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Desde Moncloa se denuncia que las grandes empresas están actuando de lobby en defensa de unos intereses muy particularesEl Gobierno de Rajoy comienza a perder la paciencia con las renovables y les acusa de desprestigiar a España Washington y Bruselas consideran que hay un alto grado de inseguridad entre empresas e inversores internacionalesEnergía renovableJulián González.– La presión que está ejerciendo el sector de las renovables a nivel internacional parece ser que empieza calar hondo en el Gobierno y, por lo acontecido en los últimos días, el presidente Mariano Rajoy ha decidido pasar a la acción . En las últimas fechas, se han producido manifestaciones de portavoces oficiales de EEUU y de la Unión Europea que han provocado una profunda preocupación en Moncloa, ya que se está poniendo en cuestión la política energética que el Ministerio de Industria está desarrollando. Tanto Washington como Bruselas han mostrado un gran malestar por los últimos cambios regulatorios que se han producido pues consideran que, lejos de ir en la buena dirección, están arrojando un alto grado de inseguridad entre las empresas y los inversores internacionales. En Moncloa, en cambio, se piensa que las grandes empresas renovables están haciendo de lobby para desprestigiar la marca España. Desde que el Ejecutivo sacó a la luz el famoso Real Decreto Ley 2/2013 de medidas urgentes del sector eléctrico y la aplicación del impuesto del 7% a la producción de electricidad, las empresas renovables no han parado de dar la batalla en todos los frentes. Todas las patronales, la Asociación de Empresarial Eólica (AEE), la Asociación de Productores de Energías Renovables (APPA), la Asociación Nacional de Productores de Energías Fotovoltaicas (ANPIER), Protermosolar y Unión Española Fotovoltaica (UNEF) han estado enviando continuamente mensajes al ministro José Manuel Soria para que modifique el actual modelo de retribución.Paralelamente, han presentado diversas denuncias en los organismos jurídicos internacionales y determinados lobbies están incluso realizando campañas de presión ante la Comisión Europea y el Gobierno estadounidense, a la vez que han denunciado el problema en medios de comunicación extranjeros como el Financial Times. Protermosolar, la patronal de la industria solar termoeléctrica ha sido la última en acudir a Bruselas solicitando que se abra un expediente a España.En esta asociación están representadas las empresas más poderosas con intereses en el sector energético después de las eléctricas. Entre ellas, se encuentran compañías como Abengoa, ACS, Acciona, Abantia, E.ON España, Elecnor, FCC y Siemens. Todo un ramillete de sociedades que se pusieron a invertir en renovables por la serie de subvenciones y ayudas que recibían y que, tras cerrar el grifo, se ven con el agua al cuello porque la mayoría de sus proyectos están pendientes de amortizar.El presidente de Acciona, José Manuel Entrecanales, volvió a anunciar ayer en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, en Santander, que están dispuestos a vender entre un 20% y un 30% de la filial de renovables. Ese porcentaje de venta dependerá de cómo y de qué manera les afecte la futura reforma energética. "No va todavía porque estamos pendientes de la regulación. Con esta incertidumbre que tenemos es un tema que no podemos poner en marcha hasta saber por dónde nos movemos", dijo Entrecanales. En la pasada junta de accionistas, el presidente de Acciona lanzó este mismo mensaje y volvió a criticar la política energética de Rajoy.Interpelaciones incómodasY es que ya no hay foro o reunión de alto nivel político donde Rajoy y sus ministros económicos, Critóbal Montoro (Hacienda), Luis de Guindos (Economía), y José Manuel Soria (Industria y Energía), no sean interpelados por el problema de las energías renovables en nuestro país. La CEOE, que ha querido mantenerse al margen porque están en medio también las eléctricas -éstas piden se recorten las primas a las renovables- , considera que el Ejecutivo no tendrá más remedio que mover ficha y modificar algunos aspectos.España, que había sido el pionero junto con Alemania en apostar por esta tecnología ahora, se ha convertido ahora en territorio vedado para nuevos proyectos. Es más, en la nueva reforma energética que prepara Industria se quiere recortar su aportación al sistema eléctrico y rebajar aún más las ayudas. Ante esta situación, las patronales y las empresas con más poder en el sector están abanderando una campaña de desprestigio internacional que puede pasarle factura al Gobierno.Por esa razón, y por los efectos negativos que todo esto puede tener para la marca España, :roto2:Rajoy ha decidido intervenir y tomar las riendas. De momento, la reforma eléctrica puede que no se presente en el plazo previsto del Consejo de Ministros del próximo 28 de junio y que se aplace al mes de julio.La AEE, la Asociación Europea de Energía y APPA Eólica se reunieron el pasado día 13 con el comisario europeo de Energía, Günther Oettinger, con el objetivo de trasladarle su descontento por las últimas medidas tomadas en materia energética y la situación que atraviesa el sector eólico en España. En dicha encuentro, Oettinger mostró su preocupación por la falta de diálogo del Gobierno con el sector de cara a la próxima reforma energética y por el fuerte impacto que están teniendo las últimas medidas regulatorias.Por su parte, el secretario de Estado para Asuntos Económicos de EEUU, José W. Fernandez, se vio también recientemente con miembros del Gobierno y de empresas españolas para estudiar el clima de tensión que hay con el sector. Estados Unidos tiene intereses directos por partida doble. Por un lado, hay compañías estadounidenses que han invertido en proyectos y, por otro, fondos americanos que tienen también puesto su dinero.La magnitud del problema se ha agravado en las últimas fechas y algunos expertos denominan ya el problema como la tormenta perfecta. El Gobierno empezó tomando una serie de decisiones, para algunos un tanto arbitrarias, que lo que pretendía era corregir el déficit tarifario, y lo que ha conseguido es incumplir la norma jurídica, y abrir un boquete legal de dimensiones impredecibles. Todo esto va a redundar en una serie de arbitrajes internacionales que se volverá en contra de España.La Asociación Empresarial Eólica recuerda al Gobierno que los 25.000 millones de euros invertidos en España en energía eólica se hicieron bajo unas condiciones recogidas en normas formalmente adoptadas por el Estado español y publicadas en el BOE, pese a lo cual su retribución ya ha sufrido recortes retroactivos. Igual que el resto, exigen que Industria y el Ejecutivo modifiquen unas medidas que están poniendo en peligro la confianza de los inversores.
La energía solar apunta en una nueva dirección: Más fina.La mayor parte de los esfuerzos de mejora de células solares tienen por objetivo incrementar la eficiencia de su conversión energética, o reducir los costes de fabricación. Pero ahora, investigadores del MIT, están abriendo un nuevo camino de mejora, intentando producir los paneles solares más finos y ligeros posibles.Tales paneles, que tienen la capacidad de sobrepasar cualquier sustancia más allá del uranio enriquecido en términos de energía por unidad de material, podrían ser hechos con capas apiladas de materiales de un átomo de espesor, como el grafeno o el disulfuro de molibdeno.Jeffrey Grossman, el profesor asociado de Carl Richard Soderberg, del departamento de Ingeniería energética en el MIT, dice que el nuevo enfoque "nos empuja hacia el material definitivo de conversión energética" para un panel solar.Grossman es el autor principal de un nuevo artículo describiendo este enfoque, publicado en el "Journal Nano Letters".Aunque los científicos han dedicado una atención considerable en años recientes al potencial de los materiales bidimensionales, como el grafeno, dice Grossman, ha habido poco estudio sobre su potencial para uso solar.Tajante, nos dice, "no solo es posible, sino que es sorprendente lo bien que funciona."Usando dos capas de estos materiales finos a nivel atómico, indica Grossman, su equipo ha deducido que las células solares tendrían entre un 1 y 2 porciento de eficiencia en la conversión solar a electricidad. Eso es poco comparado con el 15 a 20 por ciento de eficiencia de las células solares estándares de silicio, dice, pero se alcanza usando un material que es miles de veces más fino y ligerio que el papel de seda. La célula solar con dos capas, tiene solo 1 nanómetro de espesor, mientras que la célula solar típica de silicio tiene cientos de miles ese grosor. Apilando varias de esas capas bidimensionales, se podría aumentar la eficiencia significativamente."Apilando unas pocas capas, podrían alcanzarse una eficiencia superior, capaz de competir con otras tecnologías habituales", dice Marco Bernardi, un postdoctoradn en el Departamento de Ciencia de los Materiales del MIR quien también era autor del artículo.Maurizia Palummo, un investigador senior de la universidad de Roma que está en el MIT a través del programa italiano MISTI, era también coautor.Para aplicaciones donde el peso es un factor crucial, como en las naves espaciales, la aviación o para uso enlugares remotos del mundo en desarrollo, donde los costes de transporte son importantes --- estos paneles ligeros podrían tener un gran potencial, dice Bernardi.Por peso, dice, la nueva célula solar produce mil veces más potencia que los paneles fotovoltaicos convencionales.Y sobre un nanómetro (milmillonésima de metro) en grosor.Es entre 20 y 50 veces más fino que la más fina capa solar que puede ser hecha hoy."Grossman añade. "No puede hacerse una célula solar más fina."Esa delgadez, no solo es ventajosa en la distribución, sino que también facilita el montaje del panel solar.Alderedor de la mitad del coste actual se debe a las estructuras de soporte, instalación, conexión y sistemas de control.Costes que pueden reducirse usando estructuras más ligeras.Además, el material en sí mismo es mucho más barato que el silicio de gran pureza usando en las células solares estandar --- y porque las láminas son tan finas, requiere solo cantidades minúsculas de materias primas.John Hard, un profesor asistente de ingeniería mecánica, ingeniería química y arte y diseño de la Universidad de Míchigan, dice,"Es emocionante esta nueva forma de abordar el diseño de células solares, y por otra parte, un ejemplo espectacular de como nanomateriales complementarios pueden ser aplicados para crear nuevos dispositivos de energía."Hart, quien se unirá a la facultad del MIT este verano, pero que no ha estado involucrado en esta investigación añade que, "Creo que la flexibilidad mecánica y robustez de estas capas finas también serán interesantes"El equipo del MIT que trabaja de momento para demostrar el potencial de los materiales de grosor atómico para la generación solar es "solo el comienzo", dice Grossman.Por un lado, el disulfuro de molibdeno y diselénido de molibdeno, los materiales usados en este trabajo, son solo dos de los muchos materiales 2-D cuyo potencia puede ser estudiado, por no añadir sobre usar diferentes combinaciones de materiales apilados unos a otros."Hay un auténtico 'zoo' de estos materiales que pueden ser estudiados."dice Grossman. "Mi esperanza es que este trabajo establezca un nuevo camino para la gente en la forma de considerar estos materiales"Aunque por el momento no hay métodos de producir a gran escala el disulfuro de molibdeno y diselénido de molibdeno, este es un área de trabajo activo. "La fabricación es el punto clave", dice Grossman, "pero creo que es un problema resoluble".Una ventaja adicional es que estos materiales es su estabilidad a largo plazo, incluso al descubierto.Otros materiales de celdas solares deben ser protegidos con pesadas y caras capas de vidrio."Son básicamente estables al descubierto, bajo luz ultravioleta y en humedad,", dice Grossman. "Son muy robustas".El trabajo hasta ahora se ha basado en modelos computacionales de los materiales, dice Grossman, agregando que ahora está intentando producir estos dispositivos."Creo que esto es la punta del iceberg en relación con el uso de materiales 2-D para la energía limpia", dice.
Most efforts at improving solar cells have focused on increasing the efficiency of their energy conversion, or on lowering the cost of manufacturing. But now MIT researchers are opening another avenue for improvement, aiming to produce the thinnest and most lightweight solar panels possible.Such panels, which have the potential to surpass any substance other than reactor-grade uranium in terms of energy produced per pound of material, could be made from stacked sheets of one-molecule-thick materials such as graphene or molybdenum disulfide.Jeffrey Grossman, the Carl Richard Soderberg Associate Professor of Power Engineering at MIT, says the new approach "pushes towards the ultimate power conversion possible from a material" for solar power. Grossman is the senior author of a new paper describing this approach, published in the journal Nano Letters.Although scientists have devoted considerable attention in recent years to the potential of two-dimensional materials such as graphene, Grossman says, there has been little study of their potential for solar applications. It turns out, he says, "they're not only OK, but it's amazing how well they do."Using two layers of such atom-thick materials, Grossman says, his team has predicted solar cells with 1 to 2 percent efficiency in converting sunlight to electricity, That's low compared to the 15 to 20 percent efficiency of standard silicon solar cells, he says, but it's achieved using material that is thousands of times thinner and lighter than tissue paper. The two-layer solar cell is only 1 nanometer thick, while typical silicon solar cells can be hundreds of thousands of times that. The stacking of several of these two-dimensional layers could boost the efficiency significantly."Stacking a few layers could allow for higher efficiency, one that competes with other well-established solar cell technologies," says Marco Bernardi, a postdoc in MIT's Department of Materials Science who was the lead author of the paper. Maurizia Palummo, a senior researcher at the University of Rome visiting MIT through the MISTI Italy program, was also a co-author.For applications where weight is a crucial factor -- such as in spacecraft, aviation or for use in remote areas of the developing world where transportation costs are significant -- such lightweight cells could already have great potential, Bernardi says.Pound for pound, he says, the new solar cells produce up to 1,000 times more power than conventional photovoltaics. At about one nanometer (billionth of a meter) in thickness, "It's 20 to 50 times thinner than the thinnest solar cell that can be made today," Grossman adds. "You couldn't make a solar cell any thinner."This slenderness is not only advantageous in shipping, but also in ease of mounting solar panels. About half the cost of today's panels is in support structures, installation, wiring and control systems, expenses that could be reduced through the use of lighter structures.In addition, the material itself is much less expensive than the highly purified silicon used for standard solar cells -- and because the sheets are so thin, they require only minuscule amounts of the raw materials.John Hart, an assistant professor of mechanical engineering, chemical engineering and art and design at the University of Michigan, says, "This is an exciting new approach to designing solar cells, and moreover an impressive example of how complementary nanostructured materials can be engineered to create new energy devices." Hart, who will be joining the MIT faculty this summer but had no involvement in this research, adds that, "I expect the mechanical flexibility and robustness of these thin layers would also be attractive."The MIT team's work so far to demonstrate the potential of atom-thick materials for solar generation is "just the start," Grossman says. For one thing, molybdenum disulfide and molybdenum diselenide, the materials used in this work, are just two of many 2-D materials whose potential could be studied, to say nothing of different combinations of materials sandwiched together. "There's a whole zoo of these materials that can be explored," Grossman says. "My hope is that this work sets the stage for people to think about these materials in a new way."While no large-scale methods of producing molybdenum disulfide and molybdenum diselenide exist at this point, this is an active area of research. Manufacturability is "an essential question," Grossman says, "but I think it's a solvable problem."An additional advantage of such materials is their long-term stability, even in open air; other solar-cell materials must be protected under heavy and expensive layers of glass. "It's essentially stable in air, under ultraviolet light, and in moisture," Grossman says. "It's very robust."The work so far has been based on computer modeling of the materials, Grossman says, adding that his group is now trying to produce such devices. "I think this is the tip of the iceberg in terms of utilizing 2-D materials for clean energy" he says.
Nuevo récord fotovoltaicoÁrea: Tecnología — Lunes, 17 de Junio de 2013Una nueva plusmarca en rendimiento fotovoltaico sitúa a este e un 44,4% en solar por concentración. Las células fotovoltaicas están creadas por materiales semiconductores. Estos presentan lo que se llama una zanja de energía, que es específica para cada semiconductor. La alteración de esta zanja de energía es muy difícil, pero condiciona los fotones que serán absorbidos y convertidos en corriente eléctrica. Ciertos fotones con una frecuencia (que es proporcional a su energía) por encima y por debajo del valor de dicha zanja son malgastados.Una idea es conseguir una célula solar formada por varias capas de distintos semiconductores, cada uno especializado en una franja de frecuencias de luz, que absorba y convierta en energía el mayor número de fotones. Pero esto no es fácil.Para crear estas células se apilan distintas capas semiconductoras. Cada capa tiene que mantener una propia estructura cristalina para se efectiva y cada una puede tener su propio parámetro de red (lo que mide una celda unidad de esa estructura cristalina). Pero cada una se asienta sobre otra que puede tener un parámetro de red distinto. Si es muy distinto simplemente no se puede hacer crecer un cristal sobre el otro. Por tanto los semiconductores usados tienen que se parecidos estructuralmente, pero se tienen que comportar de distinta manera.Todo esto hace que el proceso de fabricación sea muy complejo y, por tanto, costoso. Pretender cubrir los tejados con este tipo de células es absurdo porque nunca se amortizaría. Pero sí se han venido usando para satélites de comunicaciones.En tierra, sin embargo, sí es concebible el uso de concentradores, como lentes o espejos, que enfoquen la luz solar sobre estas pequeñas y caras células. Además, algunas alcanzan un mayor rendimiento de este modo. Incluso se podría usar agua para refrigerar en dispositivo y obtener así agua caliente.Se viene investigando en este campo y produciendo células multicapas desde hace décadas. Cada año se producen mejoras. El último logro nos viene de la empresa japonesa Sharp, que ha logrado una nueva marca mundial al respecto.Con una célula multicapa de triple unión han conseguido un rendimiento del 44,4% con luz concentrada (ver ilustración). El logro ha sido confirmado por el Instituto Fraunhofer para la Energía Solar en Alemania y se ha conseguido gracias a mejoras en las conexiones de los electrodos y con una concentración uniforme de la luz sobre la célula, que está hecha de arseniuro de indio y galio.Quizás parezca un logro no muy importante, pero un 44,4% de rendimiento es mucho más que el que consigue un motor de explosión interna y es un logro que hasta hace unos años se creía que era casi imposible. No es extraño que en futuro se mejore este rendimiento, aunque el rendimiento final comercial será siempre inferior. No es lo mismo desarrollar una célula para batir un record que comercializarla.Copyleft: atribuir con enlace a http://neofronteras.com/?p=4135Fuentes y referencias:Nota de prensa.
Traducción libre y al vuelo. Disculpen los errores.CitarLa energía solar apunta en una nueva dirección: Más fina.La mayor parte de los esfuerzos de mejora de células solares tienen por objetivo incrementar la eficiencia de su conversión energética, o reducir los costes de fabricación. Pero ahora, investigadores del MIT, están abriendo un nuevo camino de mejora, intentando producir los paneles solares más finos y ligeros posibles.Tales paneles, que tienen la capacidad de sobrepasar cualquier sustancia más allá del uranio enriquecido en términos de energía por unidad de material, podrían ser hechos con capas apiladas de materiales de un átomo de espesor, como el grafeno o el disulfuro de molibdeno.Jeffrey Grossman, el profesor asociado de Carl Richard Soderberg, del departamento de Ingeniería energética en el MIT, dice que el nuevo enfoque "nos empuja hacia el material definitivo de conversión energética" para un panel solar.Grossman es el autor principal de un nuevo artículo describiendo este enfoque, publicado en el "Journal Nano Letters".Aunque los científicos han dedicado una atención considerable en años recientes al potencial de los materiales bidimensionales, como el grafeno, dice Grossman, ha habido poco estudio sobre su potencial para uso solar.Tajante, nos dice, "no solo es posible, sino que es sorprendente lo bien que funciona."Usando dos capas de estos materiales finos a nivel atómico, indica Grossman, su equipo ha deducido que las células solares tendrían entre un 1 y 2 porciento de eficiencia en la conversión solar a electricidad. Eso es poco comparado con el 15 a 20 por ciento de eficiencia de las células solares estándares de silicio, dice, pero se alcanza usando un material que es miles de veces más fino y ligerio que el papel de seda. La célula solar con dos capas, tiene solo 1 nanómetro de espesor, mientras que la célula solar típica de silicio tiene cientos de miles ese grosor. Apilando varias de esas capas bidimensionales, se podría aumentar la eficiencia significativamente."Apilando unas pocas capas, podrían alcanzarse una eficiencia superior, capaz de competir con otras tecnologías habituales", dice Marco Bernardi, un postdoctoradn en el Departamento de Ciencia de los Materiales del MIR quien también era autor del artículo.Maurizia Palummo, un investigador senior de la universidad de Roma que está en el MIT a través del programa italiano MISTI, era también coautor.Para aplicaciones donde el peso es un factor crucial, como en las naves espaciales, la aviación o para uso enlugares remotos del mundo en desarrollo, donde los costes de transporte son importantes --- estos paneles ligeros podrían tener un gran potencial, dice Bernardi.Por peso, dice, la nueva célula solar produce mil veces más potencia que los paneles fotovoltaicos convencionales.Y sobre un nanómetro (milmillonésima de metro) en grosor.Es entre 20 y 50 veces más fino que la más fina capa solar que puede ser hecha hoy."Grossman añade. "No puede hacerse una célula solar más fina."Esa delgadez, no solo es ventajosa en la distribución, sino que también facilita el montaje del panel solar.Alderedor de la mitad del coste actual se debe a las estructuras de soporte, instalación, conexión y sistemas de control.Costes que pueden reducirse usando estructuras más ligeras.Además, el material en sí mismo es mucho más barato que el silicio de gran pureza usando en las células solares estandar --- y porque las láminas son tan finas, requiere solo cantidades minúsculas de materias primas.John Hard, un profesor asistente de ingeniería mecánica, ingeniería química y arte y diseño de la Universidad de Míchigan, dice,"Es emocionante esta nueva forma de abordar el diseño de células solares, y por otra parte, un ejemplo espectacular de como nanomateriales complementarios pueden ser aplicados para crear nuevos dispositivos de energía."Hart, quien se unirá a la facultad del MIT este verano, pero que no ha estado involucrado en esta investigación añade que, "Creo que la flexibilidad mecánica y robustez de estas capas finas también serán interesantes"El equipo del MIT que trabaja de momento para demostrar el potencial de los materiales de grosor atómico para la generación solar es "solo el comienzo", dice Grossman.Por un lado, el disulfuro de molibdeno y diselénido de molibdeno, los materiales usados en este trabajo, son solo dos de los muchos materiales 2-D cuyo potencia puede ser estudiado, por no añadir sobre usar diferentes combinaciones de materiales apilados unos a otros."Hay un auténtico 'zoo' de estos materiales que pueden ser estudiados."dice Grossman. "Mi esperanza es que este trabajo establezca un nuevo camino para la gente en la forma de considerar estos materiales"Aunque por el momento no hay métodos de producir a gran escala el disulfuro de molibdeno y diselénido de molibdeno, este es un área de trabajo activo. "La fabricación es el punto clave", dice Grossman, "pero creo que es un problema resoluble".Una ventaja adicional es que estos materiales es su estabilidad a largo plazo, incluso al descubierto.Otros materiales de celdas solares deben ser protegidos con pesadas y caras capas de vidrio."Son básicamente estables al descubierto, bajo luz ultravioleta y en humedad,", dice Grossman. "Son muy robustas".El trabajo hasta ahora se ha basado en modelos computacionales de los materiales, dice Grossman, agregando que ahora está intentando producir estos dispositivos."Creo que esto es la punta del iceberg en relación con el uso de materiales 2-D para la energía limpia", dice.http://www.sciencedaily.com/releases/2013/06/130626153926.htmCitarMost efforts at improving solar cells have focused on increasing the efficiency of their energy conversion, or on lowering the cost of manufacturing. But now MIT researchers are opening another avenue for improvement, aiming to produce the thinnest and most lightweight solar panels possible.Such panels, which have the potential to surpass any substance other than reactor-grade uranium in terms of energy produced per pound of material, could be made from stacked sheets of one-molecule-thick materials such as graphene or molybdenum disulfide.Jeffrey Grossman, the Carl Richard Soderberg Associate Professor of Power Engineering at MIT, says the new approach "pushes towards the ultimate power conversion possible from a material" for solar power. Grossman is the senior author of a new paper describing this approach, published in the journal Nano Letters.Although scientists have devoted considerable attention in recent years to the potential of two-dimensional materials such as graphene, Grossman says, there has been little study of their potential for solar applications. It turns out, he says, "they're not only OK, but it's amazing how well they do."Using two layers of such atom-thick materials, Grossman says, his team has predicted solar cells with 1 to 2 percent efficiency in converting sunlight to electricity, That's low compared to the 15 to 20 percent efficiency of standard silicon solar cells, he says, but it's achieved using material that is thousands of times thinner and lighter than tissue paper. The two-layer solar cell is only 1 nanometer thick, while typical silicon solar cells can be hundreds of thousands of times that. The stacking of several of these two-dimensional layers could boost the efficiency significantly."Stacking a few layers could allow for higher efficiency, one that competes with other well-established solar cell technologies," says Marco Bernardi, a postdoc in MIT's Department of Materials Science who was the lead author of the paper. Maurizia Palummo, a senior researcher at the University of Rome visiting MIT through the MISTI Italy program, was also a co-author.For applications where weight is a crucial factor -- such as in spacecraft, aviation or for use in remote areas of the developing world where transportation costs are significant -- such lightweight cells could already have great potential, Bernardi says.Pound for pound, he says, the new solar cells produce up to 1,000 times more power than conventional photovoltaics. At about one nanometer (billionth of a meter) in thickness, "It's 20 to 50 times thinner than the thinnest solar cell that can be made today," Grossman adds. "You couldn't make a solar cell any thinner."This slenderness is not only advantageous in shipping, but also in ease of mounting solar panels. About half the cost of today's panels is in support structures, installation, wiring and control systems, expenses that could be reduced through the use of lighter structures.In addition, the material itself is much less expensive than the highly purified silicon used for standard solar cells -- and because the sheets are so thin, they require only minuscule amounts of the raw materials.John Hart, an assistant professor of mechanical engineering, chemical engineering and art and design at the University of Michigan, says, "This is an exciting new approach to designing solar cells, and moreover an impressive example of how complementary nanostructured materials can be engineered to create new energy devices." Hart, who will be joining the MIT faculty this summer but had no involvement in this research, adds that, "I expect the mechanical flexibility and robustness of these thin layers would also be attractive."The MIT team's work so far to demonstrate the potential of atom-thick materials for solar generation is "just the start," Grossman says. For one thing, molybdenum disulfide and molybdenum diselenide, the materials used in this work, are just two of many 2-D materials whose potential could be studied, to say nothing of different combinations of materials sandwiched together. "There's a whole zoo of these materials that can be explored," Grossman says. "My hope is that this work sets the stage for people to think about these materials in a new way."While no large-scale methods of producing molybdenum disulfide and molybdenum diselenide exist at this point, this is an active area of research. Manufacturability is "an essential question," Grossman says, "but I think it's a solvable problem."An additional advantage of such materials is their long-term stability, even in open air; other solar-cell materials must be protected under heavy and expensive layers of glass. "It's essentially stable in air, under ultraviolet light, and in moisture," Grossman says. "It's very robust."The work so far has been based on computer modeling of the materials, Grossman says, adding that his group is now trying to produce such devices. "I think this is the tip of the iceberg in terms of utilizing 2-D materials for clean energy" he says.