LOS POETAS MALOS LLAMAN OFERTA A LA PRODUCCIÓN Y DEMANDA AL CONSUMO; Y TÚ, MEMBRILLO, TRAGAS.—La neurociencia ha demostrado que
las palabras, ya positivas, ya negativas, que usamos al hablar o pensar cambian nuestro cerebro. Un simple «no» activa tu amígdala cerebral y tu sistema límbico de forma tan potente que puede generar un proceso químico y fisiológico de tal magnitud que puedes acabar incluso muriendo.
Andan diciendo no a la evidencia del 'reset-good thing' ordenado desde el centro del sistema (Fed, Powell, 15-jun y 21-sep). Pero sí ha comenzado la corrección gruesa a la baja de precios inmobiliarios, ¡y de qué manera! Y por primera vez desde los 1980,
es oficial que es bueno que pase. ¿Por qué dicen que no? Dicen que no porque su cerebro no se puede permitir aceptar el sí... porque
son los malos del Chicago de Al Capone y Eliott Ness. Para ellos 'reset' es una palabra negativa. Para las autoridades y para nosotros, positiva.
Oferta y demanda son metáforas poéticas. Científicamente, debiera decirse, respectivamente,
Producción y Gasto en Consumo, que son los conceptos contables que tienen los datos estadísticos detrás, ya numéricos, ya representativos de cualidades o categorías. Oferta y demanda solo son palabras para pronunciar engolando la voz, palabras huecas,
idealizaciones que nos permiten dibujar curvas con tiza en las pizarras, para 'enseñar', y
vender teorías.
Pero oferta y demanda
no son metáforas inocuas. Son de inicuos. No son de malos poetas. Son de poetas malos. Son palabras maliciosas y ansiogénicas, siempre en tu contra:
—«
Es el mercado, amigo, jódete, espérate a la mano invisible, ja, ja, ja».
—¿Invisible?
—«Sí, espérate a la magia que todo lo acaba curando. ¿Acaso no sabes que
unas veces se pierde y otras se gana?».
—¿Magia? ¿Que me espere?
—«Compréndelo, ahora
hay poca oferta para la mucha o poca demanda que hay, y todos somos iguales...».
—... ¿iguales de malos?
—«Tú eres un agente social indeseable».
La verdad es que es maravilloso el
giro moral que ha dado la Fed con su 'it's a good thing'.
Oferta y demanda son las dos grandes metáforas sobre las que los usureros han montado toda una
alegoría opresiva y tenebrosa. Su fin, como en toda guerra, es
dejarte indefenso (vid. Clausewitz), para poder separarte de tu dinero, casi siempre, a cambio de
barro o humo, es decir, inmuebles o Bolsa, o incluso de
absolutamente nada, como esos correos electrónicos vacíos encriptados tan de moda en círculos anarcocapitalistas y concomitantes, que se supone que valdrán mucho porque en tenidas de 'enteraos' se registran descentralizadamente en internet, mientras se engaña diciendo que son escasos.
Para mierdas escasas, un servidor, muy admirador del arte conceptual, se queda con la 'Merda d'Artista', de
Manzoni, de 1961, que son solo 90 latitas numeradas, cada una de 30 gramos. Se sabe de una que, en 2016, partiendo de 80 mil euros, alcanzó los 275 mil en la casa de subastas 'Il Ponte', de Milán (el kilo sale a algo más de 9 millones de euros).
—«Bendita mierda de oferta y demanda, que me permite desplumarte con barro o humo o absolutamente nada».
La alegoría mierdista se extiende a la
cancelación de las palabras préstamo, sustituida por crédito,
y endeudamiento, por apalancamiento.
Crédito es todo préstamo pero solo en la perspectiva del prestamista, no en la del prestatario. Por eso llamamos entidades de crédito a los bancos, porque en el activo de su Balance figura como derecho de crédito lo que tú les debes por el préstamo que te han hecho, operación que se supone que ha sido posible porque tú tenías crédito en sentido lato. Y
apalancamiento es solo cuando inviertes las rentas que el prestamista te ha ayudado a traerte de tu incierto futuro, para hacer palanca en el presente e intentar dar un salto de Renta, es decir, intentar rellenar el hueco que has dejado en tu futuro con otro flujo superior.
No hay nada más pedante, cursi y ridículo que, siendo un pobre endeudado para el consumo de un producto de primera necesidad amortizable y artificialmente escaso, fardar de que
«he pedido un crédito y me he apalancado». No, querido, tienes un triste préstamo que honrar y lo has malbaratado en consumir, con el propósito implícito de algún día timar tú también a un tercero con la misma cantinela.
Déjense de metáforas y alegorías retorcidas, y llamen
al pan, pan y al vino, vino.
Estén en el lado de la fuerza. En Economía, no hay más verdad que el
Trabajo & Empresa y el
Dinero & Capital.
—«Los Gobiernos, bla, bla, bla... los Bancos Centrales, bla, bla, bla... es lógico
que se retraiga la oferta».
—¿Retraerse la 'oferta' quiere decir que los proveedores de ese producto de primera necesidad que es la vivienda pueden coaccionarnos a todos acaparándola y racionándola?
—«Tú eres un agente social indeseable».
—«Los tipos de interés bajos
estimulan la demanda de inversión en vivienda».
—Querrás decir que favorecen que yo consuma vivienda en el presente pagándolo con mi ahorro futuro, para engorde del bolsillo de sus proveedores, que luego no saben qué hacer productivamente con mi dinero.
—«Tú eres un agente social indeseable».
—«He invertido mis ahorros en un pisito para
complementar mi pensión».
—O sea, que has consumido tu ahorro inmoralmente, es decir, atentando contra la sociedad. Porque los trabajadores ya te pagan la pensión a través de ese impuesto sobre las nóminas que son las cotizaciones sociales. Y encima tú, ahora, quieres exprimirles otro tanto a cambio de un producto de primera necesidad encarecido artificialmente. Y todo sin olvidar que los salarios los han de pagar los empresarios productivos. ¿Por qué no inviertes en Bolsa o en fondos de inversión? Déjame contestarte: porque sabes que el rendimiento inmobiliario es tan desproporcionado que es usurario.
—«Tú eres un agente social indeseable».
En el '
espacio de debate a ocupar' (por los buenos), ese del que habla Turiel (*), debe estar presente:
• que el acaparamiento y racionamiento son consustanciales a la mal llamada inversión inmobiliaria —realmente,
invierten en 'el mercado' inmobiliario, que es otra cosa distinta, negocios que se montan con inmuebles según qué coyuntura o estructura— y que, si no los paramos, acabarán saboteando la producción racional de vivienda básica.
• que la vivienda básica es un producto de primera necesidad;
• que invertir en una vivienda para alquilar y, así complementar la pensión, es, además de inmoral, peligroso para la economía productiva porque
puede acabar con las pensiones, y sabemos desde el tercer tercio del s. XIX que ningún sistema se sostiene sin ellas; y
• la pregunta del millón: ¿quiénes son los agentes sociales indeseables en todo
Puerto de Arrebatacapas? (con perdón de los abulenses)
El ofertademandismo utilizó obscenamente al
sistema financiero como falsa causa (falacia 'non causa pro causa') del Pinchazo 2006-2010, proceso, por contra, querido y administrado por
el sistema capitalista, harto de que la burbuja popularcapitalista —socialdemócrata, socioliberal, neoliberal y populista—
anegara los bancos de basura hipotecaria e inmobiliaria, aparte de otras consideraciones, incluida la salud mental.
Entonces —segunda mitad de los 2000—, nosotros nos desgañitamos intentando hacer ver que era al revés, que
la crisis de instituciones financieras no era causa sino consecuencia. Como en toda crisis económica —si no, no lo sería—, el sistema financiero es víctima de ella y solo puede ser acusado de realimentarla, primero al alza y luego, a la baja.
En la segunda mitad de los 2010, para facilitar el tramo final del saneamiento del sistema financiero, tuvimos que
condescender con el reburbujeo controlado, para garantizar el éxito de la Operación Desagüe, llamada así por el propio bancocentralismo.
Antes de la pandemia de coronavirus ya estaba desactivándose administradamente dicho reburbujeo, como cuando el tripulante de '2001: Una odisea del espacio', de Kubrick comienza a retirar las barras de alimentación a la inteligencia artificial HAL (en el abecedario, las letras que preceden a IBM), rebelada contra el Hombre (la segunda película favorita nuestra es 'Blade Runner', de Scott; la tercera, Easy Rider, de Hopper; las tres, vistas en gran pantalla cuando se estrenaron en España, la primera con mi padre, cinéfilo y medio cineasta —mi padrino, amigo suyo, ganó el Oso de Oro de Berlín—).
Por cierto, el monolito negro del principio de la película, que tanto inquieta a los carvenícolas —que pasan sus horas compitiendo con tapires por el pasto y entre sí por los charcos de agua—, tiene la función de introducir en sus cerebros el Conocimiento —p. ej., que un hueso o un palo, es un martillo 'readymade'—. Podríamos parodiar El Ladrillo tanto con el monolito como con el hueso y, desde luego al cavenícola 'palillero'. Si el gran compañero de fatigas 'benditaliquidez' no hubiera muerto internáuticamente, le pediríamos un 'collage' tan lleno de gracia como el 'serpencamelirafante' del S&P500:
El gráfico histórico del S&P500 muestra que el modelo popularcapitalista ha tenido tres grandes pinchazos: a) Puntocom 2000; b) Subprime 2008; y c) Reburbuja 2018-2020 y Estertor 2021-2022.
La pandemia veló el inicio del pinchazo de la reburbuja, pero todos sabíamos que se estaba ya en ello —negarlo ahora es cínico—, con los bancos centrales a la cabeza —recuerden aquella portada del The Economist: 'The horrible housing blunder', en enero de 2020—. Estábamos, por fin, empezando a esperar la ansiada revalorización del dinero respecto del ladrillo. ¡Qué añagaza tan roñosa, ahora, la de la inflación rara!, ¿no?
La Vivienda se ha convertido en un disparate detestable, un fiasco espantoso, una torpeza tremenda, una pifia horrible ('horrible blunder'): la sociedad y los individuos, y por supuesto la economía, están envenenados por la Vivienda y las autoridades tienen la obligación de salir a apagar el incendio.
[Guarden esta imagen en su disco duro que 'The Economist' ya la ha retirado]
Aunque parezca contradictorio,
el desmadre de precios inmobiliarios pospandemia es una fase el pinchazo de la reburbuja: todos saben que estamos repinchando —sobre todo después de la
nueva retórica de 'reset-good thing' de la Fed— y hay una carrera apoteósica por desquiciar los precios máximos de referencia creyendo que se gana administrabilidad, aparte de que aún puede sacarse un dinerito porque
hay 'muchos y muchas' que pican —el popularcapitalismo nos ha hecho a todos blandengues mentales,
creyentes en la estupidez de que los precios no importan, sino los tipos de interés, y que «hay que
aprovechar ahora que endeudarse aún es fácil porque hay una inflación de no te menees 'que ha venido para quedarse' y el dinero no vale nada ya que es 'fiat'».
Odia el ladrillo y compadece al enladrillado. Una cosa es la
Obra Pública y otra las
obras en viviendas usadas para 'ponerlas en valor' (ja). Lo primero es invertir, pero solo si el producto es productivo, valga la redundancia; si no, es tirar el dinero. Lo segundo solo es:
— malbaratar tu ahorro consumiendo
— retorcer tu Balance sobrevalorando un elemento patrimonial medio amortizado y
— preparar una operación que se reduce a encontrar a un primo al que engañar para que yerre haciendo un acto de disposición a tu favor.
Los que practican el ofertademandeo dirán que nuestras palabras son negativas. No. Son los
conceptos contables realmente existentes. Las negativas son las suyas, que manipulan y empobrecen.
La última voz alzada en relación con la recesión mundial, la de la UNCTAD:
https://unctad.org/tdr2022Los ofertademandistas, con su bancocentralculpismo, aprovecharán ahora para manipularte a costa de la UNCTAD, denunciando a la Fed ante al mundo por osar subir asesinamente el nivel de tipos de interés de intervención, del mismo modo que la culpan de la sobrevaloración del dólar. Pero nunca olviden que
las autoridades lo único que están haciendo es de bomberos controla-mecha de las bombas popularcapitalistas.
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(*) PARA PENSAR, EL 3 ES MEJOR QUE EL 2.— Turiel ha publicado un manifiesto 'anti', con el título "El por qué (sic, debiera ser el sustantivo porqué) de un llamamiento'. En síntesis, avisa de que el peak-todo' se completa con otro berrinche, el del 'peak-populismo', que estaría por llegar, salvo que los buenos 'ocupemos el espacio de debate'. Con todo respeto, Turiel no se ha dado cuenta de que el momento populista (ira y resentimiento antisistema) ya ha pasado. Por ejemplo, en la Bolsa e inmuebles estadounidenses y en Ucrania, el sistema le está dando la puntilla. La transición está tan avanzada que estamos trabajando en la modulación del bienestarismo, el famoso Pacto de Rentas, que no es privativo de España. No estamos, como Hércules, en una bifurcación, teniendo que escoger entre el vicio y la virtud. Estamos en un tren que no ha descarrilado ni lo va a hacer. La dialéctica turielana es binaria. Quizá está expuesto personalmente al ladrillo y su cerebro no le permite pensar según qué cosas. Pero conviene recordar que:
— entre dos contrarios está su unidad
— las partículas subatómicas principales son protón (+), electrón (-) y neutrón
— el triángulo es el polígono más básico, y el más simple que puede fractalizarse
— la naturaleza humana es triádica: cuerpo, alma y espíritu
— la naturaleza femenina se describe mediante la diosa triple: Selene, Artemisa y Hécate
— las dos religiones más avanzadas, el hinduismo y el cristianismo, son trinitarias (Brahma, Visnú y Shiva, y Padre, Hijo y Espíritu Santo), aparte de las tríadas egipcia (Isis, Osiris y Horus), griega (Zeus, Poseidón y Hades) y capitolina (Júpiter, Minerva y Juno), las tres religiones posprimarias más importantes.
— el patrón económico tiene tres fases: Producción, Renta y Gasto
— el dinero tiene tres capas: fiduciario, bancario y financiero
— en los ciclos económicos coyunturales, entre expansión y recesión, y viceversa, está la fase de cambio de ciclo
— los ciclos económicos estructurales (y la vida misma) tienen, como las novelas, planteamiento, nudo y desenlace
— las etapas de la vida son infancia-adolescencia-juventud, adultez y ancianidad
— los periodos de toda enfermedad son prepatogénico, patogénico y resolución
— etcéteraP.S.: A nosotros nos da igual Kearsarge que Kerch. No nos creemos nada. Nos da igual que el combustible vaya o no por
tuberías sobre las que navegan
buques o en
trenes que se cruzan con
camiones inmediatamente después de haber sido parados para ver qué llevaban, camiones que esperamos que no sean ni Kamaz (ruso) ni Unimog (alemán), que nos encantan —por el París-Dakar—. Nos importa un bledo que los sabotajes sean de
bandera, de
falsa bandera o de
falsa bandera falsa. No obstante, qué raro es que no pasara gas natural ruso por las tuberías del Mar Báltico y que toda la ribera del mar de Azov sea rusa o rusófila. En general, estamos ante una
racionalización intraderecha no solo en el mundo eslavo, ante la desaparición histórica del modelo popularcapitalista y la venida del siguiente, de dinero fortísimo y planificación central (por cierto, nos encanta que los 'papermakers franz-de-copenhague' del liberalismo por fin arremetan contra la descentralización en el sector público administrativo español). La racionalización intraderecha la tiene perdida la derecha moderna; y ganada la derecha conservadora tradicionalista prosistema, es decir, esta:
Damos las gracias a dos grandes (no se rían por lo de grandes):
—
'Una enmienda a la totalidad'https://www.youtube.com/watch?v=vH32LdzpYQw«La izquierda más sana es la comunista. Merece un respeto. Pero la izquierda hegemónica hoy es la izquierda caniche, que es la que necesita la derecha neoliberal para que las causas que le convienen parezcan antisistema» (17:36).
—
'Sopa Viva Rusia'https://www.youtube.com/watch?v=t8p0xfPHTWw«La gran Rusia ya se ha fragmentado en Bielorrusia, Ucrania... pero tienen en común una sopa de remolacha, la sopa borscht, y ya sabéis que la felicidad se estofa en el culo de las cazuelas» (0:02 y 28:15).
La sopa borscht donde mejor sabe es en porcelana 'Cobalt Net', de Lomonósov, San Petesburgo. Tienen diseñado un 'bowl' especial para ella:
De acuerdo con la taxonomía política,
la Rusia de 1917, roja, la de la revolución de izquierdas bolchevique, antimenchevique, anticaniche, tiene cierta conexión con
la Rusia de 2022, de la derecha tradicionalista y conservadora posmoderna, que explota las vulnerabilidades de la derecha neoliberal, moderna y populista. Cuando pase toda esta pesadilla —que viene de EEUU—, nos vamos a arrepentir de lo que le estamos haciendo a la Ucrania de toda la vida, la de la sopa borscht. ¿Dónde está escrito que nos interesa la dinámica de la derecha ucraniana o la de los países de Visegrado, quizá con la excepción de Hungría?
Calle Alcalá, Madrid, 1917