[Caía el sol. «El suelo vale lo que puedes sacar por lo que construyas sobre él», me dijo en 2004 un importante promotor español mientras paseábamos por una de sus hazañas inmobiliarias. Le contesté: «En efecto, el suelo 'vale', entre comillas, el precio de venta de la construcción menos el coste de la misma incrementado en el margen industrial del constructor —que no difiere del de las demás industrias—, lo que quiere decir que el precio del suelo se establece en un pa-trás partiendo de lo alienada que esté la población con el temita; por tanto, no te quejes del precio del suelo; reconoce que lo que te duele es que sean otros los que se aprovechen; consuélate con que hay propietarios de suelo que no saben lo que tienen...». Y terminó él la frase: «... esos son los que me interesan». Recogimos a nuestras mujeres y nos fuimos a cenar cigalas.]