POR QUÉ EL SECTOR PRIVADO NO PROMUEVE NI CONSTRUYE SUFICIENTES VIVIENDAS NORMALES NI YA LO HARÁ JAMÁS.—
(Entiéndase normalidad en sentido estadístico —campana de Gauss—).
Imaginemos que 'abrazamos las ideas de la livertah' y, de la noche a la mañana, quitamos absolutamente todas las regulaciones inmobiliarias y, además, regalamos suelo público a los promotores para que hagan lo que les plazca (lo que hoy llaman colaboración público-privada), como hicieran los liberales clásicos (Mendizábal, etc.) con las desamortizaciones, que se hincharon a expropiar 'manos muertas' y bienes comunes para movilizar recursos naturales en favor de los laureados o por laurear que se supone que escribirían una nueva historia capitalista.
En este caso, nos encontraríamos con que el sector privado seguiría sin promover y construir viviendas. ¿Y por qué?
La razón es muy sencilla: la actividad económica consistente en promover y construir viviendas ha dejado atrás para siempre el momio de ser financiada sin rechistar por terceros privados. Desde mediados de los 1980, la promoción y construcción de viviendas era una actividad chollo sin riesgo de capital propio, que se financiaba por terceros que aceptaban como garantía colateral el producto final de la promoción o construcción, y que normalmente eran bancos de depósitos o sus extensiones. Las abundantísimas empresas de promoción y construcción que ha habido desde entonces han tenido siempre el denominador común de que sus cifras de capital han sido ridículas, no solo en España.
En la subcapitalización española abunda el 'tresmileurismo'. Te encuentras con infinidad de sociedades que tienen 3.000 euritos de capital, cero de reservas y millones de préstamos pendientes. Sí, señoras, señores, la promoción y construcción de viviendas ha sido financiada normalmente por bancos de depósitos o extensiones financieras de los mismos, que han acabado anegados de basura inmobiliaria e hipotecaria.
Durante la vigencia del modelo popularcapitalista, el negocio no era inmobiliario propiamente dicho, sino financiero. La vivienda daba igual. El objetivo era el dineral que se prestaba para ello. Acabaron promoviendo y construyendo vivienda hasta las señoras de la limpieza. Esto lo digo con conocimiento de causa. Quien nos limpiaba el despacho se apuntó a la moda. Disponía de un patatal heredado en su pueblo. Nosotros le dimos gratis el asesoramiento legal. Acabó teniendo que vender los pisitos a familiares y conocidos pobres, sin ganar nada y con un montón de berrinches de por medio. Solo le sirvió para mejorar su consumo durante una temporada. Sigue limpiando el despacho. Encima, lo que construyó, que sobre el papel no era feo, no pega ni con cola en el pueblo.
Con el 'Turning Point 2006', de la noche a la mañana, las cañas se tornaron lanzas. Y hoy podemos proclamar que
la promoción y construcción de viviendas ya no es un negocio de recursos propios cero.
Ahora, el negocio chollo ha dejado de serlo. Ahora, hay que comprometer recursos propios. Y, claro está, los 'hemprendedoreh' se han retirado. Y sus hijos se lo piensan porque el nivel de precios que ha quedado es inadministrable, especialmente porque la sobrevaloración de la vivienda está anidadaen todos y cada uno de los salarios y aprovisionamientos del propio negocio de promoción y construcción de viviendas.
El sector privado no promueve ni construye viviendas ni lo hará porque él sabe que ha sido él quien ha matado a la gallina de los huevos de oro. Ni regulaciones ni suelo ni leches.
Tan gallina de huevos de oro han sido los pases, como la promoción y construcción financiada con recursos ajenos
A estas alturas del timo o juego de dinero-sin-trabajar inmobiliario es estúpido pretender:
• dar pases, por culpa del nivel de precios alcanzado y las dificultades de obtención de rentas ordinarias no inmobiliarias o de financiación ajena que, objetivamente, han de tener tus adquirentes; y,
• promover y construir viviendas normales financiándolo con recursos propios, asumiendo tú a pecho descubierto el riesgo comercial del carísimo producto terminado.
El modelo está gripado. Y lo está para siempre. En esta materia no va a haber jamás anarquismo consentido por el verdadero capital. Sanseacabó.
La solución a esto es capitalista pura y dura:
• poner brutalmente el nivel de precios inmobiliarios en el sitio relativo que le corresponde de acuerdo con los precios de los demás bienes y servicios (
precios relativos inmobiliarios), con el consiguiente proceso histórico de desinflación que ello supone; y
• que promuevan y provean la construcción de viviendas las administraciones públicas directamente, mejor las centrales que las regionales y locales, porque 'es consustancial al contrato de seguro su explotación en masa' (
promoción y provisión de la construcción por el Estado).
No hay alternativa. Jamás va a haber ya promoción, construcción y financiación privada de viviendas en la cantidad y calidad que hace falta.