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Cita de: AbiertoPorDemolicion en Noviembre 17, 2021, 01:02:49 amCita de: Derby en Noviembre 16, 2021, 22:59:36 pmhttps://www.eleconomista.es/mercados-cotizaciones/noticias/11481294/11/21/Goldman-avisa-el-SP-500-podria-caer-un-25-bajo-un-escenario-de-estanflacion-en-2022.htmlCitarGoldman avisa: el S&P 500 podría caer un 25% bajo un escenario de estanflación en 2022"Una inflación peor de lo previsto podrían lastrar la demanda"Menudo lumbreras aquí el colega:"Una inflación peor de lo previsto podrían lastrar la demanda"A mi se me ocurre esto otro:"Un viento mayor de lo previsto podría volar todas las macetas de las terrazas de mi barrio" Y me quedo tan pancho. ¿Cuánto pagan por decir estas cosas? ¿Dónde hay que apuntarse?P.D: ¿Hacemos un concurso de perogrulladas en el foro a ver a quién se le ocurre la más gorda?Yo creo que la intención es lanzar mensajes bajistas para que la bolsa siga subiendo sin los membrillos, que se quedarán fuera esperando esa caída. Que sea una perogrullada no es importante, su objetivo es otro.
Cita de: Derby en Noviembre 16, 2021, 22:59:36 pmhttps://www.eleconomista.es/mercados-cotizaciones/noticias/11481294/11/21/Goldman-avisa-el-SP-500-podria-caer-un-25-bajo-un-escenario-de-estanflacion-en-2022.htmlCitarGoldman avisa: el S&P 500 podría caer un 25% bajo un escenario de estanflación en 2022"Una inflación peor de lo previsto podrían lastrar la demanda"Menudo lumbreras aquí el colega:"Una inflación peor de lo previsto podrían lastrar la demanda"A mi se me ocurre esto otro:"Un viento mayor de lo previsto podría volar todas las macetas de las terrazas de mi barrio" Y me quedo tan pancho. ¿Cuánto pagan por decir estas cosas? ¿Dónde hay que apuntarse?P.D: ¿Hacemos un concurso de perogrulladas en el foro a ver a quién se le ocurre la más gorda?
https://www.eleconomista.es/mercados-cotizaciones/noticias/11481294/11/21/Goldman-avisa-el-SP-500-podria-caer-un-25-bajo-un-escenario-de-estanflacion-en-2022.htmlCitarGoldman avisa: el S&P 500 podría caer un 25% bajo un escenario de estanflación en 2022"Una inflación peor de lo previsto podrían lastrar la demanda"
Goldman avisa: el S&P 500 podría caer un 25% bajo un escenario de estanflación en 2022"Una inflación peor de lo previsto podrían lastrar la demanda"
[...] Yo creo que la intención es lanzar mensajes bajistas para que la bolsa siga subiendo sin los membrillos, que se quedarán fuera esperando esa caída. Que sea una perogrullada no es importante, su objetivo es otro.
La hucha de las pensiones necesita una rentabilidad del 7% anual para llegar a 50.000 millones en 2033La subida de cotizaciones que ha planteado el ministro Escrivá solo cubrirá un 4% del aumento de gasto previstoAntonio Maqueda | Madrid - 17 Nov 2021El ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá. | Cézaro de Luca (Europa Press)El ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, había declarado que con la subida de cotizaciones que acaba de plantear conseguirá al cabo de una década unos 50.000 millones para el Fondo de Reserva de las pensiones. Si bien en una entrevista en la Cadena SER el lunes matizó que en realidad se trata de una horquilla entre 40.000 y 50.000 millones. En cualquier caso, estas cifras no incluyen la letra pequeña: para alcanzar los 50.000 millones en la hucha de las pensiones, esos fondos han de obtener una rentabilidad anual del 7%, según la documentación que ha elaborado la Seguridad Social sobre el nuevo Mecanismo de Equidad Intergeneracional, y a la que ha tenido acceso EL PAÍS.La rentabilidad del bono español, el activo seguro en el que tradicionalmente invertía el Fondo de Reserva, se sitúa ahora en el 0,5% a diez años. Dadas las actuales condiciones de mercado, habría que poner el dinero en un país emergente o en acciones para intentar lograr un rendimiento tan alto como el 7% al año. Pero eso sí: con un elevado riesgo de sufrir pérdidas.En un contexto de mercado muy distinto, el Fondo de Reserva solo llegó a tener una rentabilidad media del 3,6% durante sus primeros 15 años de funcionamiento, entre 2000 y 2015. En aquellos momentos se benefició de unas primas disparadas entre 2009 y 2014 por la crisis soberana.El propio documento de la Seguridad Social pone negro sobre blanco las cifras. Entre 2022 y 2033 se ingresarán 33.149 millones por la subida de cotizaciones de 0,6 puntos porcentuales. Y se dibujan hasta tres escenarios: con una rentabilidad del 5% por el dinero depositado en el fondo, el monto se colocará en 41.000 millones en 2033. Con una del 6%, en casi 43.000 millones, y con la del 7%, en cerca de 45.000.Además, la letra pequeña tiene una segunda parte: en los cálculos para sumar 50.000 millones también se incluyen los 2.138 millones que ya están en la hucha de las pensiones. El papel de la Seguridad Social actualiza esta cantidad con las rentabilidades del 5%, el 6% y el 7%. Al proyectar un rendimiento del 7%, el dinero que ya se encuentra en el Fondo de Reserva rozará los 5.000 millones dentro de una década. Y sumados a los 45.000 millones arrojan exactamente 49.765 millones. Así salen los 50.000 millones que anunció el ministro Escrivá. En definitiva, hace falta una rentabilidad del 7% y sumar los recursos que ya están depositados.Todos los cálculos se hacen bajo la premisa de que el aumento de las cotizaciones no afectará ni al empleo ni a los salarios. Por este motivo, la propia Seguridad Social admite en su documentación que las cifras podrían acabar siendo algo menores.Si el ejercicio se hiciera con una rentabilidad del 0,5% como ofrece el bono español, la cantidad ascendería a 36.128 millones más los 2.270 millones actualizados del Fondo de Reserva.Solo un 0,2% del PIBOtra cuestión distinta es si la medida es suficiente para cubrir el desfase que se generará en los próximos años por la jubilación del baby boom, la generación más numerosa formada por los nacidos entre 1958 y 1977.Según los números del ministerio, la subida de cotizaciones de 0,6 puntos porcentuales recaudará un 0,2% del PIB, unos 2.800 millones del año 2023. Y esa recaudación se mantiene estable en relación al PIB durante todos los años. Sin embargo, hasta 2050 el gasto en pensiones subirá en 4,2 puntos de PIB según las estimaciones de la Autoridad Fiscal, y en 4,3 puntos según la Comisión Europea. Esto es: unos 50.000 millones de la actualidad. Así que el 0,2% del PIB de ingreso por la subida de cotización apenas da para cubrir un 4% de todo el incremento de gasto que se va a producir.Diversos expertos consultados llaman la atención sobre el hecho de que la propuesta de Escrivá pretenda rellenar de nuevo el Fondo de Reserva cuando, según todas las proyecciones, va a volver a crearse un déficit en el sistema de pensiones. La reforma que plantea el ministro incluye una transferencia anual del Estado a la Seguridad Social por valor de unos 22.000 millones al año. De esta forma, la intención es que el déficit actual se cierre. Sin embargo, o aumenta todavía más las transferencias, o el gasto subirá de aquí a 2033 entre 1,4 puntos de PIB, según la Autoridad Fiscal, y 1,7 puntos, según la Comisión Europea en su informe sobre envejecimiento. Esto supone entre 25.000 y 30.000 millones de 2033 que se repetirán todos los años.La dinámica actual de las pensiones lleva a que los gastos siempre crezcan más que los ingresos por una combinación de tres factores: la actualización de las prestaciones con el IPC; el aumento del número de pensionistas porque además cada vez viven más años, y la jubilación de trabajadores con unas carreras laborales mejores y, por tanto, con unas prestaciones más altas.El nuevo Mecanismo de Equidad Intergeneracional contempla que en 2033 se hará un examen de la evolución del gasto en pensiones. Y si este se desvía, en primer lugar se retirará un 0,2% anual de la hucha para financiar las prestaciones. Si no fuera suficiente, entonces se tomarán medidas de gastos o ingresos para corregirlo hasta un total del 0,8% del PIB. Es decir, todavía quedaría algo más de tres puntos de PIB por asumir.
El vínculo al gráfico es : https://www.blockwaresolutions.com/research-and-publications/millennials-have-recently-surpassed-baby-boomers-as-the-largest-generationLas fuentes originales son del Servicio de estadística de la población, la FED para el agregado de renta disponible, los cálculos vienen explicados en la parte inferior del gráfico y los hizo FundStrat.Los datos no se pueden trasladar exactamente a demás paises : los boomers usanos son proporcionalmente más numerosos y ricos en la población y en la renta total, que los boomers eslovenos en Eslovénia (debido al coef, GINI), aunque éstos por ser menor en números y ricos en proporción que los boomers italianos, alemanes o franceses (debido a la gérontocracia descrita por Louis Chauvel).Mi conclusión personal era que el Pisito titne factores bajistas y alcistas, pero :* los factores alcistas pujan más fuerte en Francia que en EEUU* el punto de inflexión (entre la parte de los boomers dentro de la renta disponible nacional, y la de los millenials) se produce necesariamente antes en un país donde la población es de más edad, y que controla la mayor parte del parque inmobiliario (el nuestro, aunque no seamos alemanes)* el Pisito es una carga (imponible...) y no una inversión cuando los compradores potenciales son menos ricos que los vendedoresPor supuesto, ni siquiera hablo del hecho de quedar fuera de la moneda, como mencionaba alexlyon.
XGracias RFK1Respuesta de RFK1 v/fr
Inflación persistente es la excusa perfecta para subida de tipos y retirada de estímulos, y consecuentemente inicio de frenazo para colapsó de hactibos y mercaos, una vez planificada e implantadas las bases del nuevo modelo??Sds.
https://twitter.com/sninobecerra/status/1460886913179598849CitarLa hucha de las pensiones necesita una rentabilidad del 7% anual para llegar a 50.000 millones en 2033La subida de cotizaciones que ha planteado el ministro Escrivá solo cubrirá un 4% del aumento de gasto previstoSaludos.
La hucha de las pensiones necesita una rentabilidad del 7% anual para llegar a 50.000 millones en 2033La subida de cotizaciones que ha planteado el ministro Escrivá solo cubrirá un 4% del aumento de gasto previsto
ECB warns of ‘exuberance’ in housing, junk bonds and crypto assetsInvestors taking risks in search for yield has left markets ‘susceptible to correction’Increased “exuberance” in housing markets, junk bonds and crypto assets have created vulnerabilities that will be exposed if higher than expected inflation leads to a sharp rise in interest rates, the European Central Bank has warned.This year’s rebound in the eurozone economy from the coronavirus pandemic has reduced short-term risks to the financial system, but it has also led to a build-up of longer term risks, the ECB said on Wednesday in its twice-yearly financial stability review.“Concerns particularly relate to pockets of exuberance in credit, asset and housing markets as well as higher debt levels in the corporate and public sectors,” the ECB said.(...)
Cita de: R.G.C.I.M. en Noviembre 17, 2021, 16:53:06 pmInflación persistente es la excusa perfecta para subida de tipos y retirada de estímulos, y consecuentemente inicio de frenazo para colapsó de hactibos y mercaos, una vez planificada e implantadas las bases del nuevo modelo??Sds.No van a repetir el error de Trichet. No está el horno para bollos.Lo cierto es que los hactibos y los mercaos (con su permiso) van a reventar solos y pronto.
La inflación es un hachazo y a la vez, un espejismoSalvo una reacción en manada, la subida de precios debe decaer entre primavera y verano por las manufacturas, los salarios y los serviciosXavier Vidal-Foch | 14 Nov 2021Vendedores en la Central de Abasto de la Ciudad de México en México DF | Seila MontesAlgunos precios se disparan. Cunde la alarma. La cesta de la compra se agujerea. Y los halcones monetarios reclaman aumentar los tipos de interés para reprimir la inflación. Como si eso sirviese para abaratar el gas —lo que más encarece la electricidad— los fletes o los alimentos, sobrepreciados por la mayor demanda (y menor oferta relativa) propia de la recuperación. O resolviese los cuellos de botella de las cadenas de suministro que la atenazan.Los precios marcan récords en 20 años. Vistos con lupa micro, son un hachazo al poder adquisitivo. En la eurozona, suben el 4,1% (octubre). En Alemania, el 4,6%. En España, el 5,4%. Esterilizan los aumentos de salarios, pensiones, y márgenes empresariales. Pero desde el catalejo macro, la inflación es un espejismo. La percepción de algo irreal y efímero. Si para el consumidor concreto el alza de precios golpea al minuto, para la economía general no es así. Hay que ver si es tan alta. Y si es pasajera o duradera.Y aquí entra la distinción clave: entre la inflación global (el IPC) y la inflación subyacente —la core inflation-, el núcleo duro de la inflación— tras descontarle los elementos más volátiles, energía y alimentación. Puesto que varían a síncopes, no sirven como guía de políticas (monetaria, fiscal, salarial) a medio plazo. Lo que es de fiar es la inflación subyacente, sin ambos ruidos. Y esa es menor a la global: alcanzó el 2,1% en la eurozona; el 1,4% en España. Son cifras nada alarmistas, que descartan la racionalidad de que los bancos centrales aumentasen sus tipos de interés para combatirlas: subir (como claman los conservadores, para “no llegar tarde”) o no subir tipos (como mantienen centristas e izquierda monetaria, por no precipitarse a recesiones), esa es la cuestión.La Reserva Federal ha empezado a considerar la inflación subyacente. Y también el Banco Central Europeo (BCE) aunque el objetivo oficial del 2% se refiere a la global. “Las medidas de la inflación subyacente ofrecen diferentes perspectivas y conocimientos que pueden ser útiles para entender los desarrollos de la inflación”, subrayó Michael Ehrmann en el propio Boletín económico del BCE (Measures of understanding inflation... 4/2018). Y su revisión estratégica de este julio condicionaba el alza de tipos no solo a tres años de aumento de precios por encima del 2%, sino también a que “la evolución observada de la subyacente sea compatible” con esa cifra de la global, resumió el gobernador español, Pablo Hernández de Cos (19/9). Y es que, con exactitud en los últimos seis años, y en general en los últimos veinte, la subyacente siempre fue por debajo de la global —lo que justificaba bajos tipos, como ha demostrado Pablo Aguilar (Inflation persistence in the euroearea: the role of expectations, Boletín Económico del Banco de España, 4/2020).Más aún. Eso sucedió en 2008 y en 2011, los dos errores Trichet, cuando Fráncfort se apresuró a subir tipos agravando la Gran Recesión y provocando su segunda sima. Hasta ahora ha pasado desapercibido el cruel (si bien cortés) análisis autocrítico del BCE sobre esos dos desastres: el primero lo despacha como un intento de salvar “el déficit de credibilidad” en el rigor de un banco central novato; el segundo lo achaca a la deformación óptica que suponía en ese momento la pujanza exportadora alemana (A tale of two decades: the ECB’s monetary policy at 20, BCE, número 2346, diciembre 2019).Cuantía aparte, el otro ojo con que hay que mirar es la duración del súbito aumento de precios. Los bancos centrales no inventan nada augurando que el fenómeno será transitorio, temporal, efímero. Lo certifica la economía real, el mercado de Chicago, campeón en la materia de comprar para pasado mañana. Los contratos de futuros de esa capital —garantizados a un precio determinado en una fecha cierta en la que el vendedor pone a disposición el producto y el comprador se compromete a adquirirlo—, se cerraban a final del mes pasado con un descuento para julio del 21,5% sobre los precios de otoño del gas natural, de un 11,1% el petróleo y de un 35,7% las bobinas de acero (Ara, 25/10).Es decir, si no hay una reacción desbocada, en manada, la inflación debe decaer entre primavera y verano. Salvo locura general, los precios manufactureros aumentarán ahora, pero luego bajarán (la demanda no será infinita), los salarios no se multiplicarán (dado el amplio ejército de reserva de parados de larga duración) y los clientes de los servicios tampoco aumentarán sin límite[/b]. Esta es al cabo la razón profunda, aunque solo someramente explicada, de que las palomas monetarias se nieguen a subir tipos, que poco arreglarían y arriesgarían provocar otra recesión (veremos cómo les va a los países del Este que sí lo han hecho). Hasta el más serio de quienes lo habían anunciado ya, como el Banco de Inglaterra, lo aplazó el 4 de noviembre (7 consejeros a favor, 2 en contra), por dudas de si la inflación será o no persistente; y sobre si la economía soportará esos aumentos.Los halcones apelan a los intereses de los bancos (si son perezosos, sus márgenes son más fáciles con tipos altos), o de los ahorradores (que no han sabido invertir) o al ideologismo de la política monetaria ordoliberal restrictiva como una camisa de fuerza permanente. Ahí están los opinadores, los más crueles, cuyo único argumento es tachar a Christine Lagarde de “superficial” y “ligera”. La buena de Carmen Reinhart apela a que esta vez la crisis afecta “por el lado de la oferta” [obvio, pero no para siempre, ¿no? Ya aumentará] (EL PAIS, 11/10) y que la expansión monetaria “ya aumentó bárbaramente tras la anterior crisis”. Y los cinco sabios alemanes —esos que no veían tabú en echar a Grecia del euro— se circunscriben a constatar que “hay riesgos al alza en las perspectivas de inflación para los próximos años”, menuda agudeza, riesgos siempre los hay.Las palomas, sobre todo la presidenta del BCE, el economista jefe Philip Lane y el español De Cos se aferran a las proyecciones del servicio de estudios, y de los mercados. Contemplan peligros de alzas de precios de segunda ronda, aunque temen más la letalidad de la deflación, y hoy por hoy los ven lejanos. Así que el alza de tipos es “muy improbable” en 2022. Pese a todos los ruidos.
Cita de: breades en Noviembre 17, 2021, 18:55:26 pmCita de: R.G.C.I.M. en Noviembre 17, 2021, 16:53:06 pmInflación persistente es la excusa perfecta para subida de tipos y retirada de estímulos, y consecuentemente inicio de frenazo para colapsó de hactibos y mercaos, una vez planificada e implantadas las bases del nuevo modelo??Sds.No van a repetir el error de Trichet. No está el horno para bollos.Lo cierto es que los hactibos y los mercaos (con su permiso) van a reventar solos y pronto.Un artículo de Xavier Vidal-Foch publicado este domingo pasado en El País en el que se apoya la tesis de breades de que no está el horno para bollos y, por tanto, no parece que vayan a seguir la senda de Trichet:CitarLa inflación es un hachazo y a la vez, un espejismoSalvo una reacción en manada, la subida de precios debe decaer entre primavera y verano por las manufacturas, los salarios y los serviciosXavier Vidal-Foch | 14 Nov 2021Vendedores en la Central de Abasto de la Ciudad de México en México DF | Seila MontesAlgunos precios se disparan. Cunde la alarma. La cesta de la compra se agujerea. Y los halcones monetarios reclaman aumentar los tipos de interés para reprimir la inflación. Como si eso sirviese para abaratar el gas —lo que más encarece la electricidad— los fletes o los alimentos, sobrepreciados por la mayor demanda (y menor oferta relativa) propia de la recuperación. O resolviese los cuellos de botella de las cadenas de suministro que la atenazan.Los precios marcan récords en 20 años. Vistos con lupa micro, son un hachazo al poder adquisitivo. En la eurozona, suben el 4,1% (octubre). En Alemania, el 4,6%. En España, el 5,4%. Esterilizan los aumentos de salarios, pensiones, y márgenes empresariales. Pero desde el catalejo macro, la inflación es un espejismo. La percepción de algo irreal y efímero. Si para el consumidor concreto el alza de precios golpea al minuto, para la economía general no es así. Hay que ver si es tan alta. Y si es pasajera o duradera.Y aquí entra la distinción clave: entre la inflación global (el IPC) y la inflación subyacente —la core inflation-, el núcleo duro de la inflación— tras descontarle los elementos más volátiles, energía y alimentación. Puesto que varían a síncopes, no sirven como guía de políticas (monetaria, fiscal, salarial) a medio plazo. Lo que es de fiar es la inflación subyacente, sin ambos ruidos. Y esa es menor a la global: alcanzó el 2,1% en la eurozona; el 1,4% en España. Son cifras nada alarmistas, que descartan la racionalidad de que los bancos centrales aumentasen sus tipos de interés para combatirlas: subir (como claman los conservadores, para “no llegar tarde”) o no subir tipos (como mantienen centristas e izquierda monetaria, por no precipitarse a recesiones), esa es la cuestión.La Reserva Federal ha empezado a considerar la inflación subyacente. Y también el Banco Central Europeo (BCE) aunque el objetivo oficial del 2% se refiere a la global. “Las medidas de la inflación subyacente ofrecen diferentes perspectivas y conocimientos que pueden ser útiles para entender los desarrollos de la inflación”, subrayó Michael Ehrmann en el propio Boletín económico del BCE (Measures of understanding inflation... 4/2018). Y su revisión estratégica de este julio condicionaba el alza de tipos no solo a tres años de aumento de precios por encima del 2%, sino también a que “la evolución observada de la subyacente sea compatible” con esa cifra de la global, resumió el gobernador español, Pablo Hernández de Cos (19/9). Y es que, con exactitud en los últimos seis años, y en general en los últimos veinte, la subyacente siempre fue por debajo de la global —lo que justificaba bajos tipos, como ha demostrado Pablo Aguilar (Inflation persistence in the euroearea: the role of expectations, Boletín Económico del Banco de España, 4/2020).Más aún. Eso sucedió en 2008 y en 2011, los dos errores Trichet, cuando Fráncfort se apresuró a subir tipos agravando la Gran Recesión y provocando su segunda sima. Hasta ahora ha pasado desapercibido el cruel (si bien cortés) análisis autocrítico del BCE sobre esos dos desastres: el primero lo despacha como un intento de salvar “el déficit de credibilidad” en el rigor de un banco central novato; el segundo lo achaca a la deformación óptica que suponía en ese momento la pujanza exportadora alemana (A tale of two decades: the ECB’s monetary policy at 20, BCE, número 2346, diciembre 2019).Cuantía aparte, el otro ojo con que hay que mirar es la duración del súbito aumento de precios. Los bancos centrales no inventan nada augurando que el fenómeno será transitorio, temporal, efímero. Lo certifica la economía real, el mercado de Chicago, campeón en la materia de comprar para pasado mañana. Los contratos de futuros de esa capital —garantizados a un precio determinado en una fecha cierta en la que el vendedor pone a disposición el producto y el comprador se compromete a adquirirlo—, se cerraban a final del mes pasado con un descuento para julio del 21,5% sobre los precios de otoño del gas natural, de un 11,1% el petróleo y de un 35,7% las bobinas de acero (Ara, 25/10).Es decir, si no hay una reacción desbocada, en manada, la inflación debe decaer entre primavera y verano. Salvo locura general, los precios manufactureros aumentarán ahora, pero luego bajarán (la demanda no será infinita), los salarios no se multiplicarán (dado el amplio ejército de reserva de parados de larga duración) y los clientes de los servicios tampoco aumentarán sin límite[/b]. Esta es al cabo la razón profunda, aunque solo someramente explicada, de que las palomas monetarias se nieguen a subir tipos, que poco arreglarían y arriesgarían provocar otra recesión (veremos cómo les va a los países del Este que sí lo han hecho). Hasta el más serio de quienes lo habían anunciado ya, como el Banco de Inglaterra, lo aplazó el 4 de noviembre (7 consejeros a favor, 2 en contra), por dudas de si la inflación será o no persistente; y sobre si la economía soportará esos aumentos.Los halcones apelan a los intereses de los bancos (si son perezosos, sus márgenes son más fáciles con tipos altos), o de los ahorradores (que no han sabido invertir) o al ideologismo de la política monetaria ordoliberal restrictiva como una camisa de fuerza permanente. Ahí están los opinadores, los más crueles, cuyo único argumento es tachar a Christine Lagarde de “superficial” y “ligera”. La buena de Carmen Reinhart apela a que esta vez la crisis afecta “por el lado de la oferta” [obvio, pero no para siempre, ¿no? Ya aumentará] (EL PAIS, 11/10) y que la expansión monetaria “ya aumentó bárbaramente tras la anterior crisis”. Y los cinco sabios alemanes —esos que no veían tabú en echar a Grecia del euro— se circunscriben a constatar que “hay riesgos al alza en las perspectivas de inflación para los próximos años”, menuda agudeza, riesgos siempre los hay.Las palomas, sobre todo la presidenta del BCE, el economista jefe Philip Lane y el español De Cos se aferran a las proyecciones del servicio de estudios, y de los mercados. Contemplan peligros de alzas de precios de segunda ronda, aunque temen más la letalidad de la deflación, y hoy por hoy los ven lejanos. Así que el alza de tipos es “muy improbable” en 2022. Pese a todos los ruidos.Saludos.
An energy crisis is coming, but I’d rather be in Brexit Britain than the EUEurope is at the mercy of Russia's gas supply, and a showdown with Brussels looks certain to blow upEurope’s energy crunch has returned with a winter vengeance. We are back to warnings of power rationing and industrial stoppage, a looming disaster for the European Commission and the British government alike.Vladimir Putin has tightened his stranglehold on gas, driving up futures contracts for January by 40pc in barely a week. Prices are nearing the levels of September’s panic. The difference this time is that the underlying geopolitical crisis is an order of magnitude more serious.Russia has mobilized 100,000 troops near Ukraine’s border in what Nato calls a “large and unusual build-up” with hostile intent. American and British intelligence officials last week showed Ukraine’s top brass satellite images and electronic intercepts indicating a “high probability” of military attack this winter, led by the sorts of Spetsnaz special forces deployed in Crimea.Mr Putin has already prepared the ground for the perfect energy squeeze. He took advantage of the world’s post-pandemic gas shortage over the late summer to withhold the top-up flows needed to replenish Europe’s depleted storage.Other than short bursts of extra supply, almost as a tease, Gazprom has been delivering minimum contract volumes. Inventories are currently 52pc in Austria, 61pc in Holland, 69pc in Germany at a time of year when they should be near 100pc.The Kremlin is now closing the trap. Energy analysts ICIS says Gazprom booked “nothing” for December through the Mallnow metering point on the Polish-Belarus pipeline. Europe is facing a supply-deficit of 32m cubic meters a day. By ill luck, Algerian flows have been cut by an intractable dispute with Morocco.“It is hard to know whether Putin is leveraging the energy weapon to try to reverse Europe’s green deal or whether this is really about preparations for an attack on Ukraine,” said Professor Alan Riley from the Atlantic Council.“But he has to be careful because if he plays this card, he can never play it again. Europe will redesign its energy system and stop buying Russian gas altogether,” he said.Whatever Mr Putin’s plans for Ukraine, possibly seizure of the Donbass and the Black Sea coast as far as Odessa, a parallel showdown with Brussels over the Baltic Nord Stream 2 pipeline looks certain to escalate.German regulators have suspended the certification process because Gazprom was trying to get around EU monopoly laws. They had no choice: a stitch-up had become impossible. “Poland would have issued an immediate injunction to stop it at the European Court,” said Prof Riley.The Greens are about to enter the German government and they think Nord Stream is scandalous, Kremlin imperialism with no purpose other than diverting existing gas flows from the Ukraine pipeline and depriving Kiev of its means of economic self-defence. Mr Putin will not back down lightly since Nord Stream 2 is central to his drive to alter the strategic balance of power in Europe, and overturn the post-Cold War settlement. The chances are that he will keep stoking the gas crisis until a frozen Europe begs for mercy, or tears itself apart.Thierry Bros, a former energy security planner for the French government, said Brussels has stumbled blindly into a Kremlin ambush. “Putin set his master plan in motion last July and August. I didn’t believe it at first but now there can be no doubt. He told us we’d be getting more gas in October but it never came, and November has been worse, and now there’s going to be nothing through Mallnow,” he said.“Europe has failed to follow the Churchillian precept of security of supply and has got itself into an existential crisis of its own making out of sheer incompetence. This could cause a break-down of the EU’s integrated energy system and lead to the collapse of the whole bloc,” he said.EU states resorted instantly to health nationalism at the onset of Covid-19. Germany blocked exports of PPE equipment without compunction, even within the single market and after the goods had been paid for.Mr Bros said the lip-service pieties of the EU energy market are likely to prove just as hollow if push comes to shove. Countries may invoke national security laws and hoard whatever energy they have rather than feeding it into the common pool.“We’re running into a presidential election in France. People will scream if our industries are being shut and we’re told we have to accept rationing in order to heat the Germans,” he said.For the British to rely on energy interconnectors from Europe in such circumstances shows touching faith in paper contracts. The UK imports little Russian gas but that is less reassuring than it sounds. It is part of Europe’s integrated nexus, and cross-Channel prices move in near lockstep. In one crucial respect the UK is in worse shape: it allowed the Rough storage site to close, to save pennies, and against vehement warnings, leaving this country nakedly exposed with just days of winter back-up.The Government made a bet that the UK could always, and easily, obtain liquefied natural gas on the global market. But this country now finds itself in a bidding war for scarce LNG supplies with China, which is armed with $3.2 trillion of foreign exchange reserves and has ordered officials to secure energy as a matter of regime survival. The Asia spot price has just hit the once unthinkable level of $32 per MBBtu, if you can get it.If the Government has not already created an “energy war room” with emergency powers, it should do so forthwith. My fear is that we will drift into something akin to the Covid debacle of February 2020, when officials professed cheery confidence in their contingency plans (for a flu pandemic), heroically ignoring what the virus was already doing in Italy. Britain has advantages. Half its gas comes from internal supply on the Continental Shelf, unlike dependent Europe. Its service economy has a lower energy intensity ratio than Germany. It has useful friends. The Emir of Qatar has diverted LNG cargoes to the UK after a friendly chat with Boris Johnson, the fruit of tight defence, cultural, and royal ties. The Qataris turned down a similar request from Brussels because of an antitrust dispute over sales contracts. Might one discern a Brexit dividend in this?Offshore wind is working as it should and has dented the exorbitant bill for imported gas. Renewables have made up 32pc of the UK’s power over the last week. Be thankful for small mercies. Drax has 1.3 gigawatts of coal capacity in reserve that could be cranked up quickly.The UK could follow Japan and switch some gas plants to oil, currently trading at half the price of spot LNG ($180 equivalent). It could in extremis book LNG cargoes and hold the tankers at anchor as emergency storage. The Government could extend the life of the Hunterston B nuclear plant for a few months until we got through the worst.Clive Moffatt, an expert on energy security, said it is already too late. “There’s no short-term fix to this. The grid is going to have to shut down industrial gas users. That is the only way to keep hospitals open and homes heated,” he said. But if I had to choose, I’d rather be in Boris’s Britain this winter, than Ursula’s Europe.