente a esa esfera. Inclusive se intenta imponer un modelo de relaciones hombre-mujer meramente genital, animal, mecánico, más parecido a una película porno o a la época de apareamiento de ciertas especies que a una pareja que intenta cuidarse mutuamente, que intenta ayudarse a vivir la vida y donde el amor y el cariño brillan por su ausencia. Modelo que curiosamente sigue las mismas premisas de una fábrica donde lo importante es maximizar la producción, en este caso el número de coitos sin importar lo demás .….coitos sin objetivos de vida…producción sin objetivos vitales.Desde hace décadas importantes e ignorados pensadores nos han venido advirtiendo contra el fenómeno. Uno de los primeros fue José Ortega y Gasset quien predijo en los años treinta la aparición del “hombre masa” que lo destruiría todo. El hombre masa, ese ser producto de la superespecialización quien porque sabe muchísimo de una pequeña cosa se cree que lo sabe todo y en base a sus angostos y profundos conocimientos se pone a tomar decisiones sobre esto y aquello sin tomar en cuenta más nada ni a más nadie que salga de su angosto campo de conocimiento y que no duda en atribuir los desastres que provoca a imprevistos, “externalidades”, a la mano de dios o a los mercados.El hombre masa, producto de la especialización que el industrialismo impone lo acabará por destruir todo, y quien no ha visto al hombre masa en acción. Solo hay que ver la gran empresa donde la generación anterior de directores más generalistas, hechos a base de experiencia práctica, con un campo de visión menos profundo pero más amplio y humano ha sido substituido por hordas de hombres masa. Especialistas engominados provenientes de escuelas de negocios y otros centros de hiperespecialización y que como principal herramienta para tratar de entender al mundo utilizan el Excel y el Powerpoint. La destrucción de riqueza a manos de estos bárbaros modernos mediante fusiones, adquisiciones, negocios fallidos, destrucción de culturas empresariales que han tomado décadas en construirse, pelotazos, stock options, pérdida de know-how y destrucción de empresas ha sido incalculable en el mundo industrial desarrollado. El resultado está a la vista: cordilleras enteras de montañas de créditos que no pueden ser devueltos.Otro que nos previno por allá por los años cincuenta fue Erich Fromm, quien predijo que el modo de producción industrial convertiría al hombre en un ser alienado, en un robot, en alguien que no sabe ni quién es y que vive ocupando el interior de un cascarón vacío dentro del cual la sociedad maquinista le embute y como un robot teledirigido va y viene simulando y creyéndose él mismo autónomo, que tiene vida y que es feliz. Hace ciento cincuenta años la mayoría de los negocios existentes eran pequeños negocios dirigidos por su propio dueño, cuando salía a vender era EL quien vendía, cuando discutía y acordaba cosas con sus empleados eran ELLOS-PERSONAS quienes discutían, cuando ganaba o perdía dinero era EL quien lo ganaba o perdía, cuando tomaba buenas o malas decisiones era EL quien triunfaba o sufría. Hoy día la mayoría de las personas en el mundo industrial son empleados de empresas con centenares o miles de empleados. Los directores simulan ser los propietarios, los vendedores simulan vender “sus” productos, los empleados discuten y acuerdan cosas con un abstracto departamento de recursos humanos donde su director simula ser el propietario de la empresa pero solo en ese aspecto. Cuando los directores lo hacen “mal” quienes sufren son unos anónimos y lejanos accionistas que nadie conoce quienes también simulan ser propietarios aunque no se involucren en la operación, virtudes o desmanes de su supuesta empresa. Los suministradores hablan con un abstracto departamento de compras que recibe requerimientos de otro abstracto departamento de producción. Nadie, ni directores, empleados, accionistas, suministradores ve ni entiende el proceso completo de producción, solo saben hacer su pequeña parte ya que simplemente son engranajes de la inmensa maquinaria.Al ser todos engranajes sin nadie humano al timón, entonces la maquina cobra vida propia, nadie la dirige hacia un fin humano y específico, la inercia es quien manda. Y así como el hombre-máquina trabaja, así consume, así vota, así ama y así muere. Las actividades humanas cuando se las despoja de un fin comprensible por las personas, tal como ha sucedido con el complejo industrial occidental pierden su sentido y si hacen algún bien es por pura casualidad. Lo más probable es que comiencen a hacer daño porque no existe ningún ser humano que las dirija con criterios humanos, que diga que esto no lo vamos a hacer porque es una barbaridad, o que aquello si porque es lo que hace falta y que se arriesgue y pelee por lo que considera que es ético porque si no lo es le entra una indignación que no la soporta. Eso y solamente eso es ser “humano” y estar vivo. Los hombres robots alienados no pueden hacer estas cosas…y mucho menos alcanzar esa cumbre humana que es amar.Los hombres robots alienados simulan que son alguien, no tienen opiniones, son superficialmente agradables, no causan problemas, son buenos team-players, viven confortablemente dentro de su caparazón de robot. Solo que al llegar a casa necesitan embotar la mente con la tele, el alcohol, las compras compulsivas, el nuevo coche o cualquier otra evasión que les permita olvidar que dentro de esa caparazón de robot existe un ser humano. Hombres disfrazados de robots que están solos en medio de la multitud.Os recomiendo encarecidamente leer:“La rebelión de las masas” de José Ortega y Gasset.“Psiconálisis de la sociedad contemporanea” de Erich FrommYo allí conseguí muchas respuestas, respuestas desagradables pero respuestas al fin y al cabo. Si estáis mal de tiempo o ganas, leeros el segundo ya que el primero es un poco…digamos indigesto. Es una verdadera lástima que Ortega y Gasset fuese tan brillante y a la vez tan antipático: odiaba a muerte a todo el que no fuese un genio como él y así lo deja ver entrelineas en sus escritos.Un saludohttp://www.heterodoxia.info/?p=2143
Continuo el tema en el hilo del debate generacional. Pero añado aqui un quote del post que pongo, porque pega en este hilo:Cita de: Starkiller en Septiembre 19, 2013, 19:53:12 pmYa he dicho muchas veces que la transición estructural es jodida, especialmente cuando toca mirarse al espejo o le afecta a uno (AKA "los ahorrillos" o "la pensioncilla"). Y en esos temas, la verdad, se nota. Vaya si se nota.Y en este sentido, el reconocimiento de donde nos jode la TE, es donde yo creo que pega este tema en la transición personal. Porque esta genial hablar de como expandimos la mente, y de como somos felices con menos, y de que bello es el campo y plantar tomates, y chuparnos místicamente las pollas un rato de buen rollo total y un punto de misticismo zen......pero también es parte importante de la transición personal el reconocer donde se enfrenta nuestra ecuación de intereses con aquellos puntos por donde puede pasar la TE, y como influye eso en nuestras opinones. Porque muchas veces parece que cagamos flores, y que somos perfectas entelequias sociopolíticas de ética y mroal intachables...... pero yo por mi ahorrillos mato, ¿Eh? Ma-to.
LOS SESGOS COGNITIVOS EXPLICAN FALLOS EN NUESTRA PERCEPCIÓN¿Por qué tu hijo es el más guapo del mundo? (para ti)No, tu hijo no es el más guapo del mundo y hay una explicación psicológica para ello. Los sesgos cognitivos hacen que erremos más de lo que pensamos.Aunque te parezca mentira, el partido político al que votas no tiene tanta razón como crees. Ni tu hijo es el más guapo del mundo. De hecho (y te juro que siento ser yo quien te dé esta noticia), es posible que ni siquiera esté entre los más guapos. Por supuesto, tú lo crees así y, ¿sabes qué?, hay una explicación psicológica para ello.Los sesgos cognitivos son fallos en nuestra capacidad de razonar errores. La parte buena es que son comunes a todos (consuelo de tontos), y la mala es que estos sesgos provocan que tomemos decisiones erróneas e irracionales continuamente.Es la naturaleza humana, y no hay mucho que podamos hacer al respecto. No obstante, conocer algunos de estos sesgos puede ayudar a no tomarnos demasiado en serio y a asumir que nuestra visión del mundo ni es 'normal', ni única ni 'correcta'.Hay sesgos de varios tiposSesgo de confirmación¿Tienes Twitter? Si es así, haz un ejercicio. Echa un ojo a la lista de personas a las que sigues y calcula qué porcentaje comulga contigo en cuestiones políticas y/o preferencias culturales gustos.La mayoría, ¿verdad? Vaya. ¿Y no crees que sería más enriquecedor seguir también a gente que no piensa como tú? Después de todo, ¿no es más probable que aprendas algo de personas con las que disientes?No te angusties, no es un problema tuyo: (casi) todos nos comportamos así. Tendemos a tomar en consideración aquellas opiniones que reafirman las nuestras y a anular o minimizar la influencia de aquellas con las que discrepamos. Tenlo en cuenta cuando te enfrasques en una acalorada discusión política.Sesgo de negatividadCualquier tiempo pasado fue mejor, ¿verdad? Bueno, pues no. ¿O acaso nuestra generación vive peor que la de nuestros abuelos?No es raro oír que la juventud de ahora no es como la de antes (en el mal sentido), que las naranjas cada vez saben menos a naranja, que las películas cada vez son menos imaginativas y los políticos cada vez peores. "La nostalgia ya no es lo que era", escribió Peter de Vries. Pero lo cierto es que cada vez vivimos más y cada vez mejor (y no sólo en el mundo desarrollado, por cierto).Malas noticias para los optimistas: los humanos tendemos a darle más relevancia a las malas noticias que a las buenas… lo cual no impide que, en efecto, las naranjas cada vez sepan menos a naranja (pero esa es otra cuestión).Sesgo de intragrupoDice un viejo y estúpido axioma que el mal siempre viene de fuera. Piensa en nuestro aquí y en nuestro ahora. No es difícil dejarse arrastrar por esa tendencia que culpa de todos nuestro males a Europa y, más concretamente a Alemania, y más concretamente a Angela Merkel.En realidad no es difícil dejarse arrastrar por cualquier opinión mayoritaria, la disidencia no está en nuestra naturaleza. Eso lo saben perfectamente todas las madres, ¿o acaso si tus amigos saltan por una ventana tú vas detrás?Sesgo del statu quoMe contaba un amigo que una vez cometió un error terrible con su suegro. Estando de vacaciones en el pueblo de su mujer, mi amigo se levantó una mañana muy temprano y, tras tomar el café, sin nada mejor que hacer, fue a comprar el periódico. Al llegar al quisco, que estaba bastante lejos de la casa, pensó: ya que estoy aquí podría comprar el periódico a mi suegro, así le ahorro el largo paseo. Error.Cuando, al levantarse, el señor vio el periódico sobre la mesa de la cocina, se quedó patidifuso. "¿Es el de hoy?", preguntó desconcertado. Mi amigo le dijo que sí, que lo había comprado él, un detalle, de nada. Su suegro, todavía pálido, le espetó: "y ahora… ¿qué hago yo esta mañana?"Moraleja: a los humanos nos gustan las cosas tal y como están. Nuestra naturaleza aborrece los cambios porque, de alguna manera subconsciente, tememos que sean a peor. Tenlo en cuenta si algún día decides hacerle un favor a tu suegro sin preguntarle antes.El sesgo de proyecciónCuenta Paul Auster que, revisando viejos papeles, se topó con una inquietante frase escrita por una versión más joven de sí mismo. Decía: "el mundo está en mi cabeza, mi cuerpo está en el mundo".A los humanos nos cuesta concebir que el resto de la gente pueda tener ideas distintas a la nuestras. Que otras personas puedan entender el mundo y la vida de manera sustancialmente diferente a nosotros. Pero lo hacen, claro. Este sesgo es el responsable de que (casi) todos nos consideramos normales cuando, es obvio, la normalidad no existe (al menos, no en este sentido).En resumen: seguro que tu hijo es guapísimo… aunque quizá no todo el mundo esté de acuerdo. ¿Pero a quién le importa? Después de todo, el mundo está en tu cabeza.