'THAT’S A GOOD THING' Y EL AGUACHIRLE DE «LA POCA QUITA Y LA MUCHA ESPERA».—Ha llegado el momento de proclamar, complementando la retórica bancocentralista, que LA CORRECCIÓN VALORATIVA INMOBILIARIA ES EL VERDADERO OBJETIVO DE LAS HOSTILIDADES BANCOCENTRALISTAS EN TODO EL MUNDO, solo que no puede expresarse así, dado el tabú inmobiliario, salvo en foros como este amparados en el pseudoanonimato de internet.
El ladrillo, parásito de tu bolsillo.Este es el nuevo meme implícito en la nueva retórica bancocentralista abiertamente antisobrevaloración inmobiliaria.
Nunca olviden que:
— decir que la inflación es un fenómeno monetario es como decir que, si te pegan un
tiro, es un fenómeno
balístico— Decir que una crisis es financiera es tan tautológico como decir que una
enfermedad es un
problema de salud.
Está habiendo una gran
coordinación de bancos centrales en todo el mundo en lo que eufemísticamente llaman
'retirada de estímulos por causa de una moda de insoportable inflación' (raro no, lo siguiente). Pero nunca hubo estímulos, sino control del fuego de la mecha de la bomba popularcapitalista, por lo que ahora no puede haber retirada de algo que nunca existió. La coordinación ideológica se extiende a los
economistas orgánicos. Empezó después del verano de 2021. Es todo bastante enrevesado porque está presente el veneno del
tabú inmobiliario. Estamos en la transición estructural del popularcapitalismo al siguiente modelo de dinero fortísimo y planificación central, y en el punto final a la consideración de la vivienda básica, no como el producto de primera necesidad que es, sino como (falso) ahorro del pobre.
En síntesis, la actual retórica bancocentralista va dirigida a
contrarrestar tres negacionismos:
— que
el ajuste inmobiliario no haría falta; cuando no es que sí que hace falta, sino que es lo único que hace falta de verdad; como dijo el 15-junio Powell (Fed) hace falta un 'reset' inmobiliario; de modo que tenemos que pensar que habrá hostilidad monetaria hasta que no se produzca la corrección valorativa inmobiliaria que se quiere que haya, exhortándose a hablar mal de la 'himbersión' inmobiliaria y a señalarla ya no tan subliminalmente como causa de la causa de la crisis;
— que
la inflación no es transitoria, aunque sí lo es, ya que decir la verdad:
• debilitaría la eficacia psicoeconómica de la hipotética 'retirada de estímulos', decimos hipotética porque los tipos nominales cero, incluso negativos, y las oleadas de expansión cuantitativa nunca tuvieron como finalidad estimular nada, sino que eran oficialmente naturales, dado el iceberg deflacionario (hoy mayor que nunca, después de la añagaza roñosa de la 'inflación rara') y el supermegahiperendeudamiento; y
• equivaldría a tachar de prematuras la 'pasteurización' y la cesación de la expansión cuantitativa, de modo que se descontaría un escenario de pronta vuelta a las andadas que enervaría el esfuerzo estructuraltransicionista; y
— que
el dólar estadounidense no está sobrevaloradísimo, aunque la verdad es que depreciarlo, incluso solo un poco, ha pasado de conveniente a urgente en todo el mundo, economía norteamericana incluida, como estamos viendo con las commodities —que ya no pueden razonablemente explicar inflación alguna, sino todo lo contrario—.
Por este sesgo retórico, somos informados por el bancocentralismo de que, so pena de ser tachados de antisistema, hay que
hablar con la boca pequeña de que la inflación es indeseablemente persistente e, incluso, usando términos poéticos 'ofertademandísticos', no contables, sino políticos. Pero en sitios de internet como este estamos liberados de tener que contemporizar y podemos ayudar a las autoridades ofreciendo la
lectura entre líneas.
Por ello, los que hablan de la inflación actual como si hubiera venido para quedarse —razón por la que encerraría una desvalorización del dinero— y se niegan a calificarla de rota —inconsistente con el nivel de tipos a largo— y rara —porque se debe solo a la discrecionalidad de quienes tienen poder de fijación de precios—, y además la conectan con la expansión monetaria previa o dicen que se trata de una inflación convencional 'de demanda' o 'de oferta' ya de costes, ya autoconstruida ('built in') por lo que se les ocurra, pertenecen a uno de estos dos grupos:
— o son
los malos— o son
los buenos hablando con la boca pequeña, que saben que esta inflación no es canónica, sino arbitraria, pero hay que meter miedo con ella para facilitar la purga inmobiliaria.
Desde luego, con esta nueva política de comunicación de la política económica, hay que ser más malo que la quina para decir que esta inflación es buena para el negociete inmobiliario —tengan en cuenta que, cuando se vende cualquier cosa, el dinero nunca se destruye, sino que solo cambia de manos o, incluso, aumenta en la parte del precio que se financie: 'dinero bancario' si es con un préstamo bancario o 'dinero financiero' si es con obligaciones, letras de cambio o pagarés—.
Lo importante es que la dicotomía moral entre malos-buenos no es solo nuestra. Acaba de ser usada oficialmente por la mismísima Fed, como vemos a continuación.
Permanece sin refutación desde los primeros días del poskeynesianimo que
la facilidad credicitia no es la causa de ninguna burbuja o reburbuja. Y tampoco, que la dificultad crediticia sería lo que las pinchan. Los préstamos solo
realimentan los procesos de alza, primero, o baja, después. Lo real (del latín 'res, rei') va antes que lo financiero. Por eso es gravísimo que haya comunicadores mistificadores que están todo el día en los medios de comunicación de masas dale que te pego con el desprestigiadísimo Enfoque Cuantitativista, según el cual, a mayor impresión de dinero (M), mayor nivel de precios (P), para la misma producción (Q) —al número que sale de la combinación de estos tres elementos, en vez de llamarlo banano, lo llaman velocidad de circulación del dinero (V) y se quedan más anchos que largos: V = (P x Q) / M —.
El pinchazo de la reburbuja inmobiliaria —reburbujeo para desagüe— es un proceso complejo aunque sencillo que lleva en marcha desde hace mucho tiempo, en particular, desde que los tres agentes económicos —familias, empresas y Estados— alcanzaban sus límites de endeudamiento (punto en el que los ingresos ordinarios no bastan para honrar razonablemente la deuda existente, haciendo falta extraordinarios). Durante todo este tiempo, como decimos,
las autoridades no han estimulado nada. Se han limitado a controlar el incendio de la mecha de la bomba que está estallando ahora, permitiendo
que los bancos, empresas financieras (incl. seguros y banca en la sombra), empresas no financieras y familias que quisieran pudieran librarse del hundimiento popularcapitalista —es decir, que la política de tipos cero y la expansión cuantitativa lo que han hecho es reducir la tarea al asalto final a búnkeres en los centros de las ciudades del popularcapitalismo, en los que ya solo se desayunan con pervitín o, si no, cianuro—:
Vean cómo, atención, el
poder político en EEUU señala a
la orgía inmobiliaria como
causa de la causa de la crisis:
https://www.whitehouse.gov/cea/written-materials/2021/09/09/housing-prices-and-inflation/— «Shelter makes up nearly a third of the basket for CPI inflation, and 40 percent of the basket for core CPI.»
Y vean cómo aflora la nueva retórica en los medios de comunicación españoles tradicionalmente proinmobiliarios, pero alineados con el imperio, hoy asustadísimos:
https://www.eleconomista.es/economia/noticias/11951364/09/22/La-vivienda-es-la-culpable-de-la-inflacion-en-EEUU-y-los-precios-del-alquiler-no-pronostican-nada-bueno.html— «La vivienda, la mayor responsable del alza de los precios... El problema no es tanto el nivel general de la inflación, sino sobre todo su causa principal, más profunda que el aumento de los precios de la energía y los alimentos: la vivienda»
— «[los precios inmobiliarios, especialmente, los alquileres] desencadenarán nuevos incrementos salariales.... Por eso, se espera una inflación duradera y unos bancos centrales belicosos, incluso si el crecimiento se resiente»
La correccción valorativa empieza a extenderse en EEUU por donde más duele en la ecuación precios-intereses-alquileres:
https://www.businessinsider.com/rent-prices-fell-august-first-time-in-20-months-2022-9?nr_email_referer=1— «The housing-market cooldown is finally bleeding over into the rental market.»
— «We're seeing a complete reversal of market conditions.»
— «Rents in San Francisco slid -0.9% over the month.»
Los usureros inmobiliarios, sensibles al cambio de retórica oficial, están entonando el «bueno, vale, sí... pero
la quita será poca y la espera, larga».
Ya veremos.
En las burbujas y reburbujas, ninguna agonía es larga. Y no se habla de pinchazo si no se supera el -50%.
Siempre se pasa del aterrizaje suave al aterriza como puedas. Y sucede rápidamente. Los períodos de alza se extienden en el tiempo (p. e., tres oleadas en el módulo de Eliott). Los de baja, para minimizar el daño, son visto y no visto (dos olas de Eliott). El ser humano es así. Tiene aversión a las pérdidas y toda curva de utilidad es asimétrica.
La segunda idea sobre cuánta va a ser la corrección y cuánto va a durar es que no se puede extrapolar el Pinchazo 2006-2010 al Repinchazo de ahora porque entonces las autoridades tenían las manos atadas a la espalda por lo anegados de basura inmobiliaria e hipotecaria que estaban los bancos. Además, estamos en otra etapa del duelo. Entonces las mayorías naturales estaban recibiendo la noticia. Primero, la
negaron. Luego, llenos de
ira, se echaron al monte resentidísimos contra el sistema, que les quitaba su juguetito (bréxit, trumpismo, procés, inflación rara). Bueno, pues ahora toca la
negociación. Después vendrá la
depresión. Y, finalmente, la
aceptación.
Ahora, la negociación también es y va a seguir siendo
irracional. Piensen que el centro del imperio es protestante y que Lutero dijo aquella mamarrachada de que «la razón es la mayor puta del diablo». Pero lo importante es que el popularcapitalismo nos ha convertido a todos en
débiles mentales, duros con las personas de nuestro entorno próximo, pero blandos para afrontar los problemas. El «si lo piensas no te metes» y la violencia moral (Efecto Suegra) han sido clave en la burbuja/reburbuja popularcapitalista.
Las pensiones, la sanidad y la educación corren peligro cierto. ¡Cuidado! Son madera de primera calidad capitalista que los popularcapitalistas menos sagaces pueden quemar para intentar ganar un poco más de tiempo y salvarse como ahora están comprendiendo que se han salvado tantos mientras negaban la Operación Desagüe —a pesar de que el propio banco central la calificaba así—. De ahí el miedo que las autoridades monetarias tienen a que la consigna de la «quita poca y espera larga» sea un riesgo que llegue a materializarse allí donde las autoridades fiscales sean más olonas, melonas, melanias y tabernarias (Bürgerbräukeller), razón por la que
redoblan el ritmo de la pasteurización monetaria e intensifican la hostilidad contra la drogadicción que están curando.
En esta clave es como hay que interpretar las declaraciones de
Powell (Fed), del día
21 de septiembre, ampliatorias de las que hizo el 15 junio sobre la necesidad del 'reset' inmobiliario. Ahora nos ofrece un panorama más amplio y áspero, aparte de indiscutible moralmente, que en síntesis podemos llamar '
correction = good thing':
— «... bring housing prices more in line with the housing-market fundamentals. And that’s a good thing»; la corrección valorativa inmobiliaria «¡es una buena cosa!»,
juicio moral categórico que vincula a todos
— «... it will take a while for home prices and rents to cool more significantly», es decir, no basta con cualquier corrección; tiene que ser '
significativa'
— el objetivo de inflación (2%) se fija, atención, señores, para una fecha conocida ya: la
'deadline' 2025: «growth is set to stabilise just shy of 2 per cent in 2024 and 2025, when officials finally expect core inflation to move closer to the Fed’s 2 per cent target range»
— para finales de 2023 prevén que los tipos suban ligeramente, hasta el 4,6 %, para después bajar al 3,9% en 2024 y llegar al 2,9 % en 2025, lo que quiere decir que
tenemos que intentar visualizar un escenario de tipos reales ligeramente positivos (2,9% menos 2% = 0,9%), aunque todos sabemos que, en cuanto se dé la recesión, cesará la pasteurización y volverá la deflación nominal, por lo que podría haber
tipos reales negativos otra vez; en realidad, al decirnos que pensemos en que los tipos reales se proyectan como positivos lo que se nos quiere decir es
que nos olvidemos de la una 'rerreburbuja', es decir, de una mera resucitación al mismo mundo de mierda y no la resurrección a una nueva vida
— el desempleo, actualmente, en 3,7% aumentará en 2023 y 2024, para controlarse ligeramente por encima del 4% en 2025, lo que equivale a decir: «fíjate si estoy interesado en acabar con la sobrevaloración inmobiliaria, que
no me importa este empleo».
Se dice que una interpretación es auténtica cuando el exégeta es el propio autor del texto a desentrañar. He aquí la
interpretación auténtica del nuevo objetivo de la política económica, proclamado el 15 de junio, ese ya famoso 'reset' inmobiliario, ahora categorizado como 'correction = good thing' valorativa:
https://www.youtube.com/watch?v=hazar1krXYEhttps://www.youtube.com/watch?v=RttHfVpURIALa
Guerra de Ucrania es la única mierda que el Mierdismo tardopopularcapitalista no solo no bendice sino que detesta porque es la primera mierda que no solo no ayuda a su adorada sobrevaloración inmobiliaria, sino que la pone en solfa al dar cobertura al bancocentralismo en su belicosidad contra la usura inmobiliaria y al reconocimiento político de que la vivienda es el componente peor de los índices de precios de consumo, en cuanto ha pasado el primer mal trago energético.
El modelo popularcapitalista es una guerra civil intergeneracional contra el Trabajo & Empresa a la que 'mutatis mutandi' le son aplicables las teorías de Clausewitz, para quien «la guerra es la continuación por otros medios de la política»; nosotros nos atrevemos a añadir que hoy
«la guerra es la continuación por otros medios de la política... económica».
Qué oportuna está siendo la Guerra de Ucrania en la creación del ambiente propicio para
que las mayorías naturales popularcapitalistas negocien y acepten su inmolación. No nos cabe la menor duda de que
Rusia ha considerado este momento de transición estructural idóneo para sus objetivos en Crimea y el sudeste de Ucrania. Lo mismo podemos decir de la
República Popular China respecto de sus propios objetivos y en relación con su hipotética burbuja inmobiliaria: una economía en la que el suelo es propiedad del Estado y se construye exactamente lo que este decide.
La vivienda va a bajar de precio a más de la mitad del actual y va a ser relativamente rápido, y las autoridades financiero-monetarias dicen que están ahí para que así sea. Allí donde las autoridades fiscales contradigan a las monetarias, se sufrirá más. ¿Qué más podemos pedir los estructuraltransicionistas? Nuestra victoria es total.
Ha cundido el pánico, señores. Nosotros sabemos qué ha pasado, qué está pasando y hemos demostrado que somos buenos sabiendo lo que va a pasar y cuándo. Que la vivienda no valga nada cuando está amortizada no es nada malo.
«It's a good thing».