FICHA ||
QUÉ SON LOS ACTIVOS.—
«Los activos» —minúscula y plural— es la forma apocopada de referirse a «los elementos patrimoniales singulares que conforman la masa de bienes y derechos (el Activo —mayúscula y singular—), que sumada algebraicamente con la masa de deudas y obligaciones (pasivos que conforman el Pasivo), y tras ciertos ajustes, constituyen el Capital o patrimonio neto». Para resumir, activos que conforman el Activo.
Los activos son todo lo que no son pasivos; y no son una selección de bienes o derechos cuya lista hacen los listos.
Un activo no es algo donde meto dinero para sacar más. Invertir no es «meter para sacar».
El dinero es un activo que, invertido en él, nadie está a disgusto, ya se trate del estricto, del bancario o del financiero —respectivamente, creado por el banco central, la banca de depósitos o la actividad financiera ordinaria—.
La locución nominal 'activos de inversión' es engañosa. Todos los activos son inversión.
La Inversión solo es el Ahorro contabilizado. Y el Ahorro es el no Consumo. Obtenidas las rentas, ya en dinero, ya en especie, se consumirá una parte. El resto se ahorrará. Mientras estás ingresando y gastando, estás ahorrando. Pero el ahorro en sí no tiene la relevancia contable que tiene el consumo. En determinado momento, procedes al
cálculo del saldo de ingresos y gastos. Ahí es cuando da la cara la inversión. El siguiente paso es hacer
el inventario de todos los elementos patrimoniales para detectar qué cambios ha habido y ver
en qué está ha invertido el ahorro que has hecho, si es que lo hay. Si, por ejemplo, te ha aumentado solo la Tesorería, puedes reinvertir fácilmente. Este es el sentido del término liquidez. Los activos son líquidos o ilíquidos en función de lo fácil o difícil que es reinvertirlos.
La primera reinversión en la historia tuvo consecuencias catastróficas. Fue cuando Eva miró a Adán después de decidir no comerse (ahorrar) una manzana del árbol del conocimiento del bien y del mal, en el mismísimo centro del jardín de Edén, ambos engañados por una serpiente estafadora:
Durero (Prado) La última reinversión masiva de la historia también está resultando catastrófica. El activo, también, es una manzana, solo que de color naranja ladrillo y llena de agujeros de gusano capaces de transportarte en el espacio-tiempo del proletariado al propietariado.
Clasificación de los elementos patrimoniales del Activo:
1.1. Activos
no financieros o reales
1.1.1. Inmovilizado
1.1.2. Existencias
1.2. Activos
financieros1.2.1. Tesorería
1.2.2. Derechos de crédito
2. Activos
ficticios Los activos ficticios son los agujeros de gusano. Son pérdidas emboscadas que sabes que están ahí, de las que solo te salvas compensándolas con beneficios futuros. Su identificación es uno de los ajustes que hay que hacer en la suma algebraica de activos y pasivos para calcular el Capital. Otra fuente de estos ajustes es la consideración de los gastos de mantenimiento y conservación, y los impuestos, pérdidas que asumes en el futuro por el solo hecho de tener determinados activos dentro de tu Activo.
El dinero estricto —circulación fiduciaria— es solo uno de los activos f-i-n-a-n-c-i-e-r-o-s. Pero tiene la gracia de ser el plenamente líquido, sin vencimiento, aunque no tiene rendimiento explícito —sí lo tiene implícito si hay deflación y gana poder adquisitivo—.
Pero lo importante es que nada de esto es Capital. El Capital es todos los activos no ficticios bien valorados, menos los activos ficticios y menos las deudas y obligaciones presentes y futuras ciertas.
Locuciones nominales tales como 'liquid real capital (i.e., goods)' (capital real líquido, p. e., bienes) o 'capital goods' (bienes de capital) o 'capital inmobiliario', etcétera, forman parte de retóricas mistificadoras, algunas oficiales (IRPF) o con éxito mediático (v. gr., 'El Capital del s. XXI', de Picketty). La locución 'capital financiero' es especialmente deformadora, sobre todo cuando se usa en plural.
Hay una pregunta devastadora que puede hacerse para desarmar estas mistificaciones: «¿qué capital tiene quien solo tiene dinero?». Es capciosa porque la única contestación posible es: «depende de la deuda».
Gustavo Bueno, hablando sobre qué es la filosofía, contaba que uno que tenía un bar decía «mi filosofía es el jamón». Por las mismas, uno que tiene un pisito dice «mi Capital es el pisito». Y el gancho: «cómprate otro, recapitalízate». Y así es como el popularcapitalismo ha desnaturalizado el concepto de Capital. Cualquier cosa es 'Capital' en el 'todos capitalistitas', obviamente, porque
el pisito es el ahorro del pobre —¿dónde está escrito que los pobres ahorren?—.
Pero, se quiera o no, el Capital es el Activo menos el Pasivo ajustados.
El Capital es abstracto y no es divisible.
El capital es el neto patrimonial con determinados ajustes. Y punto. No hay nada que hablar. Una bicicleta tiene dos ruedas, del griego, 'bikos' (dos) y 'kyklos' (rueda).
El capitalismo se llama así porque el Capital es de titularidad privada. En el contexto empresarial se puede sustituir la palabra Capital por la locución 'medios de producción', pero son ganas de liarla.
El que acaba de comprarse a tocateja por 100 u. m. una vivienda sobrevalorada tanto que al precio pagado le sobra un 60% (hoy, desgraciadamente, lo más normal del mundo), tiene automáticamente una reducción de su Capital por importe de 60 u. m., porque los activos ficticios se integran con signo menos en la ecuación ajustada del Capital, aunque figuren en el Activo del Balance.
Pero el problema no termina ahí. La vivienda pierde valor por su uso. Hay consenso acerca de que es entre un 1 y un 2 por ciento anual, por lo que su periodo de amortización lineal es entre 50 y 100 años —toda construcción acaba en demolición—. Esto hace que el siguiente periodo contable al de la compra ya no se tenga 40 en vivienda, sino 39. ¡Pero los 60 de activo ficticio siguen ahí!, impolutos hasta que se compensen con beneficios futuros o con inflación, el peor enemigo del Capital.
Si, en este ejemplo, además de comprar sobrevalorado se hace con un préstamo del 80%, el daño al Capital es del 100% o superior. Se pasa de tener dinero por 20 a tener 40 en vivienda menos 60 del activo ficticio y menos los 80 que se deben: 40–60–80=–100. Es decir, el Capital se reduce en 100, el importe total de la compra. Y al año siguiente, atención, se tendrá –102; un –1 por la amortización de la vivienda; y otro –1 porque el primer año solo se pagan intereses del préstamo y se devuelve cero de Capital, ya que la totalidad de los préstamos para comprar vivienda se hace por el llamado método francés, según el cual, la cuota es constante, sí, pero su composición interna varía progresivamente a lo largo de la vida del préstamo: se empieza pagando solo intereses y se termina pagando solo el principal.
Por estas tres razones (el activo ficticio amalgamado con la vivienda, la desvalorización intrínseca de la misma y el préstamo), decimos sin que nos duelan prendas que
comprar vivienda sobrevalorada es tirar el dinero.
La gente odia que baje la sobrevaloración porque ya no podrá compensar plenamente el activo ficticio al que está encadenada solo colocándole la vivienda a un tercero. Por contra, ama una mayor sobrevaloración porque le da holgura para dicha compensación, aparte de la sensación de triunfador (efecto riqueza), aunque se le ponga cara de cerdo.
La vivienda sobrevalorada es anticapitalista, entendiendo rectamente el concepto de Capital, el que da nombre al capitalismo, tanto como sistema, como ortopraxia.
Hay otros usos de la palabra capital o capitales, pero son secundarios (matemáticas financieras, Aduanas, Policía, etc.). Es especialmente nocivo el uso de capitales para contraponerlo a lo monetario; en este uso, además de falsearse el concepto de capital, se adultera el del dinero haciendo creer que ser trata solo de los activos financieros más líquidos.
Finalmente, quienes mantienen que las cripto son activos reales son serpientes mistificadoras especialmente dañinas. Como no dicen que son activos financieros, parece que son rectos capitalistas. Pero diciendo que son activos reales lo que hacen es tapar que
las cripto son activos ficticios puros. Su valor intrínseco es cero. Todo es humo, pérdida activada (contabilizada en el Activo) que te comprometes a compensar con beneficios futuros. 100 gastados en cripto es inmediatamente –100 de Capital. Y ¡ay de ti! como no seas capaz de dar el pase.
Además las cripto son activos ficticios supercentralizados en quienes las diseñan, que son la cúspide de la estafa piramidal. En este sentido, parece mentira que haya quien comulgue con la rueda de molino de que no se sabe quién está detrás del bitcóin forrándose a tu costa. También es increíble que se considere valiosa por escasa una cosa que es infinitesimalmente divisible.