[La Constitución Española de
1978 permite organizar 'ex novo'
17 regiones y 2 ciudades autónomas.
Pero en su la
DA 1.ª, refiriéndose a País Vasco y Navarra, se lee que los «derechos históricos de los territorios forales» eran anteriores a la Constitución.
¿Esto significa que, en 1978, se otorgan 'ex novo' «derechos históricos» a las otras 15 regiones y 2 ciudades? ¡No!
En relación con las dos regiones forales, para que no se cabrearan sus cabrones, perdón, carbones, hubo que hacer el
paripé de que no les hacía falta otorgamiento alguno, sino mero reconocimiento expreso de su provincianismo sublime.
Además de la DA 1.ª está el
art. 2, donde se hace el reconocimiento expreso de los derechos históricos de las «nacionalidades y regiones», atención, que «integran España». Sí, sí, sí, España está integrada por nacionalidades y regiones, que, evidentemente, no aparecen de la nada en el espacio-tiempo.
En realidad, lo que hizo la DA 1.ª no era reconocer nada sino, implícitamente, autorizar los cuatro regímenes tributarios provinciales especialísimos que hoy padecemos y desestabilizan a regiones como Cataluña.
Todos los hipotéticos «derechos históricos de territorios» (pura metafísica) vienen en
el 'pack' histórico español, junto con la Corona, Velázquez, Goya, los jesuitas, los toros y la paella de conejo y caracoles. La historia de España está sembrada de fueros locales, cartas-puebla, derecho civil catalán, etc. La Constitución de 1978 se limita a recoger toda esta magnífica tradición.
Ahora bien, lo que sí es diferente en el País Vasco y Cataluña actual es que bastantes residentes —suficientes para tener peso político o mediático—
se creen superiores al resto de españoles; aunque se sienten inferiores, por ejemplo, a los de la Ciudad Libre y Hanseática de Hamburgo (Alemania) o a los de Lombardía (Milán). Sus pisitos serían un capitalazo y, claro está, sus solares, suelos, tierras, terruños y territorios, en comunión con la calidad de su supuesto espíritu colectivo, conformarían 'unidades de destino en lo universal', aunque ahora, circunstancialmente, humilladas por otra inferior, Castilla, de la que habría que liberarse.
La diferencia que hay con la situación de hace 50 años es que ahora sabemos que lo mejor que están los
hermanos ricos separatistas se debe a lo peor que están
los hermanos pobres unionistas, por lo que, de tener que haber liberación, debiera ser al revés. Esto nos lo enseña el análisis del PIB de acuerdo con el Enfoque de la Renta, asunto sobre todo tratado por el Servicios de Estudios del BBVA (no hay pantalones —pero sí datos y medios— para que lo haga el Estado, pero lo acabará haciendo).
En la UE hay 300 regiones aprox., así que hay suficientes para que los comemierdas se sientan delirantemente superiores, iguales o inferiores.
Después de la
suelta del nuevo modelo de capitalismo planificado, se renovará el marco constitucional de la UE y será entonces cuando la Constitución Española pueda, por fin, ser armonizada, incluso sustituida por una paneuropea. Este proyecto ya existió hace dos décadas. Fue prematuro. Los españoles lo votamos en referéndum (2005, con aplastante victoria del sí). Pero naufragó en Francia. Se palpaba en el ambiente el inminente Pinchazo de la Burbuja popularcapitalista. No estaba el horno para bollos paneuropeos. Había que ver cuánto había enmierdado el pop-cap a cada Estado miembro. Se comprobó que, en efecto, España era de lo peorcito y cayó la mitad de su sistema financiero (Cajas de Ahorro y algún que otro banco de depósitos, otrora significados como 'de los mejores del mundo'). Ahora la situación es muy distinta. La banca de depósitos está a salvo. El golpe se lo van a llevar los jugadores, sin que haya amparo previsto para ello.
Cuando menos, debiéramos llegar ahí, a la nueva ola de constitucionalismo paneuropeo,
con más lío autonómico del que tenemos, para justificar así una
apocatástasis, je, je, una puesta a cero que acabe con el abuso fiscal vasco y navarro (y ahora, también, madrileño, aunque por otros motivos —también habría que restaurar la unidad interna del sistema tributario, p. ej., que la misma administración pública que gestiona el IVA, gestione el ITP—).
País Vasco y Navarra gozan de regímenes fiscales peligrosísimos para el mundo civilizado —incluso sin que el modelo sea de capitalismo planificado—; regímenes que envidian Cataluña y sus acólitos Islas Baleares y País Valenciano. Para administrar esta situación anómala hasta que llegue la apocatástasis, nada mejor que hacer bueno eso de que todos somos de Bilbao, porque los de Bilbao nacemos donde nos da la gana.
Al menos, que se calculen tantos
cupos virtuales como regiones o ciudades autónomas haya.
Yo soy muy de Bilbao de verdad, que conste. Mi título de Derecho es por la U. de Deusto del padre Mañaricúa, que ya no era decano pero su espíritu estaba aún vigente (y siguió aún después de su muerte a finales de los 1980); aunque donde aprendí el 'Eusko Gudariak' fue en Alava y donde me lo he pasado mejor, años más tarde, ha sido viviendo en San Sebastián. Un servidor conoce muy, muy bien el País Vasco, Lapurdi incluido (San Juan de Luz y Biarritz). Pero también he vivido en Canarias, donde hay otro régimen fiscal especial, este sí, totalmente justificado.
Siempre que salen estos temas me acuerdo de 'La Ballade Des Gens Qui Sont Nés Quelque Part', de Brassens:
https://www.youtube.com/watch?v=mMKtC40NB-E('Les imbéciles heureux qui sont nés quelque part',
los felices imbéciles que han nacido en alguna parte).
P. S.: Que los regímenes fiscales forales españoles sean legales no quiere decir que tengan '
aval' de la UE, metáfora diabólica que sitúa a la UE de responsable solidaria del desaguisado junto con el débil Estado español. Por otra parte, se está escuchando estos días la vieja idea de que el cupo (Concierto del País Vasco) y la aportación (Convenio de Navarra), en realidad son
forfaits negociables de tú a tú con el Estado para poder gozar de 'livertá responsavle' en materia de tributación, en contraste con el sistema de distribución porcentual de la recaudación de las distintas figuras tributarias del Estado entre este y las regiones de régimen fiscal común, enésima modulación del mismo que estaría en proyecto ante la situación plateada en Cataluña. Quienes hacen esto revelan su cinismo, porque
Madrid es la región que, actualmente, practica el mayor '
dumping' fiscal que se ha visto en España usando para ello la potencia combinada de las figuras tributarias regionales y locales (ITP, ISUC, IDON, IBI, Plusvalía Municipal), y abusando de su condición de capital del Reino y, por tanto, de ser sede masiva de empresas. Además, quienes hacen esto al mismo tiempo defienden convertir al País Vasco y Navarra en
zonas de baja tributación para según qué tipos de rentas, pero Cataluña, no.]