PPCC: Pisitófilos Creditófagos. Primavera 2024

[R.G.C.I.M.]

No quería entrar en ello.

Solo quería indicar que no entiendo la resistencia de la misma, que me pregunto si esa resistencia no será porque en realidad a la mayoría de los actores les interesa. Y si no es asi, porque los BBCCs son tan tibios en embridado.
Pero no son tibios. Han subido de golpe 4 puntos. 
Y la transmisión más larga es de 18-24 meses.
Pero no la embridan.
Pues que suban más.  YA.
O ES QUE NOS DA MIEDO A ESTAS ALTURAS PROVOCAR UNA RECESUON COMO HACE TIEMPONQUE NOS HACE FALTA?
PERO UNA DE VERDAD,  NO LA LA MIERDA DE 2008-14.

COÑOYA!

Entre guerras, pandemias,  huties,  barcoschocandoenelmarrojo,  salariosminimos,  venganzaturismos,  nocomprogasarusias, aumentogastoenatmas y tal, aquí no hay dios que contenga los precios.
Y si no se puede pagar, no hay problema, se endeuda el estado y ya.
Como van los vencimientos ? Y la recaudación?
Bien gracias.  La inflación nos lo permite.

Lagarde sube a 6 ya, coño!!!!!!!!

[senslev]

y la gente me acusa de gruñón,  de"adaptate" , y de " es lonqie hay".

"Es lo que hay". Frase comodín para todo. Me pregunto si siempre se hubiese pensado así, ¿se habría evolucionado en algo?. Nada cambiaría. Gente asesinada, "es lo que hay"; inaccesibilidad a la vivienda, "es lo que hay"; 50 grados de temperatura "es lo que hay"; tarados con motosierra, "es lo que hay"; inflación, "es lo que hay"; guerras absurdas que van en contra de la población, "es lo que hay"; natalidad nula, "es lo que hay"; plutocracia, "es lo que hay"; cleptocracia, "es lo que hay"; hijoputismo, "es lo que hay".

"Adaptación y flexibilidad", o lo que es lo mismo, cambia de valores según sople el viento y si eso significa reventarle la vida al de al lado, "es lo que hay".

Es lo que hay. La vida es asín.

[asustadísimos]

[Saturno (XTE-Central 2024:El opio del pueblo): He corregido un par de errores en el comentario sobre mi amigo José Luis Cava...
https://www.transicionestructural.net/index.php?topic=2604.msg229153#msg229153

Aprovecho para preguntar, en relación con la inflación, si han mirado alguna vez cómo se calcula (los 221 tipos de bienes y servicios, en sus 12 agrupaciones, y su ponderación) y si saben que «Gasto en comer» es la cuarta parte del índice y «Hostelería» y «Coche y combustible», otra cuarta parte; también, si saben que las posibles comparaciones entre bienes y servicios —o bb. y ss. transables y no transables—son libres de hacer por cada analista y que nadie se atreve a hacerlas.

IPC España (elaboración propia)

Las ponderaciones son las que estima el poder estadístico, discutibles, pero aceptadas sin problemas por los organismos supraestatales.

Un servidor, no hace mucho, tuve la santa paciencia de reagrupar los bienes y servicios monitorizados por el Instituto Nacional de Estadística con criterios de clasificación más o menos aduaneros, para ver cuánto estiman de verdad que pondera cada tipo de producto de consumo. Tengo claro, por ejemplo, por qué Mercadona ha acabado saliendo a Bolsa. La publicidad se ha hecho el INE, je, je.

'Pro memoria' (reagrupación que hacemos nosotros):

• Gasto en comer:
01111 Arroz
01112 Harinas y otros cereales
01113 Pan
01114 Otros productos de panadería
01115 Pizza y quiche
01116 Pastas alimenticias y cuscús
01117 Cereales de desayuno
01118 Otros productos a base de cereales
01121 Carne de vacuno
01122 Carne de porcino
01123 Carne de ovino y caprino
01124 Carne de ave
01125 Otras carnes
01126 Despojos comestibles
01127 Carne seca, salada o ahumada
01128 Otros preparados de carne
01131 Pescado fresco o refrigerado
01132 Pescado congelado
01133 Marisco fresco o refrigerado
01134 Marisco congelado
01135 Pescado y marisco seco, ahumado o salado
01136 Otros preparados de pescado y marisco conservados o procesados
01141 Leche entera
01142 Leche desnatada
01143 Leche en conserva
01144 Yogur
01145 Queso
01146 Otros productos lácteos
01147 Huevos
01151 Mantequilla
01152 Margarina y otras grasas vegetales
01153 Aceite de oliva
01154 Otros aceites comestibles
01161 Frutas frescas o refrigeradas
01163 Frutos secos y frutos de cáscara
01164 Frutas en conserva y productos a base de frutas
01171 Legumbres y hortalizas frescas o refrigeradas, excepto patatas y otros tubérculos
01172 Legumbres y hortalizas congeladas, excepto patatas y otros tubérculos
01173 Legumbres y hortalizas secas o conservadas de otra forma o procesadas
01174 Patatas
01175 Patatas chips
01181 Azúcar
01182 Confituras, mermeladas y miel
01183 Chocolate
01184 Productos de confitería
01185 Helados
01191 Salsas y condimentos
01192 Sal, especias y hierbas culinarias
01193 Alimentos para bebé
01194 Platos preparados
01199 Otros productos alimenticios n.c.o.p.
01211 Café
01212 Té
01213 Cacao y chocolate en polvo
01221 Agua mineral o de manantial
01222 Refrescos
01223 Zumos de frutas y vegetales
02111 Bebidas espirituosas y licores
02121 Vino de uva
02131 Cerveza rubia
02132 Otras cervezas con alcohol
02133 Cerveza sin alcohol o baja en alcohol

• Hostelería:
11111 Restaurantes, cafés y salas de baile
11112 Servicios de comida rápida y para llevar
11120 Comedores
11201 Hoteles, hostales, pensiones y servicios de alojamiento similares
11202 Centros de vacaciones, campings, albergues juveniles y servicios de alojamiento similares
11203 Servicios de alojamiento en otros establecimientos

• Coche:
07111 Automóviles nuevos
07112 Automóviles de segunda mano
07120 Motocicletas
07130 Bicicletas
07211 Neumáticos
07212 Piezas de repuesto para vehículos personales
07230 Mantenimiento y reparación de vehículos personales
07243 Autoescuelas, exámenes de conducción, permisos de conducción e ITV
12541 Seguros de vehículos de motor

• Combustible:
04521 Gas natural y gas ciudad
04522 Hidrocarburos licuados (butano, propano, etc.)
04530 Combustibles líquidos
07221 Gasóleo
07222 Gasolina
07224 Lubricantes

Como curiosidad diré que «11111 Restaurantes, cafés y salas de baile», él solito, representaría casi un 8% del índice, je, je. Bastaría, pues, con mantener tu patrón de consumo, pero suprimiendo bares y restoranes de mierda, y cuidar un poco la línea para que, según, el poder estadístico, tú entres en deflación.]

[el malo]

[Saturno (XTE-Central 2024:El opio del pueblo): He corregido un par de errores en el comentario sobre mi amigo José Luis Cava...
https://www.transicionestructural.net/index.php?topic=2604.msg229153#msg229153

Aprovecho para preguntar, en relación con la inflación, si han mirado alguna vez cómo se calcula (los 221 tipos de bienes y servicios, en sus 12 agrupaciones, y su ponderación) y si saben que «Gasto en comer» es la cuarta parte del índice y «Hostelería» y «Coche y combustible», otra cuarta parte; también, si saben que las posibles comparaciones entre bienes y servicios —o bb. y ss. transables y no transables—son libres de hacer por cada analista y que nadie se atreve a hacerlas.

IPC España (elaboración propia)

Un servidor, no hace mucho, tuve la santa paciencia de reagrupar los bienes y servicios monitorizados por el Instituto Nacional de Estadística con criterios de clasificación más o menos aduaneros. Tengo claro, por ejemplo, por qué Mercadona ha acabado saliendo a Bolsa, je, je.

'Pro memoria':

• Gasto en comer:
01111 Arroz
01112 Harinas y otros cereales
01113 Pan
01114 Otros productos de panadería
01115 Pizza y quiche
01116 Pastas alimenticias y cuscús
01117 Cereales de desayuno
01118 Otros productos a base de cereales
01121 Carne de vacuno
01122 Carne de porcino
01123 Carne de ovino y caprino
01124 Carne de ave
01125 Otras carnes
01126 Despojos comestibles
01127 Carne seca, salada o ahumada
01128 Otros preparados de carne
01131 Pescado fresco o refrigerado
01132 Pescado congelado
01133 Marisco fresco o refrigerado
01134 Marisco congelado
01135 Pescado y marisco seco, ahumado o salado
01136 Otros preparados de pescado y marisco conservados o procesados
01141 Leche entera
01142 Leche desnatada
01143 Leche en conserva
01144 Yogur
01145 Queso
01146 Otros productos lácteos
01147 Huevos
01151 Mantequilla
01152 Margarina y otras grasas vegetales
01153 Aceite de oliva
01154 Otros aceites comestibles
01161 Frutas frescas o refrigeradas
01163 Frutos secos y frutos de cáscara
01164 Frutas en conserva y productos a base de frutas
01171 Legumbres y hortalizas frescas o refrigeradas, excepto patatas y otros tubérculos
01172 Legumbres y hortalizas congeladas, excepto patatas y otros tubérculos
01173 Legumbres y hortalizas secas o conservadas de otra forma o procesadas
01174 Patatas
01175 Patatas chips
01181 Azúcar
01182 Confituras, mermeladas y miel
01183 Chocolate
01184 Productos de confitería
01185 Helados
01191 Salsas y condimentos
01192 Sal, especias y hierbas culinarias
01193 Alimentos para bebé
01194 Platos preparados
01199 Otros productos alimenticios n.c.o.p.
01211 Café
01212 Té
01213 Cacao y chocolate en polvo
01221 Agua mineral o de manantial
01222 Refrescos
01223 Zumos de frutas y vegetales
02111 Bebidas espirituosas y licores
02121 Vino de uva
02131 Cerveza rubia
02132 Otras cervezas con alcohol
02133 Cerveza sin alcohol o baja en alcohol

• Hostelería:
11111 Restaurantes, cafés y salas de baile
11112 Servicios de comida rápida y para llevar
11120 Comedores
11201 Hoteles, hostales, pensiones y servicios de alojamiento similares
11202 Centros de vacaciones, campings, albergues juveniles y servicios de alojamiento similares
11203 Servicios de alojamiento en otros establecimientos

• Coche:
07111 Automóviles nuevos
07112 Automóviles de segunda mano
07120 Motocicletas
07130 Bicicletas
07211 Neumáticos
07212 Piezas de repuesto para vehículos personales
07230 Mantenimiento y reparación de vehículos personales
07243 Autoescuelas, exámenes de conducción, permisos de conducción e ITV
12541 Seguros de vehículos de motor

• Combustible:
04521 Gas natural y gas ciudad
04522 Hidrocarburos licuados (butano, propano, etc.)
04530 Combustibles líquidos
07221 Gasóleo
07222 Gasolina
07224 Lubricantes

Como curiosidad diré que «11111 Restaurantes, cafés y salas de baile», él solito, es casi un 8% del índice. Basta, pues, con mantener tu patrón de consumo, pero suprimiendo bares y restoranes de mierda, y cuidar un poco la línea para entrar tú en deflación.]

En mi casa de toda la vida se ha dicho que la estadística es la ciencia por la cual cada español se come un pollo sin habérselo comido.

Lo mismo me pasa cuando veo esos datos agregados. Vaya a una familia de clase media/baja, sobre todo en las grandes ciudades, y pregúnteles qué porcentaje de sus ingresos se van en transporte, a ver si ese 1% es cierto, o en gasolina, a ver ese 7% dónde se queda.

No digo nada del 8% de casa o el 3% de alquiler. Si ese dato se distribuyera equitativamente entre la población no habría ningún problema de vivienda.

Si el currito baja el consumo en hostelería (las cañas del fin de semana y alguna salida ocasional a comer) pues ya me dirá qué le queda.. currar como un cabrito para pagar a todos los extractores de rentas (empezando por el Estado y continuando con el alquiler/hipoteca).

No le quitó ningún mérito a su agrupación, pero los datos agregados no releflejan lo que hay en el mundo real.

Otra cosa que es muy visible en Madrid es que los sitios buenos y caros suelen estar hasta arriba y los más populares son los que tienen más dificultades. Posiblemente porque en una sola salida el gasto en hostelería de las clases más pudientes sea equivalente a la mitad o al total del sueldo medio de un currito de clase baja.

[Saturio]

De dónde viene la inflación.

No sé, pero, si NVIDIA sube hoy un 1%, al total de sus accionistas le darán (mira, Marujita) 20.000 millones más por su piso acciones que ayer.
Y eso lo ponen como garantía de préstamos de dinero de verdad para gastar.
Pero NVIDIA, la empresa de la que son propietarios "sólo" tiene un beneficio anual de unos 27.000 millones (2023) con un PER (hoy) de 89.

[JENOFONTE10]

UE Y ANGLOSFERA: BIFURCACIÓN DE INTERESES

[...]
• La UE solo aparenta estar alineada con los intereses de EEUU, a la espera de que sea evidente la traición de EEUU a los suyos. El 'bréxit' y el sabotaje al gasoducto Nord Stream han dejado este proceso visto para sentencia.
[...]

Pablo Iglesias, al desnudo

[...] 17:20 Yo me pregunto, esto de estar en contra de la OTAN ¿es una cosa de izquierdistas trasnochados? ¿o se podría estar en contra de la OTAN siendo un conservador francés? y yo creo que sí, creo que cualquier europeísta con cierto sentido de lo que significa la geopolítica podría decir, mire yo soy monárquico, ¿eh?, conservador, anticomunista, pero yo entiendo que los intereses geopolíticos de Europa son diferentes a los de Estados Unidos, a nosotros nos conviene una relación pacífica con Rusia. Eso quiere decir que a nosotros no nos conviene que haya un despliegue de armamento de la OTAN cerca de Rusia, que lógicamente se va a sentir amenazada, y a pesar de que no nos entusiasme su sistema político, podemos establecer una serie de relaciones de mutuo beneficio, y ya llegaremos a un arreglo asumiendo que Ucrania va a ser un espacio en disputa; porque incluso en términos históricos, en lo electoral, en lo cultural, había una parte de Ucrania más cercana a los estilos y los valores de la Unión Europea, y una parte ruso-hablante, más cercana a los valores rusos. Bueno pues convirtamos Ucrania en un espacio que tenemos que garantizar que está pacificado, y que esto no puede ser un foco de tensión, y que al mismo tiempo, eso nos permita tener unas relaciones con China acorde con nuestros intereses, de hecho China es uno de los principales inversores en Alemania y en la Unión Europea. Nuestra pelea como europeos no puede ser contra Rusia y contra China, como si fuéramos el Reino Unido, como si fuéramos digamos una suerte de subordinado a los Estados Unidos en su política internacional; yo no me imagino a De Gaulle, que no era de izquierdas, asumiendo la línea atlantista que defiende con tanta efusividad Borrell.
[...]
43:30: Los dos estados no son viables porque Israel nunca va a permitir que haya simetría; Israel podría llegar a permitir pues un poco lo que hay ahora, una policía financiada por Israel básicamente para reprimir a los palestinos y un sistema de bantustanes incomunicados en Cisjordania y Hamás.
[...]

https://www.youtube.com/watch?v=E9lgBTie_gU&t=20s

Saludos.

[R.G.C.I.M.]

Que sí, que sí.
Si todos vds. tienen razón.
Pero yo, a lo que voy, es a que TODO ES MENTIRA. Y ESTÁN TODOS ENCANTADOS CON ELLO.
Y lo peor, porque eso ya lo sabíamos;
es que SIGUEN GANANDO LA PARTIDA.
Me dan igual las causas.
El puto circo funciona. Y cuando te crees que no más ya. Pues toma otra vacilada.
SUBID LOS PUTOS TIPOS HASTA QUE REVIENTE TODO DE UNA VEZ, PORQUE NO HAY OTRO MODO.
SINO LO HACÉIS, ASUMO QUE ESTÁIS CONTEMPORIZANDO HACIENDO VER QUE LUCHÁS CONTRA ELLO, PERO ES SÓLO EXCUSA PARA QUEDAR BIEN.

SUBID LOS PUTOS TIPOS HASTA QUE REVIENTE.
YA.

[asustadísimos]

PISITOFILIA BATALLACULTURALISTA.—

¿No les parece que estamos fatal de la mollera para creer que, como si fueran dioses, los funcionarios de un banco central, toqueteando unas decimillas los tipos de interés en sus relaciones con sus bancos de depósitos, manejan los precios de consumo; transmisión de efectos que, encima, observan durante trimestres y trimestres a través de un índice suyo, que ellos mismos elaboran y revisan cuando quieren?

¡Cuántas toneladas de retórica hipócrita hay al respecto por parte de los jugadores popularcapitalistas!

La inflación es lucha por la Renta y se la combate con control social. Todos los sabemos, hasta el más sencillo de los humanos. Pregunten a los niños.

Todo empezó cuando el falsoliberalismo proclamó la mentira de que la inflación es un impuesto para hacer política electoral. La frasecita requiere de ti que, donde pone inflación, no leas lo que es —alza generalizada de precios—, sino que veas la impresora de billetes del banco central; y, donde pone impuesto', que veas odio al Estado —que, curiosamente, esta ahí para perpetuar el sistema—: «la impresora tiene la culpa (de lo desgraciado que soy)».

Lo que entra en el cerebro primitivo es esta mierda de imagen:

Si 'inflación = impresora', los 221 ítems que componen el índice de precios de consumo estarían en 'competición amigable' entre sí para ser, cada uno ellos, el que consiga llevarse el plus de 'billetes creados de la nada'. La segunda mierda de imagen que entra en el cerebro primitivo es tan ridícula que sonroja:

Ya saben cuál es la critica imbatible: 1.º Tú, pobretón, no pones ningún precio; a ti te los meten a la fuerza. 2.º El dinero estricto es el chocolate del loro; el dinero de verdad es una cebolla cuya capa externa es la más grasienta y picante: obligaciones, bonos, pagarés, letras, cheques, vales, depósitos, fondos, derivados... todo ello emitido, es decir, impreso, por el sector privado.

Donde está el grueso de la degeneración es en el sector privado. El sector público se mantiene bastante más limpio. Los partidos políticos pertenecen a sector privado. Los partidos políticos de derecha son los que, en esta fase, están dando más la nota: bréxit, Trump, procés, Dombás, Ayuso, Milei. Lo más degenerado, no obstante, son los mismos juegos de dinero-sin-trabajar popularcapitalistas, principalmente dos: El Ladrillo y El Supersalario.

¿Le interesa al capital que se dé esta situación? No. Al capital le interesa un Estado financieramente fuerte (fisco y moneda) y que haya orden. A quien le interesa la inflación y la precariedad es a los extractores de rentas conservadores-contestarios que nos han metido en este callejón sin salida.

Si se topa usted con algún intermediario que se le pone en plan 'impresoritas', huya. Va a por su dinero.

Ahora está moda denunciar cuán cabrones son los 'mass media'. Es lo mismo. Los 'mass media' no son centros de acumulación capital. Solo son instrumentales. Los cabrones no son los dueños, sino sus trabajadores-directivos superasalariados.

Estamos ante parásitos, señoras, señores. El caso paradigmático es el de la frutera y su amador. Resulta que tenemos que perdonarles la sinvergonzonería mafiosa de jiñarse en el Estado con su facturación falsa porque «es que son batalladores culturales».

Hemos pasado de la entrañable pisitofilia creditofágica que descontaba un futuro color de rosa, a la siniestra pisitofilia batallaculturalista, cuya misión es establecer la inseguridad nacional (interior y exterior) y la inseguridad social, para ellos poder dar pelotazos inmobiliarios o supersalariales.

Nos vemos en la puerta de casa, rifle en ristre, y nuestros hijos reclutados para morir en el frente. Sin sanidad ni pensiones ni policías suficientes. Y esperando a que aparezcan las supuestas fuerzas de mercadillo que habría de tener el usurero de poca monta ('trickster') que llevamos dentro.

Desde luego, está madurísimo todo.

[saturno]

SUBID LOS PUTOS TIPOS HASTA QUE REVIENTE.
YA.

Son los Estados los que deben gestionar el reventón de los "activos".
Los BBCC sólo gestionan la "inflación" real.

Los BBCC lo están diciendo por activa y por pasiva:

los Estados deben reventar lo que permite la inflación (fiscal) de los "activos" : planificando la unión fiscal, las fusiones continentales (bancos, telecos), las reformas de las leyes del suelo edificable.

Eso no se hace con tipos. Se hace planificando la fiscalidad, Restableciendo la primacía del impuesto público sobre el impuesto privado. Porque el Pisito es la privatización del impuesto.

Pero requiere voluntad politica, Que por ahora, es foránea. Fijaos cómo Zelensky se lleva 1000 ml a costa de los impuestos de los Españoles. Lo consigue porque España obedece. Incluso va el Rey a recibirlo, y P.Sanchez firma el cheque.

Vayan a votar. Tras votar, hagamos una sentada en Estraburgo.
Pero dentro del Parlamento, no a las puertas. y por nuestros representantes.
Asegurémonos de que sea divertido, sin llorar a los BBCC.

[sudden and sharp]

[...] Como curiosidad diré que «11111 Restaurantes, cafés y salas de baile», él solito, es casi un 8% del índice. Basta, pues, con mantener tu patrón de consumo, pero suprimiendo bares y restoranes de mierda, y cuidar un poco la línea para entrar tú en deflación.[/size]]

O en verdad. Por cierto, se  puede hacer lo mismo con el IPC de Madrid, si vives ahí, y te salen aún mejor los numeritos. [ Ya puestos.  ]

[sargento.algodon]

Sobre el "Capitalismo simbólico"...
https://musaalgharbi.substack.com/p/meet-the-symbolic-capitalists

Functioning Capitalists
Karl Marx argued that capitalism was fated to break down almost all other social ties and divisions other than the core class conflict between workers (the proletariat) and capitalists (the bourgeoisie). Inevitably, he argued, the workers would rise up and overthrow the capitalists, It was a question of ‘when’ and ‘where’ not ‘if’ the revolution would occur.

In Capital Vol. III, Marx divided the bourgeoisie into two core blocs: “functioning capitalists” and “money capitalists.”

The former term referred to professionals, managers and administrators — the people who run things, but don’t own things. The latter term referred to people who own businesses, resources, etc. but don’t directly manage most of the decisions for the enterprises and assets under their domain (they have people for that: the functioning capitalists).

Marx noted there are often tensions, sometimes outright conflict, between these different blocs of elites — although typically the former works to advance the will and interests of the latter. Across the board, they share an interest (and collaborate) in exploiting and oppressing the working class — and in siphoning ‘surplus value’ produced by people whose labor is tied to physical goods and services ‘upwards’ to people like themselves.

The New Class
Capital, Vol. III was published posthumously in 1894. Over the next several years, and especially in the interwar period (that is, the years between World Wars I and II), the influence of “functioning capitalists” grew rapidly. As institutions grew ever more complex, and operated at every larger scales, the separation between ownership and control grew more and more pronounced.

Shortly after the outbreak of the second world war in Europe, American political theorist James Burnham published a milestone book, The Managerial Revolution, analyzing the ascendence of this new elite formation, which he argued was no longer just a subset of the capitalists, but had come to constitute a “new class.”  -- distinct from owners and producers alike.

Somewhat to Burnham’s consternation, his book sparked a genre of important texts charting the shifts in the global economy and how they relate to the growing cultural, economic and political power of those Marx referred to as “functioning capitalists.” Among them:

Alvin Gouldner, The Future of Intellectuals and the Rise of the New Class.

Daniel Bell, The Coming of a Post-Industrial Society.

Christopher Jencks & David Riesman, The Academic Revolution.

Steven Brint, In an Age of Experts. 

Over time, however, Burnham’s simple description of these elites as a “new class” was supplanted by more refined and descriptive terms.

Symbolic Capital(ism) is a reader-supported publication. To receive new posts and support my work, consider becoming a free or paid subscriber.

Type your email...
Subscribe
The Professional Managerial Class
In a prescient series of essays for Radical America in 1977 (Part I, Part II), Barbara and John Ehenreich introduced the term “The Professional-Managerial Class” (PMC) to refer to the new class whose arrival had been heralded by Burnham. 

The Ehrenreichs defined the PMC as “salaried mental workers who do not own the means of production and whose major function in the social division of labor may be described broadly as the reproduction of capitalist culture and capitalist class relations.”  In laymen’s terms, the major roles they play in society are to

Keep the capitalist machine running (in the present and in perpetuity),

Maximize its efficiency and productivity, and

Justify any inequalities or impositions that are required in order to achieve these ends.

These functions the PMC serve in society, the Ehrenreichs noted, tend to lie at odds with their values. A disproportionate share of the PMC identified with the “new left” (which was, from the outset, a PMC ideology, as C. Wright Mills emphasized back in 1960). They supported feminism, the black power movement, the sexual revolution, environmentalism, the antiwar movement, etc. in addition to possessing more generic left egalitarian economic leanings. PMC attempts to reconcile these views with the role they actually played in society gave rise to a series of contradictions that has come to define this elite formation.

In the years since the Ehenreichs published these seminal essays, the ‘professional-managerial class’ has become perhaps the most popular means of referring to the new elites. However, it is also a term loaded with baggage. As Barbara Ehenriech noted in her 1989 Fear of Falling, the term (and derivatives thereof, such as ‘managerial elites’ or the ‘new class’) became something of a pejorative within the political ‘right’ during the Reagan years. Today, contemporary leftists (intellectuals associated with the Democratic Socialists of America, for instance) have similarly come to use the term as a slur against banal Democrats – even though most critics are, themselves, members of that same group.

Others have criticized the term as being conceptually unclear. For instance, some have argued that a term that seems to encompass the manager of a local Applebee’s, nurses, police officers, journalists, and investment bankers – as though all of these groups share a common set of values and interests – cannot be particularly coherent or useful. This criticism, while not uncommon, is frankly a misread of the concept – perhaps a response to others using it in an overly loose fashion.

According to the Ehenreichs’ original formulation, the PMC did not include anyone who happened to be salaried, or who worked in bureaucracies, or whose jobs required some kind of post-secondary education. The crux of the definition is that they were mental workers. Cops and nurses, who provide primarily physical services, would therefore not be included in the PMC. Similarly, the manager of a local Applebee’s branch – a salaried employee who is typically ‘on the floor’ ensuring customer satisfaction, managing employee disputes, ensuring productivity and compliance with company rules and standards, ensuring the proper production and delivery of a physical good (customers’ meals) – would not be part of the PMC. The people who work at the Applebee’s corporate offices (observing the productivity of stores across the country via spreadsheets – far removed from the point of sale of actual food for particular customers in a particular location) would be part of the PMC.

The Creative Class
Some scholars have tried coming up with alternative labels to refer to the new elites, both to avoid the baggage associated with PMC and to explore different dimensions of what sets them apart from others. Most have continued to refer to them as a class – for instance, as “Class X,” or “The Aspirational Class.” Perhaps the most popular alternative to PMC was developed by urbanist Richard Florida: the creative class.

In my view, although there are many virtues to Florida’s alternative conception, it is also unsatisfying in many respects. As Florida himself acknowledges, creativity is hardly just the purview of those who do what the Ehenreichs refer to as ‘mental’ work. All sort of practical, physical, tasks require ingenuity, innovation and improvisation – from fixing a malfunctioning device, to closing a sale at a retail store (speaking as someone who worked for more than a decade and a half at restaurants and retail stores), to navigating inclement weather conditions as a truckers.

Moreover, while ‘PMC’ has been undermined in some respects due to the pejorative connotations that have developed around it, ‘creative class’ almost suffers from the opposite issue: its valence is perhaps overly positive. Indeed, although the The Rise of the Creative Class is, on balance, a really fantastic and important work of scholarship, it also happens to be filled with praise for the creative class and seems to accept many of their cherished narratives at face value. Florida’s main criticism is that the “creative class” has largely failed to understand themselves as a class or organize as a class. However, this may be less a problem in how these elites behave than in how they are conceptualized.

On the one hand, it seems sensible to talk and think about them as a class – their own self-understandings notwithstanding. After all, these elites have distinctive and convergent interests around issues like intellectual property laws, public trust in education, science and expertise, or continued investments in science, technology, research and the arts. They concentrate in the same urban hubs. They broadly share certain ideological and cultural dispositions. They have been largely consolidated into a single political party. However, at best, they could be understood as a class in statu nascendi — that is, a class still in the process of being formed. This process has been consistently undermined, most notably by changes in the economy that have created growing inequalities within and between the symbolic professions — generating often-intense internal struggles over resources and prestige, claims and counterclaims for authority and jurisdiction, etc. As We Have Never Been Woke illustrates at length (in Chapter 2), Great Awokenings are largely manifestations of these internal tensions.

Symbolic Analysts
Instead of talking about these new elites as a “class,” former U.S. Secretary of Labor Robert Reich sought to define them more narrowly by the type of labor they do. In The Work of Nations he coined the term ‘symbolic analysts’ to describe those whose work is primary oriented around the production and manipulation of data, symbols, images, narratives, abstractions, ideas and analysis. While Reich’s text was similarly criticized for being perhaps too flattering of symbolic analysts, his framework is nonetheless quite effective at isolating what sets these new elites apart from others in society (in a way that does not include, say, hairdressers, Applebee’s managers, cops, etc.), and avoids the baggage associated with various ‘class’ based analyses (given that these workers are not a class per se).

However, a shortcoming of Reich’s analysis and, indeed, most others since Marx, is an absence of considerations about power. This is perhaps, in part, because works in the genre are near-unanimously composed by and for the very elites in question, and we tend not to be super reflexive. Instead, as sociologist Pierre Bourdieu emphasized, “Being professionals of discourse and explication… intellectuals have a much greater than average capacity to transform their spontaneous sociology, their self-interested vision of the social world, into the appearance of a scientific sociology.” And that’s precisely what many of these works have tended to do.

To his credit, in later works, Richard Florida grew much more critical of the role the creative class has played in fomenting inequality. As did David Brooks. His Bobos in Paradise occasionally mocked ‘bourgeois bohemians’ but largely praised them. By 2021, however, he had come around to arguing that the “bobos broke America.”

The Ehrenreichs grew more critical too. In earlier works they had posited that, because the PMC was pulled in two different directions, it was an open question whether they would ultimately align with other elites in order to fulfill their core social function (leading to increased inequalities as their prominence in society grew), or whether they would side with the genuinely marginalized, disadvantaged and vulnerable in society (in accordance with their New Left beliefs, leading to greater social egalitarianism). By the 2010s, they viewed that question as largely settled. As Olufemi Taiwo and Enzo Rossi aptly put it, we ended up with a synthesis: greater cultural egalitarianism paired with growing socioeconomic inequality.

Robert Reich, for his part, has become much more aggressive in condemning inequality. However, he continues to focus largely on superelites and the GOP to explain social problems, largely excluding “symbolic analysts,” the knowledge economy, and the Democratic Party from critique.

Across the board, the ways scholars and pundits conceptualize this elite formation continues to largely avoid considerations of power. Power is something that millionaires and billionaires have. It’s something that the President of the United States has. It’s not something that people like “us” possess. We’re not the problem. We’re just helpless cogs in an exploitative system trying to live our “social justice” beliefs as best we can. Or so our preferred narratives go. The truth, however, is far more complicated and uncomfortable.

Symbolic Capital(ists)
Synthesizing Bourdieu and Reich, I came up with an alternative way to conceptualize the “winners” in the knowledge economy that

Helps distinguish symbolic economy elites from other elites,

Captures and integrates most of the important stuff from the other conceptions,

Foregrounds the power dynamics that have been largely downplayed in analyses of this elite constellation since Marx (and as an added bonus, harkens back to Marx’s original formulation).

I refer to them (us) as “symbolic capitalists.”

In sociological terms, a capitalist is not someone who simply favors capitalism, but rather someone who possesses financial resources (capital) that used to acquire, exert control over, and extract profits from, the means of (material) production. Drawing on Bourdieu, we can define a symbolic capitalist as someone who possesses a high level of symbolic capital, and exerts control over, and extracts profits from, the means of symbolic (re)production. They are elites whose social position is tied to the production, distribution and transformation of symbolic capital.

[Think: People who work in fields like advertising and entertainment, education and journalism, design and the arts, science and technology, politics and activism, finance and philanthropy, consulting and administration, religion, law, and so on].

Bourdieu expounded on the idea of symbolic capital in his 1979 book, Distinction: A Social Critique of the Judgement of Taste. In contrast with more traditional resources associated with wealth, material assets, etc., Bourdieu defined symbolic capital as the resources available to someone on the basis of honor, prestige, celebrity, consecration, and recognition. These symbolic aspects of social life are intimately bound up with power and wealth, or with material and political needs and aspirations. According to Bourdieu, the roles people are assigned to on the basis of their symbolic capital (or lack thereof) may actually be more important than more conventional economic forces in determining how hierarchies of power are arranged within a society. And regardless of how inequalities come about, it is primarily through symbolic capital that they are legitimized and maintained.

However, symbolic capital operates much more subtly than other forms of power and wealth. Indeed, when deployed effectively, neither the person wielding this capital nor the people it is exercised upon will consciously recognize the power dynamics at play. Instead, interactions, relationships and states of affairs will seem natural, necessary, inevitable, or in any case, normal, for all parties involved. Even those at the bottom of social hierarchies will often acquiesce or resign themselves to their own domination. As Bourdieu put it, “symbolic power is that invisible power which can be exercised only with the complicity of those who do not want to know that they are subject to it or even that they themselves exercise it.”

Over the years, academics have proliferated new forms of symbolic capital. However, in his initial formulation, Bourdieu highlighted three core varieties: cultural, academic and political. Each of these, he argued, could be converted to the others under the right circumstances — and symbolic capital can also be converted into financial capital (indeed, this is precisely how intellectual or cultural elites ‘make a living’). Collectively, these different forms of symbolic capital serve as the basis of defining others as insiders or intruders, experts or amateurs, leaders or brutes, authentic or posers, geniuses or hacks, sincere or cynical, worthy or unworthy, etc. To briefly walk through them:

Political capital includes the trust, goodwill, relationships, and institutional authority that can used to mobilize others in the service of particular goals. One’s formal title within an organizational hierarchy, one’s perceived credibility, reliability, efficacy, experience and virtue — these are all resources that can be drawn upon to convince others to throw their lot in with someone, to trust their vision, to run with their plan, to pursue their priorities.

Academic capital, on the other hand, is about getting others to defer to one’s judgment based on special knowledge, intellect, skill or expertise. Academic capital is mainly derived from one’s credentials, degrees, formal training, etc. One of the most frequent means though which people demonstrate their academic capital is by drawing attention to their book-knowledge (for instance, name checking scholars or academic texts or deploying academic concepts in communications), through appeals to epistemic authority (‘I have a PhD in x,’ or ‘As an expert on y…’), or through evoking one’s association with institutions or professions that are bound up with academic knowledge (i.e. professor, researcher, analyst, specialist, doctor, lawyer, consultant, journalist).

Finally, cultural capital is about demonstrating oneself as interesting, cool, sophisticated, charismatic, charming, etc. People reveal their cultural capital through how they talk, how they carry themselves, their dress, their manners, their tastes and expressed opinions — all of which provide strong cues as to one’s level of education, socioeconomic background, ideological and political alignments, place of origin, etc.

Of these three main forms of symbolic capital, it is cultural capital that is the least accessible to non-elites. As Bourdieu emphasized, it is only those with “distance from necessity” who tend to have the luxury of cultivating the “long-lasting dispositions of mind and body” associated with high status.

A core argument of We Have Never Been Woke is that ‘wokeness’ has become key a source of cultural capital among contemporary elites—especially among symbolic capitalists. The idiosyncratic understanding of social justice, and attendant dispositions and modes of engagement discursively associated with ‘being woke’ are popular almost exclusively among symbolic capitalists. Those who are genuinely vulnerable, marginalized, disadvantaged or impoverished don’t think or talk in these ways. And that’s part of the point.

Among symbolic capitalists, ‘wokeness’ has come to serve as sign that someone is of an elite background or is well-educated. Through espousing ‘woke’ beliefs, symbolic capitalists (and aspirants to the symbolic professions) demonstrate that they the kind of person who ‘plays ball’ — they are aware of, and are willing and able to competently execute, the appropriate scripts for cultural and intellectual elites in response to various cues. That is, ‘wokeness’ is increasingly a means of identifying who is part of ‘the club’ — and it provides a basis for deeming those who are not part of the club as being unworthy of symbolic capital (i.e. people who fail to embrace elite conceptions of ‘social justice’ are held to be underserving of honor, fame, prestige, deference, etc.).

This is just the tip of the iceberg, however. To find out more about symbolic capitalists, our idiosyncratic lifestyles and social position, and how these relate to our distinctive political and ideological alignments – and to the narratives we use to legitimize our bids for more power and resources (and to delegitimize our rivals) – you should definitely check out the full book, which is now available for pre-order. And stay tuned to this Substack for essays exploring the growing socioeconomic, cultural and political divides between symbolic capitalists and most other Americans – and the conflicts that have been created and, in some cases, transformed as a result of this rift. If you’re not already signed up, consider subscribing now.

[sudden and sharp]

Martinis or rooms. 

[el malo]

SUBID LOS PUTOS TIPOS HASTA QUE REVIENTE.
YA.

Son los Estados los que deben gestionar el reventón de los "activos".
Los BBCC sólo gestionan la "inflación" real.

Los BBCC lo están diciendo por activa y por pasiva:

los Estados deben reventar lo que permite la inflación (fiscal) de los "activos" : planificando la unión fiscal, las fusiones continentales (bancos, telecos), las reformas de las leyes del suelo edificable.

Eso no se hace con tipos. Se hace planificando la fiscalidad, Restableciendo la primacía del impuesto público sobre el impuesto privado. Porque el Pisito es la privatización del impuesto.

Pero requiere voluntad politica, Que por ahora, es foránea. Fijaos cómo Zelensky se lleva 1000 ml a costa de los impuestos de los Españoles. Lo consigue porque España obedece. Incluso va el Rey a recibirlo, y P.Sanchez firma el cheque.

Vayan a votar. Tras votar, hagamos una sentada en Estraburgo.
Pero dentro del Parlamento, no a las puertas. y por nuestros representantes.
Asegurémonos de que sea divertido, sin llorar a los BBCC.

Anda que no pueden. Si mañana Lagarde sube medio punto y da un comunicado de prensa diciendo que o los estados le ponen freno a esta locura o en la siguiente reunión sube otro medio, ya veríamos qué rápido se acababa la tontería.

¿Competís conmigo politicuchos y banqueros de medio pelo? Os voy a enseñar quién tiene la sartén por el mango.

Y se les avisa que como vuelvan a las andadas el BCE se pensará muy mucho financiar a los bancos de los estados que no cumplan.

Ahora resulta que el BCE no tiene poder ninguno y que no puede doblegar a cuatro ladrilleros y sus políticos en nómina.

[JENOFONTE10]

PISITOFILIA BATALLACULTURALISTA.—
[...]
Hemos pasado de la entrañable pisitofilia creditofágica que descontaba un futuro rosa, a la siniestra pisitofilia batallaculturalista, cuya misión es establecer la inseguridad nacional (interior y exterior) y la inseguridad social, para ellos poder dar pelotazos inmobiliarios o supersalariales.
[...]

Milei en España: "La batalla cultural es un compromiso inalienable" (1min. 40")
https://www.youtube.com/watch?v=n8njPHaBHOo

Saludos.

[asustadísimos]

[He cambiado un poco la redacción del comentario...
https://www.transicionestructural.net/index.php?topic=2604.msg229162#msg229162
... para que los malos no lo pongan al servicio de su derrotismo.
Aprovecho para decir que la fuente es la página web del INE, "Índice de Precios de Consumo. Base 2016. Ponderaciones. Resultados nacionales. Ponderaciones de subclases".]