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Cita de: R.G.C.I.M. en Noviembre 28, 2021, 23:57:19 pmLo que tiene bemoles es intentar ponerse uno a la altura del guru cuando se lleva aquí dos telediarios.Sds.Haciendo arqueología foril, casi se puede ir uno a poco más del año 2000 para ver post de IR- y PPCC hablando prácticamente en los mismos términos que lo hacen hoy. Que curiosamente, es lo que muchos le critican. "Que trabaje y emprenda su puta madre" data de antes de 2006, año en que las consultoras informáticas contrataban al por mayor (incluso cientos de personas cada pocos meses) y no creas que costaba encontrar jovencitos. Tanto es así que por aquel entonces la gente quería meterse en la carrera de la rata a cualquier precio, todos sabemos para qué. Cuánto ha cambiado el mundo en relativamente poco tiempo.Por otro lado, meterse contra su persona es un clásico ya muy viejo. Que nadie crea que es el primero en criticarle. Aún recuerdo los piques épicos con JC10. Y en burbuja (y más sitios) foreros que venían en fase de ira a sacudirle. Quien esté detrás del nick "Asustadísimos" lleva en el negocio foril mucho tiempo. Vamos, como desde el año 2000 o anterior. Los que llevamos más o menos desde entonces (un poco después) nos quedamos muy sorprendidos con eso de que cambia el discurso, o de que se lo copia a no sé quién.Por otro lado: Una cosa que pasa en este foro (no me parece mal, simplemente lo menciono). La gente tiene una tendencia enorme a proyectar su profesión/sueldo al conjunto de la sociedad/economía. Eso siempre es muy peligroso. Por ejemplo, tiene sentido hablar de los sueldos (agredados) pero mucho menos sentido hablar de los sueldos de los informáticos (o de cualquier otra profesión). Es como hablar de inflación porque sube la gasolina.Y otra cosa que ocurre es la búsqueda de una especie de consultorio personal, cosa que no puede funcionar, por razones obvias que no vale la pena explicar.
Lo que tiene bemoles es intentar ponerse uno a la altura del guru cuando se lleva aquí dos telediarios.Sds.
Cita de: Frommer en Noviembre 29, 2021, 09:38:00 amOtro gran mensaje de Asustadisimos. Se agradece su lectura crítica del artículo traído por Cadavre y que comparta sus propias conclusiones.Algo de lo que comentamos poco, aunque sea por todos conocido, es el sufrimiento personal que produce en el cuerpo social (miles, cientos de miles de personas) el no poder cambiar de vivienda con facilidad. Independizarse, separaciones, aceptar nuevos trabajos... Que es un fenómeno emergente que a su vez influye en otros... Bueno, lo que decían los ilustres foreros acerca de los sistemas complejos.Sólo por eso una sociedad sana ya debería combatir el pisito. El rentismo es un gran enemigo, del dinero y de muchas otras cosasYa se ha dicho por aquí alguna vez: los precios absurdos de la vivienda es lo que genera prácticamente todos los desajustes sociales en el mundo hoy día, especialmente en Occidente (por el tiempo que lleva así).Me hace gracia cuando se culpa a "la regulación" cuando algo va mal en las empresas o en la competitividad de una economía, mientras se ignora este otro factor que es muchísimo más determinante en el día a día.La burbuja es la que hace que los niños no estén siendo educados, que los horarios sean absurdos, que trabajar y emprender no sea rentable, que las familias acaben separadas, que no haya cohesión social, que no salga a cuenta innovar...Todo problema económico y social hoy día puede ser trazado al pisito. Lo que ocurre es que como a casi nadie le conviene reconocerlo porque todos están esperando sacar su parte, pues casi nadie quiere decirlo a las claras.
Otro gran mensaje de Asustadisimos. Se agradece su lectura crítica del artículo traído por Cadavre y que comparta sus propias conclusiones.Algo de lo que comentamos poco, aunque sea por todos conocido, es el sufrimiento personal que produce en el cuerpo social (miles, cientos de miles de personas) el no poder cambiar de vivienda con facilidad. Independizarse, separaciones, aceptar nuevos trabajos... Que es un fenómeno emergente que a su vez influye en otros... Bueno, lo que decían los ilustres foreros acerca de los sistemas complejos.Sólo por eso una sociedad sana ya debería combatir el pisito. El rentismo es un gran enemigo, del dinero y de muchas otras cosas
Cita de: Derby en Noviembre 27, 2021, 21:09:39 pmhttps://www.ft.com/content/33942ae7-75ff-4911-ab99-adc32545fe5cCitarNuclear fusion: why the race to harness the power of the sun just sped upAdvances in technology and funding have sparked optimism in an area that has promised much but delivered little in six decades¿Y no podría generar de esa manera tal cantidad de energía en ser humano que el planeta se sobrecalentase?
https://www.ft.com/content/33942ae7-75ff-4911-ab99-adc32545fe5cCitarNuclear fusion: why the race to harness the power of the sun just sped upAdvances in technology and funding have sparked optimism in an area that has promised much but delivered little in six decades
Nuclear fusion: why the race to harness the power of the sun just sped upAdvances in technology and funding have sparked optimism in an area that has promised much but delivered little in six decades
Cita de: pollo en Noviembre 29, 2021, 12:29:08 pmCita de: Frommer en Noviembre 29, 2021, 09:38:00 amOtro gran mensaje de Asustadisimos. Se agradece su lectura crítica del artículo traído por Cadavre y que comparta sus propias conclusiones.Algo de lo que comentamos poco, aunque sea por todos conocido, es el sufrimiento personal que produce en el cuerpo social (miles, cientos de miles de personas) el no poder cambiar de vivienda con facilidad. Independizarse, separaciones, aceptar nuevos trabajos... Que es un fenómeno emergente que a su vez influye en otros... Bueno, lo que decían los ilustres foreros acerca de los sistemas complejos.Sólo por eso una sociedad sana ya debería combatir el pisito. El rentismo es un gran enemigo, del dinero y de muchas otras cosasYa se ha dicho por aquí alguna vez: los precios absurdos de la vivienda es lo que genera prácticamente todos los desajustes sociales en el mundo hoy día, especialmente en Occidente (por el tiempo que lleva así).Me hace gracia cuando se culpa a "la regulación" cuando algo va mal en las empresas o en la competitividad de una economía, mientras se ignora este otro factor que es muchísimo más determinante en el día a día.La burbuja es la que hace que los niños no estén siendo educados, que los horarios sean absurdos, que trabajar y emprender no sea rentable, que las familias acaben separadas, que no haya cohesión social, que no salga a cuenta innovar...Todo problema económico y social hoy día puede ser trazado al pisito. Lo que ocurre es que como a casi nadie le conviene reconocerlo porque todos están esperando sacar su parte, pues casi nadie quiere decirlo a las claras.Y el día en que se empiece a decir a las claras... ese día todo el mundo ya lo sabía, porque no había que ser muy listo para saberlo. Ya-te-lo-decía-yo hace un par de años, por lo menos . Eso sí, el que lo dice ahora, está perdidísimo, no ve el problema auténtico (que no tiene nada que ver con el pisito, claro) y lleva 20 años diciendo eso mismo, y sin acertar nunca.U otras variantes de esta última. Mi favorita es el meme aquel que dice que no puede haber bajadas en la vivienda (porque no convienen ) y, que de haberlas, si se desplomara la vivienda, llegaríamos a vivir en una especie de infierno terrenal mucho peor que el mierdismo que impera hoy. A mí me vale para estimar el grado de inmo-mutilación del que lo dice.
Es que ahí es donde no estoy de acuerdo.La vivienda no caerá. Está cayendo. Y es bueno que caiga, muy bueno. Hasta para el pepito más atrozmente inmomutilado. Los problemas de la sociedad se irán moderando mucho a medida que la caída sea cada vez más acusada.
El grueso de las viviendas que se compran hoy no son para "himbertir". Ese tiempo ya pasó. A Dios gracias. Siempre hay algún despistado.Las viviendas que se venden hoy (que hay mucho cuento, ojo, mucha rata salvándose: no os creáis nada) son vendidas por miedo. La avaricia alimenta la primera parte de una burbuja. El miedo alimenta las reburbujas. Poned el telediario y sólo veréis una cosa: miedo.Pero está ocurriendo. Estamos viviendo las últimas fases. Falta muy poco.Edito otra vez (lo siento!). El que nos esté leyendo. El que esté leyendo este mismo mensaje y, de alguna forma, esté pensando en comprarse una vivienda. ¿Qué te impulsa a querer comprar una vivienda hoy?:Tengo unos ahorrillos y temo perderlos por quitas/inflación.Tengo el temor de llegar a fin de mes y un buen día no poder pagar el alquiler. Con la compra al menos tengo algo, y siempre son los niños mimados. Si me hipoteco, tendré menos miedo.Resto.
Cada uno puede hacer lo que mejor le parezca, faltaría más.Ahora bien, es curioso que las personas que más "atizan" a Asustadísimos son aquellas que, o bien han comprado, o bien piensan comprar. Bueno, no es tan curioso, somos humanos. Llevo mucho tiempo con el tema de las casitas. Mucho. Desde el 2000 y poco. El discurso ha cambiado muchísimo, se nota. Antes había avaricia, ahora hay miedo (de diversas formas, pero miedo). Un detalle: desde hace unos años, las pocas personas que conozco que han comprado una vivienda (que no han necesitado ningún préstamo: otro tanto para las teorías de Asustadísimos respecto al redeseagüe), me han dado una lista muy grande de motivos. Entre ellos, nunca hay razones objetivas. Siempre son razones sentimentales. Personalmente, no meto sentimientos cuando hablo de 400.000 euros.
Cita de: berberecho en Noviembre 29, 2021, 13:45:48 pmEs que ahí es donde no estoy de acuerdo.La vivienda no caerá. Está cayendo. Y es bueno que caiga, muy bueno. Hasta para el pepito más atrozmente inmomutilado. Los problemas de la sociedad se irán moderando mucho a medida que la caída sea cada vez más acusada.Pero aún no hemos llegado al punto crítico, si es que esta vez llegamos. La vivienda ya bajó un 40% desde máximos en la crisis, pero no desapareció la percepción de El Pisito como inversión.Se tiene que llegar al punto de que se vea la vivienda como lo que es, como un bien básico y como un gasto. Porque hay que pagar IBI, el mantenimiento, y mucho más. Se tiene que dejar de ver como un bien en el que invertir.Si en la crisis no llegamos a alcanzar esa percepción, y mira que el país las pasó putas con un paro galopante, un rescate encubierto de Europa, y una crisis social del cagarse, es muy difícil que se alcance ahora.Ojalá que ocurra, pero soy tremendamente escéptico. Insisto, no es suficiente con que bajen los precios. Tiene que desaparecer la percepción de la "himbersión". Sin eso, volverá una y otra vez. De momento esas bajadas sólo se están viendo como algo temporal "porque la cosa está algo mal, pero a la que mejore vuelvo a subir".
Cita de: berberecho en Noviembre 29, 2021, 14:02:11 pmEl grueso de las viviendas que se compran hoy no son para "himbertir". Ese tiempo ya pasó. A Dios gracias. Siempre hay algún despistado.Las viviendas que se venden hoy (que hay mucho cuento, ojo, mucha rata salvándose: no os creáis nada) son vendidas por miedo. La avaricia alimenta la primera parte de una burbuja. El miedo alimenta las reburbujas. Poned el telediario y sólo veréis una cosa: miedo.Pero está ocurriendo. Estamos viviendo las últimas fases. Falta muy poco.Edito otra vez (lo siento!). El que nos esté leyendo. El que esté leyendo este mismo mensaje y, de alguna forma, esté pensando en comprarse una vivienda. ¿Qué te impulsa a querer comprar una vivienda hoy?:Tengo unos ahorrillos y temo perderlos por quitas/inflación.Tengo el temor de llegar a fin de mes y un buen día no poder pagar el alquiler. Con la compra al menos tengo algo, y siempre son los niños mimados. Si me hipoteco, tendré menos miedo.Resto.Yo soy RESTO.
https://www.ft.com/content/9fd3c498-1014-47ee-8e25-865a91efd594CitarMaking sense of the Great ResignationLabour markets have been reshaped by the pandemic in different waysThe pandemic sparked a wave of speculation about what, on the other side, the world of work would look like. Perhaps, as in the aftermath of the Black Death, it would permanently tilt the balance of power towards labour. Or perhaps the brush with mortality would lead to millions re-evaluating their priorities, opting for a new work-life balance, aided by the spread of work-from-home arrangements. A much worse alternative was that the biggest fall in economic activity on record could, without proper monetary and fiscal support, lead to a repeat of the Great Depression, with stubbornly high joblessness and low job growth for decades.To a certain extent, in different places to different degrees, all have come true and the future of work is not completely settled. As has been shown by an FT series published throughout this week, asking ‘where have all the workers gone?’, there is no one single experience of labour markets after the pandemic. The term Great Resignation was coined in the US, where thousands have handed in their notice in search of better remunerated or more rewarding work. Much of this has been so-called job-to-job moves, where workers leave their job to find something else. That, generally, represents a policy success as in-demand workers improved their lot and perhaps businesses too profited from getting workers that are a better “fit”.Not all is well, however. Many others have dropped out of the labour market altogether. There are roughly 4m fewer workers in the US than there were before the pandemic. Some of this could be the lingering effects of the Covid crisis, with workers in many face-to-face industries still worrying about the risks of infection. There have been more than 2.4m “excess retirements” since the beginning of the pandemic, according to the Federal Reserve Bank of St Louis. Similar trends have been seen in the UK, where the most common reason for leaving work was either long-term illness or retirement.In the UK, shifts in workers’ interest or appetite for work have combined with the departure of thousands of the country’s EU citizens, exacerbating labour shortages. In France and elsewhere in the eurozone, meanwhile, worker participation has increased — confounding the low expectations for its traditionally sclerotic jobs market. Partly that may be due to Europe’s “furlough” schemes, which kept workers linked to employers, rather than the US model of direct payments which encouraged both sides to look for new options by increasing unemployment. Or, in the case of France, it could reflect reforms carried out by President Emmanuel Macron before the pandemic hit.Policymakers have to figure out whether these trends are something to encourage, resist or ignore altogether. US president Joe Biden has said that an explicit goal of his stimulus effort is for full employment to increase worker bargaining power, as shown by the increasing number of job-to-job moves. Alternatively, the permanent exit by workers, such as migrants in the UK, could permanently raise costs and contribute to inflation. Some retirees, on the other hand, may return to the jobs market as the virus fades and they feel more comfortable working again — or, perhaps, if their savings from months of lockdown turn out to not go as far as expected.Ultimately, the pandemic is not over and neither should we expect its impact on the world of work to have ended. Economies are still in the process of adapting to whatever the new normal turns out to be.
Making sense of the Great ResignationLabour markets have been reshaped by the pandemic in different waysThe pandemic sparked a wave of speculation about what, on the other side, the world of work would look like. Perhaps, as in the aftermath of the Black Death, it would permanently tilt the balance of power towards labour. Or perhaps the brush with mortality would lead to millions re-evaluating their priorities, opting for a new work-life balance, aided by the spread of work-from-home arrangements. A much worse alternative was that the biggest fall in economic activity on record could, without proper monetary and fiscal support, lead to a repeat of the Great Depression, with stubbornly high joblessness and low job growth for decades.To a certain extent, in different places to different degrees, all have come true and the future of work is not completely settled. As has been shown by an FT series published throughout this week, asking ‘where have all the workers gone?’, there is no one single experience of labour markets after the pandemic. The term Great Resignation was coined in the US, where thousands have handed in their notice in search of better remunerated or more rewarding work. Much of this has been so-called job-to-job moves, where workers leave their job to find something else. That, generally, represents a policy success as in-demand workers improved their lot and perhaps businesses too profited from getting workers that are a better “fit”.Not all is well, however. Many others have dropped out of the labour market altogether. There are roughly 4m fewer workers in the US than there were before the pandemic. Some of this could be the lingering effects of the Covid crisis, with workers in many face-to-face industries still worrying about the risks of infection. There have been more than 2.4m “excess retirements” since the beginning of the pandemic, according to the Federal Reserve Bank of St Louis. Similar trends have been seen in the UK, where the most common reason for leaving work was either long-term illness or retirement.In the UK, shifts in workers’ interest or appetite for work have combined with the departure of thousands of the country’s EU citizens, exacerbating labour shortages. In France and elsewhere in the eurozone, meanwhile, worker participation has increased — confounding the low expectations for its traditionally sclerotic jobs market. Partly that may be due to Europe’s “furlough” schemes, which kept workers linked to employers, rather than the US model of direct payments which encouraged both sides to look for new options by increasing unemployment. Or, in the case of France, it could reflect reforms carried out by President Emmanuel Macron before the pandemic hit.Policymakers have to figure out whether these trends are something to encourage, resist or ignore altogether. US president Joe Biden has said that an explicit goal of his stimulus effort is for full employment to increase worker bargaining power, as shown by the increasing number of job-to-job moves. Alternatively, the permanent exit by workers, such as migrants in the UK, could permanently raise costs and contribute to inflation. Some retirees, on the other hand, may return to the jobs market as the virus fades and they feel more comfortable working again — or, perhaps, if their savings from months of lockdown turn out to not go as far as expected.Ultimately, the pandemic is not over and neither should we expect its impact on the world of work to have ended. Economies are still in the process of adapting to whatever the new normal turns out to be.