www.transicionestructural.NET es un nuevo foro, que a partir del 25/06/2012 se ha separado de su homónimo .COM. No se compartirán nuevos mensajes o usuarios a partir de dicho día.
0 Usuarios y 4 Visitantes están viendo este tema.
UK rents rise faster in deprived areas – and drag more people into povertyCost doubles in some poor urban districts, driven in part by mortgage rate rise, UK-wide study showsPeople living in the most deprived areas of Britain have seen their rents increase by 52% over the past four years – while for tenants in the wealthiest regions, rents have risen by only 29%, new figures show.“It is shocking to see that home rents have been rising in areas where people are least able to afford to pay more,” said Dan Wilson Craw, deputy chief executive of Generation Rent.The countrywide data analysed by the estate agent Hamptons and shared with the Observer reveals how, in 2019, renters in the most deprived regions were paying an average of £499 a calendar month – by 2023, that had shot up to £759.In contrast, those renting a property in Britain’s most affluent districts were paying an average monthly rent of £1,078 in 2019, going up to £1,387 this year.Polly Neate, chief executive of Shelter, told the Observer: “The private rental sector is creaking under the weight of demand as rents spiral out of reach of local incomes and tenants are pitted against each other for a limited supply of homes.”Landlords in less affluent areas rely more heavily on mortgage finance than their wealthier peers, according to Hamptons, helping to drive up costs. Interest rates have gone up from 1.75% in August 2022 to 5.25% today, with some passing on rising costs to renters. Tenants in deprived districts have seen monthly rents increase by a typical £97 since 2022.“Over the past couple of years, more people have wanted to live in cities, where areas of high deprivation are concentrated,” said Wilson Craw. “Financial pressures have pushed many renters into relatively cheaper areas of cities to find an affordable home, and the effect has been to push up rents for those people already living there”.The figures reflect how Britain’s continuing housing crisis is combining with the cost of living crisis as rent, mortgage rates and rising food and energy costs squeeze incomes.Renters are already more likely to be living in poverty. According to the 2022 annual poverty report from the Joseph Rowntree Foundation, a third of private tenants (4.2 million people) are in poverty, driven by a combination of high housing costs and low incomes. Almost a half (46%) of private renters living in poverty say they have been pulled into it by their housing costs.Of the most deprived regions in the UK, the district with the highest percentage rise in rental costs was Linthouse, Glasgow, where monthly rents increased from £597 in 2019 to £985 this year – a rise of 65%. Just under a third (30%) of children in Glasgow city live in poverty.For tenants in affluent Ascot in Berkshire, rents are higher than in Linthouse but the percentage increase is far lower. Monthly rents rose from £3,224 in 2019 to £4,163 in 2023 – an increase of 29%. Child poverty rates in the wider Windsor and Maidenhead region are 19%, and more than two-thirds of Ascot residents own their own homes.Low incomes and high costs are also adding to problem debt. Joseph Rowntree Foundation data found 20% of low-income households taking on new debt to pay for rent and energy.‘It’s brutal. We need regulation’Esther Planas, 62, has called Hackney, in east London, home since the late 1990s, when she moved to the UK from Spain. An artist, she has lived and worked in the borough ever since, admitting that in some ways she was “part of the gentrification”.Planas is now faced with having to leave her home due to increasingly high housing costs. Her landlord recently informed her that her monthly rent will go up from £1,1175 to £1,620 – an increase she cannot afford.“It’s a huge amount of money,” she told the Observer. “I live in a vulnerable and precarious context as an artist. My income is from selling my work, teaching, lecturing, and grants. I considered becoming officially homeless and getting help from the council, but the waiting list is years long.”This is not the first time rising rents have forced Planas from her home. Her previous landlord evicted all the residents from the block of studios where she used to live. Now the street is full of “VIP apartments”.The stress of losing her home, and the struggle to find a new place to live, is affecting her mental health. “I feel anxious, I have trouble sleeping. Everywhere I look is £1,300 or £1,400 a month, but mostly, £1,500, £1,600, or £1,700, even outside Hackney. It is impossible.“It’s brutal. We need regulation. We need something to change.”
Ya no hay temor a una crisisDe los otoños negros al otoño complaciente: por qué ha desaparecido el pánico económicoLa situación económica de los hogares se ha deteriorado por la subida de los precios y los tipos de interés. Pero, a cambio, la incertidumbre de los años anteriores se ha disipadoHace justo un año, hogares y empresas vivían asustados porque se avecinaba una nueva crisis económica. "Después del verano llegará la recesión", era el mensaje más repetido. Algunos economistas llegaron a augurar una contracción severa de la actividad, lo que provocó una brusca caída de la confianza de hogares y empresas. Pasaron de vivir unas vacaciones de euforia en el consumo a la desesperación por tener que soportar la tercera recesión económica en tres años. Estas previsiones catastrofistas fallaron estrepitosamente y el PIB de España incluso aceleró en el último trimestre del año. Los agentes económicos tuvieron que sobreponerse a los malos augurios que, por momentos, amenazaron con descarrilar la economía en un efecto de profecía autocumplida.Las familias se han acostumbrado a vivir con la amenaza de un otoño negro en la economía; o un otoño caliente en las calles por las protestas ante el deterioro de las condiciones de vida. En 2020, el temor vino provocado por la segunda ola del coronavirus; en 2021, por los problemas de suministro y el inicio de la crisis inflacionista; y en 2022, la guerra en Ucrania. La causa común que explica las previsiones catastrofistas era la incertidumbre. En situaciones tan excepcionales como una pandemia o una guerra desaparecen las certezas. Los rebrotes del virus o el riesgo de cortes de energía eran problemas reales e impredecibles que abrían camino a los discursos catastrofistas. Este año, la incertidumbre sigue siendo elevada, pero no existe un factor tan potente capaz de hacer descarrilar la economía. Al menos, sobre el papel.Los tipos de interés pueden subir algo más, pero el recorrido al alza ya es reducido, los precios siguen subiendo, pero ya a un ritmo inferior a los salarios y la guerra en Ucrania parece que ya ha generado todo el impacto económico que podía. Al margen de que pueda aparecer un gran cisne negro, los agentes económicos calculan que la economía y el empleo seguirán creciendo, aunque a un ritmo moderado. Ocurre así la paradoja de que, aunque este puede ser el otoño de menor crecimiento económico, no haya temor a que aparezca otra crisis. Hasta cierto punto, hogares y empresas están vacunados ante los augurios de algunos economistas, pero también hay motivos racionales para esta confianza. El más importante es el saneamiento que ha realizado España en la última década. La deuda externa de España ha caído hasta el 60% de su PIB, y bajando, lo que reduce drásticamente la vulnerabilidad del país ante posibles crisis financieras internacionales. Por otro lado, el sector privado ha realizado un gran esfuerzo para desapalancarse. La deuda de los hogares está en niveles que no se veían desde 2002, con un pasivo del 51% del PIB, y las empresas están en mínimos desde 2003, con una deuda del 70% del PIB y bajando.Las previsiones económicas de los organismos internacionales, de los principales analistas y del propio Gobierno apuntan a que España crecerá un 2,1% en el conjunto del año. Esto significa que el avance que se registre en la segunda mitad del año difícilmente superará el 0,3%. Si finalmente se produce este escenario, sería el peor final de año para España desde 2013, cuando el país todavía estaba saliendo de la crisis del euro. Un dato pobre que contrasta con la complacencia que muestran los hogares y los políticos. Toda una paradoja.La confianzaLa encuesta de confianza que publica mensualmente la Comisión Europea sitúa a España entre los países más optimistas. El sentimiento económico de hogares y empresas está cerca de los máximos anuales, superando a todos los grandes países europeos. Por el contrario, hace solo un año, el pesimismo era generalizado, con las peores cifras desde principios de 2021, cuando se produjo el último gran brote del covid con la borrasca Filomena.Si se compara con la serie histórica, el indicador de sentimiento económico está en una situación similar a la del año 2019. En ese momento, el ritmo de crecimiento de España no era muy alto, pero no había grandes riesgos en el horizonte. Las grandes preocupaciones en ese momento eran la ausencia de inflación y el estancamiento secular.El discurso político también tiene mucho que ver con la percepción económica de los hogares. La preocupación de los partidos en este momento es la investidura y, en su defecto, la repetición electoral. Cuestiones como la ejecución de los fondos europeos, los desequilibrios de las cuentas públicas o la subida de impuestos han pasado a la irrelevancia política. Esto no significa que los problemas se hayan resuelto, simplemente se han estancado y han desaparecido del foco.Pero la situación de los hogares no es mucho mejor de la que era hace un año, o incluso dos. Por ejemplo, en los dos últimos años los salarios han perdido tres puntos de poder adquisitivo como consecuencia de la inflación. Y el consumo de las familias sigue siendo un 3,5% inferior al que realizaban antes de la pandemia. Aunque el margen de mejora todavía sigue siendo grande, los hogares se conforman con que el margen de caída de cara a los próximos meses parece limitado.Sin embargo, los economistas recuerdan que la incertidumbre económica no se ha terminado. De hecho, tienen dudas sobre cuáles serán los motores de la economía, ahora que el turismo ya ha recuperado los niveles prepandemia y que las exportaciones están flaqueando. En las últimas semanas, ha surgido otra amenaza para la recuperación: la subida del precio de las materias primas energéticas como consecuencia del recorte de producción de la OPEP. El precio del petróleo ha escalado a máximos anuales y se acerca a los 90 dólares, reviviendo así las presiones inflacionistas que parecían superadas.Esto no significa que se avecine una crisis, son pocos agoreros los que se atreven a defender ese escenario en estos momentos. Pero sí que hay dudas sobre la capacidad que tienen los hogares para elevar la demanda interna. Los fondos europeos serán una gran ayuda, pero por lo visto hasta ahora, su capacidad para movilizar inversión está siendo limitada, y más aún, su capacidad para transformar el tejido productivo. Quedan muchas incógnitas por resolver en el horizonte inmediato, desde la tendencia de la inflación hasta la resistencia del empleo. Pero esta vez ocupa más a los economistas que a los políticos o los ciudadanos.
Españistán.
Charted: Youth Unemployment in the OECD and ChinaAugust 31, 2023 | By Pallavi Rao · Article/Editing: Niccolo Conte · Graphics/Design: Bhabna BanerjeeCharted: Youth Unemployment in the OECD and ChinaIn nearly every country in the world, youth unemployment is much higher than general unemployment.Unfortunately, the pandemic only exacerbated matters. During a crucial stretch of their early careers, young adults were locked out of entry-level jobs, destroying their ability to pick up work experience and potentially impacting their long-term earnings.Now, nearly three years after COVID-19 first hit, young adults from some countries, like China, are struggling to find jobs. Using data from the OECD and the National Bureau of Statistics of China, we chart out the youth unemployment rate for 37 countries.Ranked: Countries With the Highest Youth UnemploymentAt the top of the list, Spain has the highest youth unemployment in the OECD, with nearly one in three young adults unable to find a job.Citarℹ️ Unemployed people are those who report that they are without work, are available for work, and have taken active steps to find work in the last four weeks. The youth unemployment rate is calculated as a percentage of the youth labor force.A mismatch between educational qualifications and the labor market has been cited as a significant reason for Spain’s lack of employed adults between the ages of 15–24.Meanwhile, the country’s reliance on temporary contracts and dependence on seasonal sectors—like tourism—to generate jobs are some of the many reasons for its persistently high reported unemployment across demographic groups.Listed below is the youth unemployment rate for all the OECD countries, and China, as of the second quarter of 2023.Announced in June, China’s youth unemployment rate has climbed to 21.3%, a meteoric rise since May 2018, when it was below 10%. The Chinese economy is in the midst of a slowdown and its steadily climbing youth unemployment prompted the government to suspend age-specific unemployment data for the near future.On the other side of the spectrum, in Japan, only 4.2% of young adults are without a job. A key reason for this is Japan’s shrinking and aging population that’s made for a tight labor market.Youth Unemployment: Men vs WomenIn most OECD countries, it’s common to see young men experiencing a higher unemployment rate compared to young women.This contrasts with the trend across all age groups in the OECD, where the unemployment rate is 6.3% for women and 6% for men.We visualize the countries in the dataset with the biggest gaps in youth unemployment below.There is no singular reason that explains this common gap.Across the OECD, more young women opt for tertiary education than young men, which may lead to better employment prospects. At the same time women are overrepresented in the health and social welfare sectors—both growing rapidly thanks to an aging population—that may make it easier for them to find jobs.Why Does Tracking Youth Unemployment Matter?Aside from being an indicator of general opportunities within a country, youth unemployment is a key metric to track, because it can be a bellwether for future economic prospects.High rates of youth unemployment also correlate to brain drain within a country, as young adults move elsewhere to find better jobs.Finally, large increases in unemployed youth have historically led to the potential of civil unrest, which makes it a politically-charged metric to identify and monitor for governments.__Where Does This Data Come From?Sources: OECD Data and National Bureau of Statistics of China.Note: China’s youth unemployment rate is for 16–24 year-olds. The OECD youth unemployment rate is for 15–24 year-olds.
ℹ️ Unemployed people are those who report that they are without work, are available for work, and have taken active steps to find work in the last four weeks. The youth unemployment rate is calculated as a percentage of the youth labor force.
@GameofTrades_Existing home sales tend to decline before recessionsThis time is not different
Yo también siento asco.https://elpais.com/economia/2023-09-03/la-odisea-de-alquilar-habitacion-es-como-buscar-trabajo.htmlCitarLa odisea de alquilar habitación: “Es como buscar trabajo”El arrendamiento por estancias dispara los precios mientras los propietarios tratan de esquivar la Ley de ViviendaHabitación con baño compartido en la mismísima Puerta del Sol de Madrid: 875 euros al mes. La habitación, anunciada en el portal pisocompartido.com, es una de las seis que tiene el apartamento. Si todas se alquilan por el mismo precio, la renta mensual que se lleva el propietario sale a 5.250 euros, más del doble de lo que, según el portal Idealista, cuesta de media el alquiler convencional en esa zona, y casi 2,5 veces más que el salario medio de la comunidad. La propietaria, además, especifica que no vive en el piso: lo alquila por habitaciones. Contactada por este periódico, no contesta ni por qué ha optado por esta fórmula, ni qué tipo de contrato usa con los inquilinos. Otro anuncio de una habitación, en Chamartín, lo pone directamente un agente inmobiliario: 600 euros incluyendo gastos, un mes de fianza y “gastos administrativos” de 250 euros. Eso sí, el propietario proporciona la cuenta de Netflix.Los portales inmobiliarios alertan de que cada vez hay más anuncios de habitaciones, y de que su precio se ha disparado: el alquiler medio de una habitación en España es de 405 euros al mes, según Pisos.com, casi un 6% más que el trimestre anterior. Barcelona es la ciudad donde son más caras (631 euros de media), seguida de Madrid (477 euros), Palma (473) y Vitoria-Gasteiz (448).Ante estos precios, quienes buscan habitación acuden primero al boca oreja y a las redes sociales, especialmente ahora, con el nuevo curso universitario a punto de empezar. “En este tipo de anuncios suelen caer más los extranjeros, que se lo pueden permitir. Pero sí que es cierto que al pagar estos precios contribuyen a crear un mercado de la vivienda que la gente no puede pagar”, dice Igone Franco, de 25 años. Es de Bilbao, pero desde hace varios cursos se traslada en septiembre a Barcelona y busca piso o habitación. “Este verano no quería buscar un piso entero y preferí buscar una habitación. La busqué por Instagram. Puede ser bastante violento, es como buscar trabajo, se crean dinámicas un poco raras”. Al final encontró una habitación por 330 euros con gastos incluidos. “De precio está bien, pero no es muy grande y es un entresuelo”, dice.Gonzalo Bernal, de 21 años, también tuvo suerte al encontrar una habitación en la capital catalana por 240 euros, porque el piso era de la familia de un compañero de carrera. Pero este septiembre alojará a un amigo en una especie de trastero porque no encuentra ningún sitio decente y barato: “Este año se ha notado mucho, la gente ha tenido que irse a barrios alejados, ya que en algunos sitios los precios han crecido mucho. Todo el mundo tiene alguna mala experiencia: revisiones de contrato cuando no toca o problemas para recuperar la fianza”.En ciudades como Málaga los precios también se han disparado. Marta Beltrán, de 22 años, busca una habitación por un máximo de 350 euros, ya que vivirá en la ciudad para trabajar en un empleo mileurista. Ha preguntado por Twitter e Instagram, porque a estas alturas “ya está todo alquilado, y lo que queda es muy caro”. Desde 2019, cada curso busca habitación en Málaga, y reconoce que en este tiempo los alquileres han ido subiendo. “Una vez pagué mucho dinero para entrar en una habitación que encontré por una inmobiliaria, y era una habitación en muy malas condiciones. Los caseros se han vuelto unos aprovechados”, afirma.Con la estrategia de alquilar por habitaciones, algunos propietarios persiguen una rentabilidad aún mayor que la del alquiler de pisos enteros, aunque estos también están en precios muy elevados, especialmente en las ciudades. Los alquileres se encarecieron un 20% entre 2016 y 2021, según los datos del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana. En Barcelona, según los datos extraídos por la Generalitat de las fianzas depositadas, cuesta 1.087 euros al mes de media.Ferran Font, director de estudios de Pisos.com, cree que esta tendencia de alquilar por habitaciones no busca solo una mayor rentabilidad, sino esquivar la ley de Vivienda, que entró en vigor en mayo. Aunque una parte de las medidas de esta norma depende de su aplicación por parte de las comunidades autónomas (sobre todo, el control de los precios), la ley sí establece un tope al aumento de los alquileres para los próximos años, normas para grandes tenedores y la obligación de que los honorarios de las agencias inmobiliarias los pague el arrendador y no el inquilino.Falta de regulación“Los propietarios se ven indefensos e intentan esquivar la ley sacando su inmueble del alquiler convencional de larga duración. Así ha surgido el alquiler de corta duración y el alquiler por habitaciones, fórmulas que no están previstas en ninguna ley”, resume Font, que piensa que estas casuísticas deberían tener una regulación más homogénea. El precio del alquiler de habitaciones solía crecer entre un 1% y un 2% cada año, pero ahora está disparado, explica Font: “Sobre todo en Madrid y Barcelona, pero también en ciudades como Valencia, Málaga o Granada. Históricamente, era un mercado muy relacionado con la actividad estudiantil, pero ya no es solo este colectivo el que lo necesita”.De hecho, según un estudio de Fotocasa, el 44% de los españoles que comparte piso lo hace no por gusto, sino porque no puede pagar uno completo. Y además, es el grupo más desprotegido: un estudio de mayo del Instituto de Investigación Urbana de Barcelona (institución vinculada al Sindicato de Inquilinos) apuntaba que casi el 70% de las personas que no tienen contrato formal de alquiler en realidad lo que alquilan es una habitación.“Ya advertimos que la Ley de Vivienda está incompleta y tiene demasiados agujeros”, explica Jaime Palomera, cofundador del Sindicato. Palomera recuerda que el alquiler de habitaciones “no es nuevo, pero crecerá, como todas las fórmulas que no están reguladas”, y resalta las dificultades de no tener contrato: “Implica que será más complicado recuperar la fianza o evitar que te obliguen a pagar los honorarios. Si el mercado de alquiler ya es una jungla, el de habitaciones aún lo es más”.Palomera define de una manera distinta lo que Font califica de “indefensión” de los propietarios: “El legislador era consciente de estos agujeros, pero no los quiso regular. Había gente que decía que había que dar una vía de escape al sector. Hay actores en el mercado inmobiliario que esperan sacar una rentabilidad del alquiler muy superior a la de muchos productos financieros, y ahora esto se sistematiza en aplicaciones móviles en las que puedes invertir comprando habitaciones”.
La odisea de alquilar habitación: “Es como buscar trabajo”El arrendamiento por estancias dispara los precios mientras los propietarios tratan de esquivar la Ley de ViviendaHabitación con baño compartido en la mismísima Puerta del Sol de Madrid: 875 euros al mes. La habitación, anunciada en el portal pisocompartido.com, es una de las seis que tiene el apartamento. Si todas se alquilan por el mismo precio, la renta mensual que se lleva el propietario sale a 5.250 euros, más del doble de lo que, según el portal Idealista, cuesta de media el alquiler convencional en esa zona, y casi 2,5 veces más que el salario medio de la comunidad. La propietaria, además, especifica que no vive en el piso: lo alquila por habitaciones. Contactada por este periódico, no contesta ni por qué ha optado por esta fórmula, ni qué tipo de contrato usa con los inquilinos. Otro anuncio de una habitación, en Chamartín, lo pone directamente un agente inmobiliario: 600 euros incluyendo gastos, un mes de fianza y “gastos administrativos” de 250 euros. Eso sí, el propietario proporciona la cuenta de Netflix.Los portales inmobiliarios alertan de que cada vez hay más anuncios de habitaciones, y de que su precio se ha disparado: el alquiler medio de una habitación en España es de 405 euros al mes, según Pisos.com, casi un 6% más que el trimestre anterior. Barcelona es la ciudad donde son más caras (631 euros de media), seguida de Madrid (477 euros), Palma (473) y Vitoria-Gasteiz (448).Ante estos precios, quienes buscan habitación acuden primero al boca oreja y a las redes sociales, especialmente ahora, con el nuevo curso universitario a punto de empezar. “En este tipo de anuncios suelen caer más los extranjeros, que se lo pueden permitir. Pero sí que es cierto que al pagar estos precios contribuyen a crear un mercado de la vivienda que la gente no puede pagar”, dice Igone Franco, de 25 años. Es de Bilbao, pero desde hace varios cursos se traslada en septiembre a Barcelona y busca piso o habitación. “Este verano no quería buscar un piso entero y preferí buscar una habitación. La busqué por Instagram. Puede ser bastante violento, es como buscar trabajo, se crean dinámicas un poco raras”. Al final encontró una habitación por 330 euros con gastos incluidos. “De precio está bien, pero no es muy grande y es un entresuelo”, dice.Gonzalo Bernal, de 21 años, también tuvo suerte al encontrar una habitación en la capital catalana por 240 euros, porque el piso era de la familia de un compañero de carrera. Pero este septiembre alojará a un amigo en una especie de trastero porque no encuentra ningún sitio decente y barato: “Este año se ha notado mucho, la gente ha tenido que irse a barrios alejados, ya que en algunos sitios los precios han crecido mucho. Todo el mundo tiene alguna mala experiencia: revisiones de contrato cuando no toca o problemas para recuperar la fianza”.En ciudades como Málaga los precios también se han disparado. Marta Beltrán, de 22 años, busca una habitación por un máximo de 350 euros, ya que vivirá en la ciudad para trabajar en un empleo mileurista. Ha preguntado por Twitter e Instagram, porque a estas alturas “ya está todo alquilado, y lo que queda es muy caro”. Desde 2019, cada curso busca habitación en Málaga, y reconoce que en este tiempo los alquileres han ido subiendo. “Una vez pagué mucho dinero para entrar en una habitación que encontré por una inmobiliaria, y era una habitación en muy malas condiciones. Los caseros se han vuelto unos aprovechados”, afirma.Con la estrategia de alquilar por habitaciones, algunos propietarios persiguen una rentabilidad aún mayor que la del alquiler de pisos enteros, aunque estos también están en precios muy elevados, especialmente en las ciudades. Los alquileres se encarecieron un 20% entre 2016 y 2021, según los datos del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana. En Barcelona, según los datos extraídos por la Generalitat de las fianzas depositadas, cuesta 1.087 euros al mes de media.Ferran Font, director de estudios de Pisos.com, cree que esta tendencia de alquilar por habitaciones no busca solo una mayor rentabilidad, sino esquivar la ley de Vivienda, que entró en vigor en mayo. Aunque una parte de las medidas de esta norma depende de su aplicación por parte de las comunidades autónomas (sobre todo, el control de los precios), la ley sí establece un tope al aumento de los alquileres para los próximos años, normas para grandes tenedores y la obligación de que los honorarios de las agencias inmobiliarias los pague el arrendador y no el inquilino.Falta de regulación“Los propietarios se ven indefensos e intentan esquivar la ley sacando su inmueble del alquiler convencional de larga duración. Así ha surgido el alquiler de corta duración y el alquiler por habitaciones, fórmulas que no están previstas en ninguna ley”, resume Font, que piensa que estas casuísticas deberían tener una regulación más homogénea. El precio del alquiler de habitaciones solía crecer entre un 1% y un 2% cada año, pero ahora está disparado, explica Font: “Sobre todo en Madrid y Barcelona, pero también en ciudades como Valencia, Málaga o Granada. Históricamente, era un mercado muy relacionado con la actividad estudiantil, pero ya no es solo este colectivo el que lo necesita”.De hecho, según un estudio de Fotocasa, el 44% de los españoles que comparte piso lo hace no por gusto, sino porque no puede pagar uno completo. Y además, es el grupo más desprotegido: un estudio de mayo del Instituto de Investigación Urbana de Barcelona (institución vinculada al Sindicato de Inquilinos) apuntaba que casi el 70% de las personas que no tienen contrato formal de alquiler en realidad lo que alquilan es una habitación.“Ya advertimos que la Ley de Vivienda está incompleta y tiene demasiados agujeros”, explica Jaime Palomera, cofundador del Sindicato. Palomera recuerda que el alquiler de habitaciones “no es nuevo, pero crecerá, como todas las fórmulas que no están reguladas”, y resalta las dificultades de no tener contrato: “Implica que será más complicado recuperar la fianza o evitar que te obliguen a pagar los honorarios. Si el mercado de alquiler ya es una jungla, el de habitaciones aún lo es más”.Palomera define de una manera distinta lo que Font califica de “indefensión” de los propietarios: “El legislador era consciente de estos agujeros, pero no los quiso regular. Había gente que decía que había que dar una vía de escape al sector. Hay actores en el mercado inmobiliario que esperan sacar una rentabilidad del alquiler muy superior a la de muchos productos financieros, y ahora esto se sistematiza en aplicaciones móviles en las que puedes invertir comprando habitaciones”.
@NewsLambert The U.S. housing market's tug of war, as told by 2 charts.It's a fight between tight housing inventory (i.e. the tailwind) and deteriorated housing affordability (i.e. the headwind).